Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Jaden Walton -Atlanta, Georgia.
Me desperté a las 10:00 AM, no estaba de humor, ya que Gigi estaba enojada conmigo, lamentaba esto, apenas la conocía pero creo que forjamos un lindo vínculo con ella y mis hermanos, ahora todo estaba cayéndose por la borda.
- Buenos días - saludé, con poca gana a Javon, quién era el único despierto.
- Buenos días herman- ¡uy! Pareces sacado de Scary Movie - se sobresaltó.
- No estoy de humor - respondí.
- No, ya lo creo, ¿Estás mal por Gigi? - me miró directo, mientras dejaba de cortar una frutilla.
- Me estresa que éste enojada conmigo - admití - de todas formas ella tiene razón, no debí meterme.
- Está claro que cometiste un error al invadir su privacidad, pero lo hiciste con buenas intenciones, ella lo entenderá y te perdonará - intentó calmarme - Ahora, alíneate un poco, si ella te ve en este estado jamás seré padrino - ambos reímos ante su comentario.
- Te quiero hermano - le dediqué una media sonrisa.
- Yo también tonto - imitó mi gesto.
- Buenos días - Gigi apareció en nuestro campo de visión, llevaba una biker negras con un hoddie fucsia, y unas air force 1.
- Buenos días Gigi, ¿quieres? - mi hermano la saludó, ofreciéndole una fresa.
- Claro - la tomó de su mano y la dirigió a su boca.
- Buenos días Gigi - saludé, con un poco de timidez.
- Hola Jaden - contestó seca.
- ¿Podemos hablar? - me dirigí hacia ella.
- Supong- estaba por acceder, pero mi hermano pequeño interrumpió en la cocina.
- Buenos días - sonrió - ¿te sientes mejor Gigi?
- ¡Por supuesto! - le mostró una sonrisa genuina.
- Me alegra, ¡entonces hoy podrás llevarme a mi partido de béisbol! Quiero que vallas solo tú hoy - saltó emocionado.
- Claro pequeño - Gigi bajó hasta quedar a su altura, para acariciar su mejilla - ahora a desayunar - retomó su postura y dió dos rápidos aplausos.
- Gigi, ¿ahora podemos hablar? - pregunté, jugando con mis manos nerviosamente.
- Lo siento Jaden, estoy ocupada ahora - me miró sin expresión, para volverle a sonreír a Daelo. Yo sólo bajé la cabeza, pero sentí una mano tocar mi hombro, se trataba de mi gemelo, quién me dedicó una sonrisa reconfortante.
