⊏Completa la primera parte (en edición)⊐
¿Acaso podría dejar ir a su dolor de cabeza? ¿Como dejar ir aquellos ojos color durazno?
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Para Dmitry sentir el tacto tembloroso de aquella coneja que intentaba ser fuerte, se volvía una obse...
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Welcome peachie
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𝐃𝐦𝐢𝐭𝐫𝐲
Observe desde mi escritorio como esa mestiza jugaba con su mascota, suspiraba mientras la miraba, su sonrisa y ojos son tan cautivadores que me pierdo en ellos. En mi mente aparecen estragos de aquellos recuerdos que tengo de un principio y me sentí mal, no estaba preparado para conocer a mi pareja, una simple obsesión me llevo a todo esto.
¿Fui tan cruel con ella? ¿La he lastimado?
Aquellos ojos derramaron lágrimas tantas veces por mí, y son el rasgo más preciado que amo de ella, uno que nunca aprecie al inicio. Sin duda me volvería loco si ese brillo se llegara a ir, es como un amanecer suave y solo en una mirada. Sentir su piel es como tocar alguna especie de gossypium, tan suave y blanda, algo que es difícil de encontrar al tacto.
Sin duda, no importaría como nos conociéramos. Si hubiera sentido aquel toque de ella dentro de unos años más, donde ya no fuera lo que soy o tuviera más en cuenta que hago un daño a la gente, todo esto sería diferente entre los dos. No sabría bien que sucedería para llegar a ese momento, pero estaría perdido en cuanto viera lo hermosa que es mi omega y cuando su mirada estuviera sobre la mía iría por ella.
Ahora que sé cómo fueron los sucesos de ese día donde nos conocimos, fue algo apresurado, estoy seguro de que si nadie hubiera interferido algo hubiera sido diferente. Entiendo que fue la necesidad porque ya no viviera dentro de un estado salvaje sin procurar mis deberes que tuve desde que nací.
Ocupe un impulso, pero ese impulso le hizo daño a mi conejita.
Guardo aún más silencio mientras me pierdo en mis pensamientos admirando la belleza que porta mi conejita, es la belleza más única que he visto a lo largo de mi vida, sin duda ella estaba destinada a ser una reina que quedara en la historia de un país. Y tuve la suerte de que ella sea mi reina, tan solo verla al despertar me hace perderme en ella.
— Estás muy callado, ¿ocurre algo? —.
— Solo miro lo hermosa que eres —.
— Mmm, ¿solo eso? —.
— En que más puedo pensar si no es en ti, ¿o debo de pensar en algo más? —.
— No, solo en mí —.
— ¿Aún te sientes mal, corazón? —.
— Un poco, me duele mucho, el estómago es como si hubiera comido algo que me hizo sentir mal. Estoy segura de que no debo de comer carne —.
— Ya tocamos ese tema, la carne te hace bien, el mismo doctor lo dijo y debes de cuidar tu dieta para que no te sientas mal —.
Mi pequeña coneja rueda sus ojos y me mira despectiva por mi comentario, suspira poniéndose de pie, dejando a un lado a su mascota y camina hacia mí con un gesto de negación. Se posiciona enfrente de mí, inclinando su rostro hasta ver que he dejado mi trabajo a un lado, sonríe con malicia y observo sus ojos que brillan iluminándome.
