Nuevo mundo

89 11 3
                                    

-Les tengo dos noticias, una mala y otra buena.

Los seis que estaban sentados delante de mi enseguida se tensaron.

-Tiene que ver con tu mundo ¿cierto?  Yukimura nos contó que querías decirnos algo al respecto.- preguntó Kenshin.

-Así es.- asentí.

-¡Me niego!- Hideyoshi se levantó rápidamente, golpeando la mesa.- ¡Me niego a que regreses a tu mundo! ¡Sé que eso es lo que vas a decir! ¡Que ya puedes regresar!

-Cálmate Hideyoshi, tal vez no sea eso. Puede que le preocupen otras cosas.- Nobunaga tenía la vista fija en mi.

Me sorprendió la manera en la que ellos dos arreglaron sus diferencias. Se llevaban como perro y gato pero se pusieron de acuerdo para trabajar conmigo sin pelear, eso me hizo feliz.

-Lo siento Nobunaga pero él tiene razón, la noticia mala es que ya puedo regresar a mi mundo. Aunque honestamente para mi no lo es, para ustedes si.

-¡Pero Princesa! ¡Usted aún tiene deberes aquí! ¿Quien mantendrá unida Shinga si usted se marcha?- Masamune parecía aún mas desesperado que Hideyoshi al decir estas palabras.

-¿Porque no son sinceros? Sé perfectamente que no desean que me vaya, no por el país sino por su propio gusto.- los regañé.

Se quedaron en silencio, algunos incluso desviaron la mirada.

-Sin embargo también les tengo una buena noticia.- sonreí.- Pueden venir conmigo si lo desean.

-¿Podemos ir a tu mundo?- automáticamente Yukimura saltó.- ¡Quiero ir!

-Me apunto.- Shingen, quien había estado en silencio hasta el momento habló.

-No voy a perderme una oportunidad como esta.- Hideyoshi asintió cruzandose de brazos.

Los demás se unieron sin dudar, ahora tan solo les quedaba la duda de si podían regresar a Shinga o era para siempre el cambio de mundo.

-Podremos regresar claro, pero no es recomendable el viaje tan seguido entre mundos así que cuando estén listos me avisan, podremos irnos cuando quieran.

Comenzaron a hablar animadamente entre ellos, parecía hacerles mucha ilusión el ir a conocer como vivía antes de meterme en este enredo. Otros ya hacían planes para irse inmediatamente, debían conseguir a alguien de confianza que hiciera su trabajo mientras no estuvieran.

Casi automáticamente les cedieron el trabajo a sus vasallos y se reunieron unos días después, sobre sus caballos, a la entrada del castillo. Reí al verlos tan elegantes sobre sus monturas.

-Bajense de allí, no les va a hacer falta.

-¿Como que no? ¿Como nos vamos a mover por tu mundo?- preguntó Kenshin bajándose del caballo.

-En mi mundo existen los automóviles y los autobuses.- expliqué sintiéndome superior.- Son como... carretas pero no tienen nada que tire de ellos y pueden llevar a más personas.

-Ohhhh.- corearon todos.

-Bueno, vamos, abajo.

Llamé a Yuzuki para preguntarle si necesitaba algun ritual o algo pero me dijo que solo necesitaba cerrar los ojos y concentrarme en lo que deseaba, que las puertas se abrirían para mi. Escuché gritos se asombro a mi alrededor, mayormente de Hideyoshi, cosa que me desconcentró por completo así que abrí los ojos para gritarle que se detuviera.

Sin embargo la sorprendida fui yo, los seis ya estaban en mi habitación.

-Bueno, no pensé que fueramos a llegar tan rápido...

Fue allí cuando me percaté de que mi habitación estaba desordenada y aún así ellos miraban cada detalle con curiosidad.

-Saisho ¿este objeto luminoso que es?- Masamune tocó con un dedo la lámpara del techo.

-Es una lámpara, da luz todo el día.

-¿Y no se gasta como las velas, el carbón o el aceite de las lámparas?- preguntó esta vez Yukimura.

-No, en mi mundo existe la electricidad, es por ello que lámparas como estas no se gastan.

Y así continuaron preguntando todo tipo de cosas mientras que recogía disimuladamente todo lo que veía que estaba fuera de lugar.

-Necesito que se queden quietos. No toquen nada.- les advertí antes de salir de la habitación.

Tenía que comprobar si mi madre estaba en casa y hablar con ella, seguramente se asustaría al ver a cuatro chicos con orejas y dos vampiros en mi habitación. Bajé a la sala, miré en la cocina, en su habitación... no estaba por ningún lado. Probablemente estaba trabajando.

Así que decidí volver a mi habitación y cual no fue mi sorpresa al ver a Kenshin y a Shingen discutir sobre que ropa era más adecuada para mi: si una falda de pliegues o un vestido veraniego. En realidad no tenían ni idea de la ropa que tenían en la mano pero todo era tan nuevo para ellos que querían verme con todas esas prendas puestas.

-Oh, Saisho llevaba una falda como esta cuando la conocí.- Hideyoshi levantó una falda, la cual pertenecía a mi uniforme escolar y luego unas de mis bragas.- Y algo parecido a esto debajo ¿es tu ropa interior?

Automáticamente lo golpeé con fuerza. Oda y Yukimura rieron disimuladamente al ver la situacion.

Miré a los seis chicos y definitivamente, si salíamos a la calle juntos, primero debía comprarles ropa adecuada para ello.

Siguiente misión: Comprar ropa para chicos.

♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡♡
Holis mis queridas lectoras, como que esto se va a poner chido ¿no?

*rie maliciosamente*

Sengoku Night Blood ¿otra vez?Where stories live. Discover now