Una Oportunidad Para Amar 2

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–Hermana, la cena está lista –informa Inés entrando a su habitación.

–¿Esteban ya llegó?.

–Él y Marcia cenarán fuera.

–¿¡Qué!? –se levanta de la cama enojada.

–Eso fue lo que me dijo al teléfono, que no lo esperemos para cenar –da de hombros –que saldría con su esposa.

–¿Te das cuenta de la gravedad de esto? Su matrimonio se está convirtiendo en más que una simple farsa.

–A pesar del pasado, ellos se siguen amando y yo veo bien que se den otra oportunidad.

–¡Ay cállate! –rueda los ojos –esa zorra lo volvió a engañar y él cayó como idiota.

–Marcia es una buena...

–Ni se te ocurra continuar la frase –amenaza –Ahora largo de mi habitación, no bajaré a cenar.

–Pero...

–¡Fuera!.

[...]

—Estuve revisando en el archivo la información que me pasaste hace algún tiempo, pero no encontré nada que relacione a alguno de mis empleados con el tal Antonio... –intenta recordar su apellido.

–Antonio Gil –suspira –me sorprende que hayas hecho eso.

–Te dije iba a confiar en ti ¿no? –toma su mano por encima de la mesa.

–Sabes, prefiero que lo dejes así y te mantengas al margen. Con Iñaki estamos investigando, no quiero ponerte en riesgo a ti también.

–Ese abogado –hace un mohín –no me gusta que lo tengas cerca.

–Iñaki es mi amigo y no dejaré de verlo –aclara –nunca tuve algo con él, no lo tendré ahora que estoy contigo –le sonríe –no tienes que preocuparte.

–Bueno –suspira –¿Nos vamos?.

–Si –se termina el vino de su copa.

El matrimonio sale del restaurante y suben al auto del empresario quién había sorprendido en la tarde a su mujer con una invitación a cenar, algo muy típico de él cuando se conocieron. Le encantaba sorprenderla y llenarla de detalles, que, aunque parecían insignificantes, alegraban el corazón de Marcia.

Al llegar a la mansión Lombardo suben directamente a su habitación pues la familia ya se encontraba descansando. Esteban cierra la puerta y la abraza por detrás besando su cuello.

–¿Estás muy cansada? –pregunta sugerente.

–Un poco –sonríe dándose vuelta y rodea su cuello con sus brazos –¿Te parece si tomamos un baño?.

–Mmm, depende.

–Esteban –sonríe negando –Oye, me gustaría que llevemos esto despacio –acaricia el lóbulo de su oreja –no es que no quiera estar contigo, pero aveces siento que...

–No te preocupes –besa sus labios –entiendo que sea difícil para ti, para mi lo es. –asiente –Anda, vamos a la ducha, después puedo hacerte un masaje.

–No me negaré, tengo un poco de dolor aquí –pasa la mano por su cuello.

–Un masaje y unos cuántos besos te dejarán como nueva.

–Tontito –ríe.

Luego de bañarse juntos, el empresario cumple su promesa y masajea la zona afectada de su mujer hasta dejarla totalmente relajada, tanto que se duerme antes de él terminar.

LM One Shot Where stories live. Discover now