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Ayelén

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Ayelén...

Baje justo cuando el coche de Ming se alejaba de la mansión, me deslice por la casa hasta la cocina donde Rob me esperaba con mi desayuno preparado. Él miraba animado algo en su móvil, pero al verme lo dejó a un costado y me sonrió. -Buenos días bella durmiente.-

-Hola cariño- le sonreí.

Rodeo la mesada y vino a mi para dejar un beso en mi frente -Esperaste a que se fuera para bajar ¿verdad?-

Asentí mientras me sentaba en el taburete.

-Pregunto por ti.- comencé a comer sin prestarle atención a lo que acababa de decirme -Aye, él está haciendo todo esto porque piensa que vas a perdonarlo-

No conteste.

-¿No vas a arrepentirte luego?-

Deje la taza de café en la mesa -No, tengo muy claro mi propósito en este lugar, lo que ellos hagan no cambiara mi plan-

-Aye-

-Ya hemos hablado sobre esto Rob, no esta a discusión lo que vengo a hacer a este lugar-

Agacho la cabeza y no dijo nada más. Entendía que él quisiera verme como la chica que lo salvó, que lo ayudó a estar con su amor. Pero la verdad es que mi papel en ese lugar era el de la villana que venía por su venganza.

Una lenta y dolorosa.

Terminé de comer y me levanté decidida a regresar a mi cuarto para cambiarme e ir a un lugar pendiente, pero en el umbral de ingreso a la cocina me encontré a Sam. -Buenos días-

-Buenos días-

Su vista fue de mi hasta su chico y pregunto -¿Pasa algo?-

-No-

-¿Pelearon de nuevo?-

Bufe -No, simplemente no tenemos el mismo punto de vista.-

Se hizo a un costado dejándome pasar, detrás de mí pude oírlos hablar -Yo solo quería que ella fuera feliz chocolatito- Rob le comentaba a su chico.

-Lo sé cariño, pero nuestra niña está muy dolida. Tenemos que entenderla y cuidarla-

-No quiero que sea un monstruo-

No me quede a seguir escuchando porque me parecía de mala educación, subí a mi alcoba y busqué un atuendo bastante cómodo ya que al lugar que iría no necesitaba vestir tan formal. Después de unos treinta minutos ya estaba de nuevo en el primer piso con un bolso y las llaves de uno de mis coches en mano.

La pareja feliz apareció desde el estudio -¿Donde vas?-

-Tengo un compromiso-

El castaño frunció el ceño un poco confundido y desconfiado de lo que le estaba diciendo.

The mafia girlWo Geschichten leben. Entdecke jetzt