Contrato

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–Esteban –toca la puerta que está entreabierta –permiso.

–Adelante –dice sin despegar la vista de los papeles que se encuentra firmando. –¿Todo bien?.

–Si. Es Celia, tuvo una emergencia y me pidió que le ayudara en recepción.

–Tú no eres secretaria –demanda cerrando la carpeta.

–No me cuesta nada ayudar. –rueda los ojos –Te busqué porque Gaspar Iglesias llamó, quiere saber si ya tomaste una decisión y de ser así, cuándo anuncias el ¿compromiso? –comenta dudosa. No entendió bien las palabras del empresario al teléfono, lo que si llamó su atención fue que hablara del compromiso de su jefe.

–Siéntate –pude apoyando la cabeza en sus manos. –¿Qué piensas de mi asociación con Gaspar?.

–Es una excelente oportunidad para la empresa porque nos daremos a conocer en Estados Unidos y América Latina. –comenta sin entender el objetivo de la plática.

–¿Si te digo que serás la nueva coordinadora de todos los eventos de Lom-ent, aceptarías?.

–¿De verdad? –abre la boca sorprendida.

–Claro –responde serio. –¿Entonces?.

–Es un si –dice emocionada. –ni con una pistola en la cabeza me negaría a tal propuesta.

–Bien, porque existe una condición para que el puesto sea tuyo.

–Claro, dime.

–Tienes que casarte conmigo.

–Bienvenida a su nueva casa, señora Lombardo –dice sacándola de sus pensamientos.

La mujer entra delante de él. En silencio recorre con la vista el recibidor de la propiedad, no tarda en apreciar las fotografías que están regadas por todo el lugar: la difunta señora Lombardo y los hijos que compartió con el empresario.

Escucha la puerta cerrarse al fin y voltear a vero.

–A tus hijos no les gustará nada esto.

–¿No me digas que te arrepientes?. Te recuerdo, mi amor, –ironiza –que hace un par de horas me diste el si.

–No tuve opción.

–Entonces deja de quejarte. –sostiene con firmeza el equipaje –Vamos arriba, te mostraré nuestra habitación.

–¿No hay nadie aquí? –sube detrás de él.

–Mis hermanas y mis hijos regresan de Europa en tres días, los del servicio se incorporan mañana.

El empresario entra a la habitación dejando las maletas en una esquina. Le explica a la pelirroja todo lo que necesita saber antes de meterse en el vestidor para quitarse el caluroso traje.

La abogada toma asiento en una esquina de la cama mirando al techo. Creyó que contraer nupcias con el empresario sería fácil y si, ante cualquier persona podría decirse que si. Esteban Lombardo era un hombre guapo y millonario, capaz de hacerla rica sólo por el favor de ser su esposa, pero no se detuvo a pensar en las consecuencias del contrato.

Tendría que dormir todas las noches durante cinco meses con un completo desconocido. Sin mencionar a la familia del moreno, ¿la tratarían bien?. Las preguntas importantes comenzaban a llenarla de dudas, al punto de querer salir corriendo sin mirar atrás.

–Estúpida, no debiste aceptar así sin más –masculla por lo bajo.

El labio inferior le duele de tanto mordisquearlo y decidida a ponerle fin a la tortura, se levanta de la cama. Nadie conoce su nuevo estado civil, si escapa a tiempo puede comenzar una nueva vida lejos de ese hombre.

LM One Shot Where stories live. Discover now