𝐈𝐈

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Pasión jovial rumbo a la gloria de Dios

¡Santo Santo es el Señor!por entregar de mi amado su corazón,corre por los valles y llega al aposentorecita el Corán de los turcosreza nuestro Credo

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¡Santo Santo es el Señor!
por entregar de mi amado su corazón,
corre por los valles y llega al aposento
recita el Corán de los turcos
reza nuestro Credo.

Damiano
el más bellos de todos los mozos
el más fiel de todos los santos.
Eclipsa a la oscuridad
con la calidez de sus manos
sublime me es el sabor de sus labios
no hay pecado en quién peca
si hay tentación, cede ante ella.

Llena de gracia, Rosemary
la Rosal de Rosas
ingenua insensata
cuya amargura le trae desgracia.

Pero, ¿quién osa sufrir cuando uno es joven?
no saben nada, ignoran al cruel y al pobre
un escondite bajo la luz de la luna
besan sus labios con ternura
una pasión llena de locura.

Bienaventurados aquellos que ven la belleza en las cosas buenas
para ellos hay esperanza plena.
Dos plebeyos juegan al amor
gozan de la plenitud,
aventuran en el placer
las estaciones son volátiles
alas de mariposas frágiles
¿Serán realmente felices?

Enigmático.
Mágico.
Pasión jovial
rumbo a la gloria de Dios
el tiempo ha pasado
ellos siguen intactos
libres de todo pecado
eternamente enamorados.

Día de verano
Roma anochece frente al lago
ese joven muchacho,
el Príncipe Encantado
tomó a su amada de la mano;
iris esmeraldas vieron par de avellanas
adentrándose al bosque de su mirada
el apogeo de la belleza,
el misterio de su propia alma.

Pares de latidos corrían a mil
suspiros soñolientos exhalan entre sí.
Sempiterno
una vez comienza ya no tiene fin.

"Rosemary, pequeña Venecia
mi estrella, mi rosa, mi eterna primavera
canto en verso a tí, mi Artemisa griega.

Dueña de mi corazón amada mía
soy devoto en oración, Virgen María.

Tan fina tu piel de seda
reina de la pradera, bendita sea tu pureza.

Eres aquí y no hay tristeza
pintas mis sombras con acuarela
rojos son tus labios que me envenenan.

Perdido me hallé y guíaste mi camino
ahora sé mía, por favor te lo pido."

Damiano, por nadie se arrodilla
pero ante esa mujer lo haría, porque la amará toda su vida
pediría su mano como prometida.

No hubo protesta alguna
solo sollozos en la cercanía
¡Llora de alegría,
qué maravilla!
Tan encantadora era
al dar el sí sin prisa
vive la realidad de sus fantasías
deja a relucir el rubí de su anillo
y agradece al cielo
por el deseo concedido.

Sombra de rosas, ellos eran
inocentes con juventud eterna.
Mirad el atardecer, el sonrojo de sus mejillas
vivirán juntos hasta el final de sus días
¿Queréis que diga otra mentira?

Rose della vendetta ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora