Final.

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Los gritos ahogados de Jimin se mantenían prisioneros en su garganta, con cada esfuerzo que debía hacer para ayudar a salir a su primer hijo, sentía que la vida se le iba en ese momento, dolía, dolía como la mierda, sentía que sus entrañas eran rasgadas con fuerza por algún animal hambriento, pero era todo lo contrario, era algo inexplicable, pero decir que era un dolor bueno, uno de felicidad, por fin conocería a sus bebés, en pocas horas ya los tendría en sus brazos, podría acurrucarlos en su pecho mientras los veía con sus ojitos cerrados aún bien cerca de él, entonces todo eso valía la pena, no escuchaba casi nada, era como si cayera en un constante vacío sordo que le impedía escuchar al doctor exigiéndole más, que él podía hacerlo, y que si era capaz de poner un poco más de fuerza su primer bebé saldría. Luego de dos pensamientos más, su primer bebé nació emitiendo un estruendoso llanto que más que atormentar sus oídos los alegraba, ese bebé tenía unos sanos pulmones, su llanto lo demostraba. Jimin logró respirar con un poco de paz, con lágrimas en los ojos vio como cortaban el cordón umbilical y sonrió.

- Aquí está papá, tu primer bebé ha nacido sano y fuerte.

Dijo el doctor orgulloso, conteniendo también las lágrimas que intentaban salir de sus ojos, y es que a pesar de liderar tantos partos, este era el único que había provocado tanta emoción en él, Jimin estaba pasando por una situación horrible, y el simple hecho de mantenerse en pie y fuerte por sus hijos, era digno de admirar, seria un padre increíble en el futuro, rectifico, ya era un excelente padre, no solo cargó en su vientre dos bebés, si no que debía cargar en su espalda el peso de la culpa, el dolor por no tener a su prometido junto a él.

- Mi bebé.

Murmuró Jimin viendo como se lo llevaban para limpiarlo. Entonces otra vez debía pasar por lo mismo de antes, este sería su segundo parto, pero el más difícil, el pequeño Jeon estaba de lado, lo más probable estaba negándose a nacer porque su padre aún no despertaría para verle, pero aún así debía salir, no podía quedarse adentro por más tiempo, pero Jimin estaba sin fuerzas, no tenía aliento, por más que lo intentase sentía que moriría en cualquier momento.

Mientras en la habitación de Jungkook algo más estaba pasando, cuando Jimin entró en parto, Jeon empezó a incómodarse, la máquina que le daba vida comenzó a emitir un raro sonido, más bien era un chillido insoportable que atravesaba las paredes de aquella sala. El doctor entró rápidamente a la habitación colocándose el estetoscopio en el cuello, Jungkook estaba convulsionando, no dejaba de moverse en aquella camilla como si la vida estuviese pasando en diapositivas.

- Doctor, tiene que ver esto.

Habló la enfermera alarmada. Jungkook había dejado de moverse para esta vez abrir los ojos, ambos presentes en aquella habitación se miraron contrariados, sin entender lo que estaba sucediendo, de un momento a otro Jungkook estaba casi muriendo hasta que despertó. Sus ojos bien abiertos fijos en el techo, con lágrimas caer de sus ojos hasta impactar contra la almohada.

- Señor Jeon, soy el doctor Jung Min Ho. Si me escucha mueva su mano derecha.

Acto seguido de sus palabras. Jungkook movió su mano derecha obedeciendo al doctor, sintió un leve malestar en su garganta que le impidió pasar saliva, quería moverse, ponerse de pie, salir de ahí, tratar de entender que estaba pasando con él, pero su cuerpo dolía, entumecido por el tiempo que pasó ahí postrado lo decía todo. Motivo de más para no poder mover sus piernas con agilidad, le costó muchísimo poder mover la mano tal cual le había pedido el doctor, pero por lo menos seguía manteniendo la movilidad intacta.

- ¡J- Jimin ! ¿Dónde está? ¿Está él bien?

Le costaba articular una palabra completa, pero pudo hacerlo, en lo primero que pudo preguntar fue por su amado novio, entendía que si él estaba hospitalizado entonces Jimin también lo estaba, podía a ver estado gravemente herido o algo peor, de pensarlo se desesperó.

- Dígame dónde está mi novio. ¿Dónde está él?

Gritó histérico casi fuera de si mismo.

- Calma Jeon, Jimin está bien. Tienes que calmarte, acabas de despertar de un coma en cual te encontrabas por casi mes y medio.

Jungkook abrió los ojos confundido, tuvo lagunas mentales hasta ahora mismo, pero recordaba todo perfectamente, ese maldito accidente dónde estuvo a punto de perder la vida, esa noche salvó la vida de su pareja y la de su bebé. Cuando escuchó que Jimin estaba bien, dejó a un lado sus absurdas malas ideas y se sintió aliviado. La opresión en su pecho fue liberada de un momento, si todo estaba bien, igual quería ver a Jimin , necesitaba ver por sus propios ojos que estaba vivo, que no estaba herido. Una vez que la enfermera liberó su brazo de aquellos cables que se clavaban en su piel se sentó en la camilla ayudándose a sí mismo.

- Déjeme ver a Jimin . ¿Está aquí en el hospital? Lo quiero ver. Seguro está herido, tal vez no lo pude proteger a tiempo, quiero verlo.

- Por favor cálmate. Te acabas de despertar.

- ¡A la mierda con eso! Estoy bien. Llévame...

- Señor Jeon, Jimin acaba de dar a luz a sus gemelos.

Jungkook lo miró ofendido, buscó la escusa más tonta para evitar que se levantase de la camilla y saliera a buscar a Jimin como un loco desesperado, porque así se sentía, aquello lo hizo carcajearse. Debió confundirse, como le hablaba de gemelos, su Jimin traía en su vientre solo un bebé, a pesar de no recibir un ultrasonido por su parte sabía que seguía siendo un bebé.

- Puede decir mejor que estoy muy mal, que no salga. Pero decirme que soy padre se gemelos. Jimin no...

- Le estoy diciendo la verdad, señor. Jimin tuvo gemelos.

Eso tenia que verlo con sus propios ojos, el doctor Jung lo decidió así, agarró una silla de ruedas, y él mismo llevó a Jungkook hacia el cunero donde se encontraban sus niños, y es que cuando llegaron al lugar, Jungkook se puso de pie con un poco de dificultad, apoyó ambas manos en aquel cristal transparente, los vío ahí, tan frágiles, pequeñitos, indefensos, eran sus bebés, los únicos bebés que habían nacido esa noche eran los suyos. Estaban solitos en sus cuneros, con la ayuda de una persona supervisando sus evoluciones. Aquel sentimiento sin nombre que se alojaba en su pecho, era puro amor cargado de ternura. Sus hijos, suyos y de Jimin , nacidos del gran amor que se tenían, era posible que esos dos pequeños angelitos llegasen a su vida en el peor de los momentos. Cuando Jungkook comenzaba a despertar sus hijos nacían. Sintió la necesidad de llorar, y lo hizo, lloró.

- Jungkook.

Jimin acababa de nombrarle, él estaba ahí, ocupando una silla de ruedas, aún estaba débil por el parto pero podía moverse, quería ver a sus bebés y nada podía detenerlo. Es algo ficticio, algo de otro mundo. Su Jungkook estaba despierto, y miraba a sus hijos orgullosos.

- Me has hecho muy feliz, mi amor.

Murmuró un eufórico Jungkook, se dio la vuelta hasta quedar frente con frente a Jimin , el cual se había quedado sin palabras al verle ahí de pie, tragó áspero sin habla, Jeon sonrió secando las lágrimas que recorrían las mejillas de su novio, llámalo por felicidad, porque eso sentía. Felicidad.

- ¿E-estas despierto? Tú, estás aquí.

Logró decir por fin.

- No pienso irme a ningún lado. Nunca más.

I want to love you ♥︎ KMWhere stories live. Discover now