Primera ronda ¡Vamos! [Fem WangXian]

CAPÍTULO 7

Le dolía el pecho.

El dolor era una sensación familiar para Wei Wuxian, el dolor y la debilidad eran sus compañeros de cama más antiguos. Cuando otros niños lloraban por golpes en la cabeza y rodillas desolladas, ella sollozaba por salir de la cama y estaba demasiado cansada para llorar cuando llegaba al baño. Así que cuando se despertó con dolor, ni siquiera se sorprendió. Despertarse sana había sido la mayor sorpresa de su vida (¿de su segunda vida?).

La suave música qin llenaba el aire, las cuerdas se pulsaban con tanta dulzura que las notas plateadas parecían flotar en el aire. Wei Wuxian respiró y saboreó el incienso de sándalo y el aroma del té verde fresco. Le dolía demasiado el cuerpo como para moverlo, aunque quería ponerse de lado. Sentía la clara sensación de sudor de haber pasado demasiado tiempo en la cama boca arriba.

El recuerdo sensorial de la mano de Wen Zhuliu clavándose en su pecho pasó por su mente y se levantó de golpe.

—¡Oh!—

—Owwwwww...—

Se apretó el pecho y sintió que le dolía. Definitivamente, había dos pechos bajo su agarre y costillas debajo de eso y una columna vertebral, estaba segura de una columna vertebral, porque le dolía.

—Wei Ying.— Una gran mano acunó la parte posterior de su cráneo, y allí estaba su ángel de la misericordia. Lan Wangji la miró con el ceño fruncido y los labios finos y apretados.—Estás despierta.—

—Estoy viva—dijo Wei Wuxian con una carcajada que dolió—ooh, ow. Ah-ha, Lan Zhan, estás glorioso. ¿Es un nuevo peinado?—

Lentamente, su novia la bajó de nuevo a la cama y le apartó el pelo de la cara. El dolor se alivió ligeramente al volver a tumbarse, y Wei Wuxian deslizó los dedos por debajo del cuello suelto de su túnica y la apartó. No había ningún cráter gigante en su esternón.

Lo cual era ridículo porque lo último que recordaba... podía jurar que Wen Zhuliu iba a sacarle el corazón. Era lo que hacía en el juego. El luchador vicioso era... bueno, vicioso. Era un movimiento tan genial. Debería haber recordado lo difícil que era derrotarlo, en lugar de aprovechar sus otras victorias.

—Aagh—suspiró. Si hubiera podido moverse sin querer llorar, se habría pasado un brazo por la cara.—¡Esto me pasa por perder mi ropa interior de la suerte!..—

Como no se había cubierto la cara, captó el ligero tic en el lateral de los labios apretados de Lan Wangji.

—...—

Su culpable novia evitó su mirada y empezó a trastear con las botellas reunidas junto a su cama. De todas formas, ¿qué sentido tenían todas esas? Estaba segura de que no se necesitaban todas para tratarla.

Con cuidado, Wei Wuxian se apoyó en un codo, aunque se encogió.

—Lan Zhan—dijo y mantuvo la mirada en su novia—¿has robado mi ropa interior de la suerte?—

Necesitaba ese estímulo.

—...—

Lan Wangji apretó los labios con fuerza pero, por supuesto, la chica nunca mentiría. Movió la cabeza asintiendo.

— ¡LAN ZHAN!—

Dramáticamente, Wei Wuxian cayó de espaldas en la cama.

Gritó.

Luego se rió.

Luego gimió.

—¡Ah, Lan Zhan, Lan- jiejie! Vas a ser mi muerte, lo juro. Oh. Ay. No deberías haberlo hecho.— Antes de que la chica más alta pudiera desaparecer, Wei Wuxian enganchó sus dedos en la manga de la camisa de Lan Wangji.—Todo el mundo sabe que la ropa interior de la suerte de Lan Zhan no es ninguna ropa interior.—