One Piece : Camino al Poder

Capítulo 114

Pasaron otras 2 horas mientras Sengoku estaba listo para regresar a la isla Superbia, no para librar una guerra, sino para salvar lo que quedaba y controlar las mareas caóticas que se originaron en la isla.

Además de eso, tenía 300000 civiles a los que atender.

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"Este 'respaldo' del que habló Kong-san, ¿supongo que debería llegar pronto?" La voz ronca de Basara adornó los oídos de Sengoku.

Este último estaba observando los mares en calma cercanos bajo el sol que se levantaba lentamente. La mezcla de los dos aspectos hizo que las mareas brillaran con un cálido color naranja.

Los gritos de los pájaros resonaron en lo alto mientras permanecía una atmósfera serena pero solemne.

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"Hmm, en cualquier momento ahora".

Habla del diablo, se apagó una voz.

"¡Taishō-dono, hay una flota de barcos acercándose desde el oeste!" Un contralmirante informó a los dos.

Sengoku solo asintió.

El Contralmirante parecía un poco rígido.

"¿Qué es?"

"Uhh, los que están llegando no son exactamente lo que esperábamos..." El hombre tragó saliva.

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La ceja de Sengoku se elevó mientras murmuraba: "¿No es solo una flota marina de G-5?"

"Están los acorazados del G-5, pero ese no es el problema".

Los 2 Almirantes se movieron hacia el lado izquierdo del barco cuando vieron llegar la línea de barcos.

¡Había al menos 50 barcos!

La boca de Basara se abrió y los ojos de Sengoku se abrieron.

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20 de los 50 barcos saludaron la bandera de los marines, lo que era de esperar, pero los otros 30 barcos fueron motivo de preocupación.

El barco que encabezaba a los otros 30 tenía una vela ancha con un logo impreso en ella.

Era un extraño símbolo parecido a un ojo que tenía otros 6 círculos de diseños únicos a su alrededor.

[A/N: Imagen del Logo.]

Cerca de ese barco había decenas de otros símbolos que los 2 hombres reconocieron de inmediato.

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"¡Qué es esto!" Basara rugió al ver las decenas de barcos con emblemas no marinos.

"¡¿Por qué el Almirante de la Flota enviaría esa inmundicia aquí?!"

Basara estaba listo para levantar montañas con ira, pero su colega lo detuvo.

"Basara-san, aunque estoy tan confundido como tú, pero no olvides las palabras de Kong-san".

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El infante de marina tuerto cedió a regañadientes cuando sus ojos se estrecharon sobre el hombre que estaba al timón del barco líder.

Tenía una capa roja que parecía brillar con un rojo chisporroteante que cubría toda su persona. Además, vestía una capucha roja a juego y una máscara plateada que ocultaba su rostro.

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"De todo el apoyo 'poco ortodoxo' que pudimos obtener, ¿por qué son las sombras del Inframundo?" Sengoku suspiró indignado.