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¡¡AUTOR:: sinfulcries, Tumblr !!
¡¡WARNINGS:: escritura desordenada, sexo en un avión, exhibicionismo, infidelidad, relación sugar daddy-baby, toji es una puta, consumo de alcohol, full nelson, feminización, dos dilfs follando en un jet privado !!
¡¡ANIME:: Jujutsu Kaisen !!
¡¡RECUERDA VOTAR, HOMOSEXUAL!! 😾
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-¿Tu esposa sabe de nosotros?- Toji murmuró, sus ojos verdes se arrastraban cuidadosamente para encontrarse con tu mirada curiosa. El hombre sentado cómodamente en tu regazo podía sentir el suspiro silencioso que salía de tus labios y apenas podía saber si era por la pregunta o por el fuerte whiskey en tu mano.
-Ella no lo sabe; y, francamente, no planeo que se entere pronto.- Respondiste con tranquilidad y Toji suspiró en alivio disfrutando de tu calor un poco más. Conocía las consecuencias de ser la cosa de juego de un hombre rico. Después de todo, tienes hijos en casa, una esposa-ama de casa cariñosa y él aquí se aferraba a ti no solo porque le proporcionaste algún tipo de apoyo financiero, sino porque también le hiciste sentir algo diferente. Algo que solo sintió con su primera esposa y su hijo, Megumi.
Los momentos en los que podían tener intimidad el uno con el otro se estaban volviendo raros con tu apretada agenda, y después de semanas de Toji sin ninguna atención, decidieron que un viaje lejos de todo sería suficiente para satisfacerlos a ambos.
Estabas lo suficientemente interesado como para notar la forma en que Toji jugaba con el dobladillo de su camisa, sus labios suaves apretados entre sus dientes, pensando profundamente mientras finalmente ronroneaba: -Vamos, papi. Déjame cuidar de ti. Te echo de menos.-
Qué hombre tan impaciente era, arrastrándose rápidamente por tu regazo mientras empezaba a mover las caderas lentamente contra tu polla medio dura. Sus hombres y el otro personal se apresuraron a darse cuenta de cómo les hizo un gesto para que estuvieran fuera de la vista, dejándolos a los dos solos para saborear el momento.
-Estamos muy emocionados, ¿verdad, muñeca?- Te burlaste suavemente, envolviendo una mano alrededor de su pequeña cintura antes de acercarlo a tu pecho. Te perdiste absolutamente todo sobre llegar a tocar a Toji después de semanas de no poder verlo, y sentir el calor de su piel en las yemas de tus dedos mientras aterrizaba su polla contra la tuya hizo que un profundo gemido se deslizara por encima de tus labios, haciendo que el chico encima de ti sonriera de satisfacción.
-Sé que tú también me echaste de menos, tu polla ya está dura.- Gimió en respuesta, quitándose tus pantalones de chándal para posicionarse en la parte superior de tu longitud, dejándose caer sin pensarlo dos veces. Ciertamente estaba desesperado por tenerte dentro de él, y la vista de su espalda arqueada en placer, tratando de meter el resto de tu polla dentro de él, te hizo sonreír, disfrutando de sus adorables expresiones.
-Joder, no has jugado contigo mismo en mucho tiempo, ¿verdad, chico guapo?- Gruñendo, tu mano se abrió paso lentamente hacia el culo del hombre, apretando bruscamente la carne flexible antes de golpearlo con fuerza.
Toji simplemente gritó en respuesta, saltando ante la acción mientras tu polla se asentaba, increíblemente, más profundamente en sus entrañas. -Sí, no me toqué por ti, papi...- Él gimió sin aliento.
En serio, estabas empezando a perder la calma, especialmente al ver a Toji perderse absolutamente en tu polla rebotando como una perra en celo. Era adictivo, nunca podrías cansarte de ver su bonita cara arrugada de placer mientras su coño te aprieta la polla de forma agradable y cómoda.
Los dos estaban tan jodidamente adictos el uno al otro y, sin embargo, ambos se niegan a decirse las tres palabras que los pondrían extasiados. -Voy a follarte más profundamente, ¿verdad, princesa?- Dijiste con voz áspera.
Toji asintió con entusiasmo a tus palabras, sintiendo tus brazos resistentes levantando sus piernas mientras empujabas en él mucho más profundo, tus golpes viciosos golpeando el aire fuera de sus pulmones, solo dejando a Toji babeando como un perro mudo.
-Si haces un lío aquí mismo, me aseguraré de poner un anillo en ese bonito dedo meñique tuyo, muñeca.- Te ríes, colocando tu mano firmemente contra su garganta, -Finalmente te haré mía.
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