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Gigi Stones -Atlanta, Georgia
Era domingo por la mañana, 6:40 con exactitud, me desperté sobresaltada, sentí un espesor en mi garganta, corrí rápidamente al baño, para soltar todo el ácido que me mantenía asqueada, no entendía el porqué de mis vómitos repentinos, ahora eran más frecuentes, me parecía extraño, porque hace poco más de un mes había dejado de provocármelos. Solté un gruñido de pereza, cepillé mis dientes y luego lavé mi cara aplicando algunas cremas, como solía hacer cada mañana, luego arreglé mi cabello en dos trenzas, para dirigirme a mi habitación en busca de qué ponerme. Finalmente opté por un top corto de manga corta con escote en "v" blanco, acompañado de unos joggins cafés y unas air force 1.
- Buenos días - saludé apareciendo en la cocina.
- Oh, buenos días Gigi - saludó Jaden dejando un beso en mi mejilla.
- ¿Cómo dormiste? - pregunté,mientras aceptaba la taza de té que el castaño acababa de ofrecerme.
- Genial, ¿tú?
- igual - suspiré, no iba a preocuparlo con el incidente de ésta mañana.
- Escucha, en dos horas tendré un partido importante, y quería saber si te gustaría venir conmigo y mis hermanos - jugó nerviosamente con sus manos.
- Oh, ¡claro! - le sonreí - quiero estar ahí para apoyarte, aunque entiendo poco del béisbol - admití.
- Cuando quieras puedo enseñarte - se encogió de hombros.
- Tranquilo, Evan se encargará de eso - le di una sonrisa para beber un sorbo de la infusión.
- ¿Qué? - abrió sus ojos como platos - ¿A qué te refieres?
- Buenos días chicos - entró Javon a la cocina.
- Buenos días Wanna - saludé.
- Buenos días hermano - saludó para poner su mirada rápidamente en mi - ¿cómo qué Evan "se encargará de eso"? - intentó imitar mi voz en la última frase.
- reí - no te sale, y así fue, me lo crucé en el partido de Daelo el otro día, le conté que no entendía mucho del deporte y se ofreció a enseñarme - me encogí de hombros - ¿por qué tanta molestia?
- Nada - sonrió - déjalo, luego hablaré con él.
- Buenos días - Daelo apareció en nuestro campo de visión mientras frotaba sus ojitos.
- ¡Buenos días hermoso! - dejé la taza en la mesada, para ir hacia él y besar su frente - debes alistarte para el partido de Jaden, te ayudaré en eso - le di un pequeño toque en la nariz, lo cual provocó una risita extremadamente adorable.
