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¡¡AUTOR:: sinfulcries, Tumblr !!
¡¡WARNINGS:: Noncon, diferencia de tamaño, voyeurismo, exhibicionismo, nalgadas, dacryphilia, lector sádico, manipulación (?), esclavitud, juego con cuchillos (escribiendo tu nombre en su muslo), sexo sin protección, pérdida de virginidad, abultamiento de vientre, desequilibrio de poder, fetiche relacionado a la fuerza !!
¡¡VIDEOJUEGO:: Genshin Impact !!
¡¡RECUERDA VOTAR, HOMOSEXUAL!! 😾
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—¡Aléjate de mi!
Fueron las primeras palabras que Kazuha escupió cuando llegó al estar cara a cara, contigo inclinándote frente de él. Sabías que el chico quería matarte por dejar que Shogun acabara con Tomo sin ni siquiera molestarte en detenerla; como sea, el fuerte agarre que tenías en su brazo se apretó por su desobediencia. La sonrisa que se abre paso en tu hermosa cara creciendo mientras luchaba infructuosamente contra tu control.
El chico se veía bastante bonito con lágrimas llenando sus ojos. Nadie podía culpar al chico tembloroso, sollozando inútilmente en busca de ayuda, no cuando estaba bajo tu supervisión. Si Kujou Sara no era más que una confidente aterradora de Ei, eras un monstruo en comparación con ella.
Fuiste bastante famoso por tu despiadada forma de ser; cuánta gente has matado para complacer a Shogun y su objetivo para la eternidad. Nadie podía realmente contar la cantidad de cuerpos y visiones que has tomado por un lado, sin embargo, tu reputación de follar y jugar con los bonitos hombres de Inazuma siempre iba al lado de esa información. No es que realmente te importara cuando tenías cosas de juego tan impecables para corromper y tiró como pequeños juguetes.
Kazuha podía sentir el estómago revuelto de miedo mientras lo lanzas contra el suelo áspero, ordenando a tus hombres que lo mantuvieran en su lugar mientras presionabas la fría hoja de tu espada contra su cálida mejilla. —Qué adorable. Me pregunto si te verías aún más guapo, todo jodido por mí.— Sonriste.
—¿Qué...? ¡No! ¿Estás loco?— Kazuha protestó, solo se ganó una profunda risa de tu parte en respuesta. El veneno que goteaba de cada palabra que soltabas envió un escalofrío por su columna vertebral y solo podía tragar una vez que arrastraras tu hoja hacia abajo para cortar su ropa, dejándolo desnudo y vulnerable justo delante de ti. —No tienes espacio para quejarte, chico. Te mataré si intentas defenderte.
