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El viento soplaba con fuerza haciendo que las hojas de los árboles salieran volando, Jungkook esperaba con impaciencia en la sala de espera de la emergencia mientras Chanyeol se encontraba revisando al castaño, respiraba con dificultad mientras tomaba un vaso de café insípido pero muy cargado, había hablado con BaekHyun hace unas horas nada más, conversación en la que habían trazado un plan para desaparecer a Taehyung del mapa por lo menos hasta que se recuperara por completo y el equipo de abogados de Jungkook pudiera hacer algo para liberarlo de la bestia que tenía por marido. Chanyeol y todo su equipo estaban enterado del plan a esas alturas pero no quitaba que se sentía desesperado de que algo fallara, miraba con desespero la puerta por la que minutos antes el mayor había desaparecido junto a un grupo de médicos hasta que sintió una mano en su hombro.

—Ya tranquilízate te dará un infarto o algo —MinJi habló con una cálida sonrisa.

—Viniste —dijo con alivio mirando a la menuda chica antes de abrazarla.

—Claro, no puedo desobedecer las órdenes de mi jefe. —sonrió sacando de su bolsillo unas llaves— el tanque esta completamente lleno y YoonGi te estará esperando en la casita por si se te ofrece algo más, también hablé con los inversionistas que debíamos ver mañana para cambiar la cita, Isis llamó y dijo que ya empezaron las investigaciones contra el tipo ese pero por el reciente juicio deben esperar al menos seis meses para proceder con otra demanda así que más o menos tendría que desaparecer por unos siete meses y si es cierto que ese tipo tiene contactos en la policía lo más lógico sería que lo sacaras del país, puedo conseguirte un falso pasaporte y—... —fue interrumpida por unos brazos que se enredaron alrededor de ella, Jungkook cerró los ojos con fuerza y suspiró.

—Muchas gracias MinJi, no se que haría sin ti, en serio que eres mi salvadora —se separó antes de dejar un beso en la frente contraria— por el momento no planeo sacarlo del país por su salud pero cuando esté mejor dependiendo de cómo se pongan las cosas podría necesitar de tu ayuda para tramitar el pasaporte falso ¿si?

—Solo espero que no pase nada malo... a ninguno de los dos, ¿puedes prometerme eso? Ese tipo fue capaz de comprar un juez, no dudo de lo que sea capaz de hacer. Pero, a todo esto, ¿como terminaste involucrado con un tipo así? Es decir, metido en una relación así...

—Es una larga historia que te contaré otro día, ahora estoy demasiado estresado por todo esto.

—Lo sé, te traje comida por si acaso —le entregó una bolsa de comida y una de snacks— por cualquier cosa —fue todo lo que dijo antes de darle un beso en la mejilla— ten mucho cuidado, te quiero mucho —le sonrió antes de acomodarse la mochila sobre los hombros y tomar las llaves del auto de Jungkook para salir del hospital.

Cuando la vio desaparecer se permitió soltar una gran bocanada de aire para luego acercarse a la recepción recibiendo esta vez una buena noticia, estaba estable y gracias a su pedido esa misma noche quedaría en alta. Sintió un peso caer de sus hombros dejándose descansar por un momento antes de huir cual prófugo de la ciudad con el castaño.

—No se en que me estoy metiendo Taehyung, pero sé que valdrá la pena...

🚧

Un pequeño niño se encontraba sentado en medio de la sala, múltiples juguetes a su alrededor, su joven madre gritaba en la cocina "no, basta, por favor no más" pero parecía que nadie la escuchaba o al menos nadie quería ponerle atención, nadie le hacía caso, los sirvientes se desplazaban por la casa como si nada pues aquello no era nada nuevo, incluso se podría decir que era lo más natural, solo parte de la rutina, tanto los sirvientes como él habían aprendido a ignorar aquellos gritos desgarradores, escucho el sonido del cristal romperse y con un puchero dejo sus juguetes en el suelo para comenzar a gatear hasta la cocina, abrió la puerta con dificultad, se sentó frente bajo la puerta, esta le chocaba contra su pequeña y regordeta rodilla, miro a su madre, estaba tirada en el suelo, su nariz estaba rota, lo supo por la forma en que esta se doblaba a la derecha, la mujer le sonrió, sus dientes estaban llenos de sangre, su boca estaba partida, pero aun así logro esbozar una sonrisa lastimera para él, no dijo nada, la ignoro y volteo a ver a su padre quien se enjuagaba las manos ensangrentadas en el fregadero, sonrió y se acercó gateando, jalando su pantalón a lo que el hombre con una hermosa y radiante sonrisa le habló.

— ¡Papá! –extendió sus cortos y gordos brazos hacia el mayor, quien con gusto lo cargo y beso su mejilla, haciéndolo reír.

— ¿Qué sucede amor? ¿Necesitas algo? –el tono con el que lo dijo sonó tan cálido que era como que si no hubiera golpeado a su mujer hasta la muerte.

Camino con el niño hasta la sala, quedándose sentado en el enorme sofá de cuero, coloco al pequeño sobre su regazo, ninguno dijo nada por varios minutos hasta que el pequeño HoSeok se recostó en su pecho, cerró con sutileza sus ojos, recibiendo caricias en la espalda, se quedó dormido minutos después, en total paz y tranquilidad no se percató que ese día su madre no se levantó, no volvió a moverse, no volvió a respirar. Tardó tres días en darse cuenta que su madre no estaba, lo noto pues pudo ver el cuerpo de su madre dentro de aquella "cajita de madera" como le había dicho su padre, nadie se enteró de que había sido brutalmente golpeada hasta la muerte, nadie dijo y nadie lo diría, su familia lloro más, "el pequeño solo tiene un año" "como pudo haber perdido a su madre tan joven" "pobre niño" no entendía, solo recibía los abrazos y pasaba de brazos a brazos entre sus familiares, entre ellos su abuela, su abuelo y sus tíos, varios primos también, los odia y si se tardaban más de 5 minutos cargándolo daba de gritos por su padre, él había sido la mejor persona que había conocido, siempre decía que su madre hacia cosas malas, que tenía que castigarla, que por eso lo hacía y él, a su cortísima edad le creía, su padre siempre lo cuido y dio la cara por él.

A la edad de siete años su padre volvió a casarse, esta vez con alguien como él, era una mujer alta, muy alta, tenía el cabello de color rojo, le llegaba debajo de la cintura, piel bronceada y uñas largas, ella, al igual que su padre lo adoraban y cuidaban como si fuera una reliquia, luego de la boda vinieron los niños, un par de mellizos, luego una niña, luego un niño y luego gemelos, eran una familia grande y amorosa, todos se cuidaban entre si y era perfecto, a menos dentro de la casa era así. A veces acompañaba a su padre o a su madrastra al trabajo, sabía que ambos se encontraban con hombres y mujeres diferentes, eran caricias y golpes, él se sentaba a observar, su padre se besaba con una mujer y la tocaba inapropiadamente mientras que al otro lado de la habitación estaba su madrastra, con una mujer haciendo lo mismos, se besaban y tocaban tal vez 10 minutos para luego tirarlas del pelo, las estrellaban contra la pared y reían al hacerlo, las golpeaban, ellas gritaban pidiendo que pararan, pero aquello solo hacía que los golpes fueran más fuertes, más rápidos, las golpeaban hasta que morían, hasta que dejaban de gritar, luego sus cuerpos eran arrojados a los botes de basura. Solo una vez vio a su madrastra hacer algo así, la mayoría de veces iba al trabajo solo a hacer cuentas, a recibir información y a tramitar tickets, nunca supo qué clase de tickets eran, siempre escuchaba gritos desde la oficina de su padre, vio tantas bolsas de basura salir de ese cuarto por años. Su padre siempre le dijo que a la mujer que más había amado en su vida era a su madre, por eso la golpeaba, por eso la castigaba, por su bien, le pegaba porque la amaba.

Creció con aquella manera de pensar, si amas a alguien debes de educarlo, corregirlo y hacerte respetar ante él, porque lo amas y quieres que te ame, que este siempre a tu lado, que no te deje, no te engañe y no haga cosas que no te gustan, porque lo amas y el hecho de que lo ames lo hace tuyo, lo hace de tu propiedad y puedes hacer con él o ella lo que quieras, están bajo tu poder, te pertenecen.

¡Oops!Where stories live. Discover now