(人 •͈ᴗ•͈)-17

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— No vamos a teñirnos el cabello.

Minho asiente después de Hyunjin aunque sin evitar fruncir las cejas, ¿Qué se creé aquel demonio "alto" Mihno tuvo que aclarar primero no él.

El era el alfa de esta relación y no cuenta lo de "esa" noche.

Miró a su tia soltar un suspiro que fue acompañado con una pequeña sonrisa y luego se agrandó ya no siendo linda. — Esta bien, ya tenía previsto esto. Y no es que Grisha me haya llamado la atención, que se cree ese viejo. — Aquello último no lo escuchó bien así que solo optó por sonreír. — Ustedes ya son lindos, no necesitamos oxigenación. Cómo sea eso no era lo que quería decirles. — Ella se compuso más en su asiento, formando de su sonrisa una seriedad profunda en su rostro. — Cómo saben; solo firmaron un año para estar promociones de apertura, no creí que fuera a crecer demasiado, pensando que solo quería un pequeño salón de faciales. — Ella sonrió. — En pocos meses se acabará ese contrato, y toda la publicidad en la que hemos trabajado saldrá a la luz, los accionistas han consultado conmigo y llegamos al acuerdo de un posible extensión de contrato ellos, yo y ustedes. — Los menores abrieron un poco la boca. Más que nada mirándose porque no entendieron que de sopresa, Seoho prosiguió. — Yo tendré más patrocinio, y se extenderá la marca, y de ustedes queremos que sigan trabajando con nosotros, yo quiero que sigan trabajando conmigo, se que fue mucha presión pero como esto se extenderá más, quiero que estén a mi lado cuando crezca, habrá más movimientos, más modelos, mi meta es conseguir caras hermosas para la compañía. Y sí no les quedó claro, quiero que sigan trabajando para mí, aunque haya más personas. ¿Quieren renovar?

Grisha no estaba con ellos, seguramente ya estaba al tanto de la situación y por eso mismo les había dicho antes que pensaran bien en lo que querían y sea cual sea su decisión el iba a apoyarlos, como suegro, padre y manager.

Seoho les mostró una carpeta donde apuntó el hecho que si ellos firmaban serían modelos principales de la marca por tres años.

Claro que ya lo habían pesando, su respuesta básicamente se basaba en un Sí, viendolo de diferentes ángulos, era una estabilidad económica, algo ya para un futuro, les gustaba su trabajo, era momentos en los que se les facilitaba llevarse bien entre ellos, por ahora sus planes no tenían mucho futuro más que estudiar la universidad.

De nuevo el ente andante se adelantó para hablar. — Lo hemos pensando, tía Seoho. Tenemos planeado seguir con esto, siempre y cuando podamos con nuestra vida personal y sobre todo como estudiantes, aunque es casi un sí, nos gustaría pensarlo más a fondo y tener una conversación los cuatro.

Seoho sonrió. — Está bien niños, respeto su decisión, igual ahora que estamos a este punto de la historia, quería darles mis más grande agradecimiento. Sin ustedes esto no tendría tanto futuro como parece tenerlo sin siquiera salir a la luz. Ustedes hicieron esto posible y cuando sean mayores de edad les daré lo que les corresponde. Yo no sé de empresas y negocios pero mis abogados se encargarán de darles partes de las acciones de la empresa. — Ella se alzó de hombros. — Yo solo quería un salón de faciales.

Minho miró a Hyunjin y viceversa; estos dos negando con expresión aterradas en sus rostros. — No tía, esto solo es tuyo nosotros tampoco sabemos sobre acciones y así. — Minho negó, Hyunjin le dió la razón.

Apenas e iba a cumplir diecisiete.

Seoho volvió a sonreír. — Está bien, estén tranquilos, pronto serán mayores y podrán enfrentar está y muchas más cosas. Estoy orgullosa de ustedes.

Novecientos cuarenta y tres días después.

Habían pasado tantos días y tantas cosas.

Y es momento de contarlas.

Gay también se haceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora