Personas famosas o "relevantes" que reciben un trato especial, diversos beneficios y privilegios en ciertos lugares públicos.
¿Como voy hacer para que me dejen pasar?
No tengo idea pero de qué pasó, PASO.
Total la vida es una y estuve esperando el...
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-Ya estoy acá.-Dijo Pablo entrando de golpe mientras me estaba vistiendo ya se había ido a comprar.
-Toca antes de entrar, me estoy vistiendo.-Me queje intentando agarrar el short pero me lo quito.
-Nono, quédate así que, aparte hace calor y estamos solos.-Hablo volviéndolo a guardar en el placar.
-Vos tendrás calor poesía.-Dije abrazándolo.
-¿Y si me lo quitas?-Pregunto colocando sus manos en mi cintura bajando de a poco.
-Si.-Conteste besándolo haciendo que el me alce upa y me lleve a la cama para después dejarme con cuidado en ella.
-No quiero que te vuelvas más a Italia.-Dijo mientras me sacaba la remera dejando pequeños besos por todo mi pecho y abdomen besándome de una forma tan dulce y linda como lo hace siempre.
Yo también hice lo mismo, le saque la remera que tenía puesta lentamente mientras lo besaba.
-Yo tampoco me quiero ir.-confesé mientras bajaba mis besos hasta llegar a su pantalón y lo desabroché bajándolo mientras lo tocaba un poco haciéndolo largar pequeños quejidos.
Me sacó el encaje de a bajo y después desabrocho mi corpiño tirándolo hacia un lado de la cama mientras besaba uno de mis pechos y el otro lo apretaba.
Se colocó mejor encima de mi y me agarro ambas manos para que no me mueva mientras besaba y mordía mi cuello haciéndome soltar suspiros, yo solo podía ver nuestros cuerpos juntos casi chocando, no quiero volver a italia y tenerlo lejos.
Se apartó un poco de mi y busco un forro de la mesita de luz mía ya que la última caja la dejo acá, se bajo el bóxer colocándoselo y sin dar tantas vueltas se metió adentro de mi haciéndome soltar pequeños suspiros u gemidos de placer, podía estar así todo el día, la tarde y la noche sinceramente.
Apenas terminamos de hacer lo nuestro, estuvimos un rato en la cama haciendo fiaca hasta que decidimos ir a fuera y sentarnos en el patio a charlar mientras merendábamos hasta que Pablo encontró una pelota y se puso hacer jueguitos con ella.
-Veni, vamos a jugar.-Hablo acercándose a mi para después agarrarme del brazo y levantarme de mi asiento.-anda al arco.
-Yo no quiero ser arquero.-me queje dirigiéndome al mini arco.
-Si, vas a ser arquero.-Hablo colocando la pelota en el centro para patear.-¿Entra o no entra?
-No.-Dije preparándome para atajarla pero la metió.
