Padres Por Accidente -Sunki-

II

Unos días después de aquella charla Sunoo se encontraba pensativo... ¿Debía adoptar al gato?. Era buena idea tenía ya dos pequeños gatos, un lindo blanco con unas bellas orejas amarillas y ojos azules, y otro negro con blanco, entonces un gato gris será perfecto, era como la combinación de ambos gatos.

No lo dudo más, así que dejó encargada la heladería a Jungwon, el cual al igual que Jay y Ni-ki, esos dos trabajaban juntos los fines de semana ahí, y durante la semana algunos empleados del lugar.

A pasos lentos se dirigió al refugio de animales más cercano, ahí había de casi todo, perritos, gatos, conejos, aves, incluso una vez se llegó a ver orugas... ¿Las personas adoptaban orugas?.

Eso no importaba mucho.

Al entrar lo primero que sus ojos vieron fue un lindo gatito de color gris y ojos azules, era hermoso, no lo dudo y lo tomó entré sus brazos, era un gato muy amoroso, ya que al instante el felino de restrego en el cuello de Sunoo.

— Hola, ¿vienes a adoptar o eres voluntario? — pregunto una linda chica con algunos papeles en mano.

— Vengo a adoptar — respondió Sunoo, sin dejar de acariciar al felino.

— Muy bien, me parece que haz encontrado a tu compañero, en el Pastel y gatito rescatado de un hogar donde lo maltrataban, casi nadie lo quiere, ya que el pequeño perdió la vista de uno de sus ojos y parte de su colita por los maltratos que recibía — Sunoo si quiera había notado aquello, aquel felino le pareció tan lindo cuando lo vio que ni siquiera presto atención en aquellos detalles — a pesar de todo, es un gato muy amoroso.

— Es muy bello, lo quiero adoptar... — el pelinegro se quedó pensando — No, no solo a él, quiero a otro gato, me llevaré dos — la chica sonrió.

Sunoo bajó al felino el cual de inmediato camino hacia una linda casita para gatos, lo siguió con la mirada, encontrado la más bella escena, donde Pastel lamia a un gatito de color amarillo y blanco.

— El es Sol, ambos se llevan de maravilla — Entonces Sunoo decidió.

— Los llevaré a los dos, no sería tan cruel para separarlos — la chica de igual forma volvio a sonreir.

Después de algun tiempo de papeleo y muchaaas explicaciones de donde vivía Sunoo, ya que no sabía dar su dirección, estaba listo para ir a casa con sus dos pequeños.

— Eso sería todo joven Kim, durante los próximos días alguien del refugio llegará a su casa y verá cómo están los pequeños, si se encuentran en malas condiciones serán removidos de su cuidado — asintió — Irán cualquier día, sin avisar, ya sabe para que no haya ningún tipo de problema.

— Si, gracias, los esperare — al final se despidió de todos y tomó un taxi para ir a su departamento con Ni-ki... El cual el taxista se perdió por que Sunoo no sabía explicar y tardó más de una hora en llegar a casa.

Entonces por eso Ni-ki le decía que llevara su auto...ahora entendia mejor.

No fue necesario comprar una cama o comida para los pequeños felinos, ya que en casa tenía por sus otros gatos, solo llevó algunos collares para ellos, con sus nombres grabados...agradecía que la tienda de mascotas estuviera afuera de su casa, si no capaz y tardaría más el llegar y el taxista se enojarian más por hacerlo dar tantas vueltas por la ciudad.

Al entrar a su departamento se encontró con Ni-ki en la cocina y a sus bebés dormidos en su inmensa cama.

— Ya volví — anunció una vez cerró la puerta del hogar.

— Bienve... ¿Qué es eso? — habló el rubio en cuanto vio a los dos nuevos felinos.

— Gatos, tontito — habló con obviedad.

— Kim Sunoo quedamos en que ya no habría más gatos — Sunoo mostró un rostro ofendido ante el comentario de Ni-ki.

— Nishimura Riki, solo son dos pequeños, además de harán compañia a Copo y Ceniza — nombres muy curioso para sus gatos — además ya están aquí así que te aguantas.

Ni-ki no dijo nada más, lo había llamado por su nombre completo... Eso significaba peligro, así que solo lo ayudo a sacar a los pequeños de aquella jaula para gatos.

🦊

Había pasado ya casi un mes desde que los nuevos inquilinos había llegado a casa, era fin de semana y Sunoo había decidido a pasar aquellos días junto a su amado esposo, no trabajar un fin de semana, no pasaba nada, de todas formas ambos estaban demasiado bien económicamente.

Sus trabajos eran muy bien pagados.

Ambos se encontraban en la sala de su hogar, la tarde de películas era divertido para ellos, pasaban tiempo juntos, podían descansar, abrazados en el sillón solo ellos dos.

— Sunoo — el mayor respondió con un "mhm" dándole permiso al menor para seguir — Te amo.

— También te amo, te amo demasiado Nini  — El menor sonrió, para después besar los labios del mayor, un beso lento.

Mientras tomaba sus mejillas, cada uno de aquellos besos mostraban miles de sentimientos, sentimientos de amor que con cada día, cada minuto, cada semana, cada mes, cada año crecían más y más, ambos eran la muestra del amor verdadero, amor sin mentiras, sin intereses, solo amor entre ambos.

Conforme el beso seguía se iba tornado más intenso, a tal punto que el mayor de estar sentado en el sillón, ahora lo estaba en el regazo de Ni-ki, poco a poco desabrochaba los botones de su pijamada, la cosa se tornaba con una doble intención.

Sonó el timbre.

No le tomaron importancia y siguieron con lo suyo, los besos en el cuello empezaron.

El timbre volvió a sonar.

— Justo ahora... — el mayor se quejo para levartarse y abrir la puerta — Ni-ki... — su voz sonaba... ¿Preocupada?

— ¿Qué pasó?

— Ven...

Al llegar a la puerta de su hogar su expresión cambió de repente, a una feliz a una asombrada.

— ¿Qué es eso? — habló Sunoo una vez Ni-ki llegó a su lado.

— Un bebé, tontito.

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Lxs tqm <3

Lili