Capitulo 2

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"¿Sucede algo?" La pregunta de la mujer lo distrajo, volviéndose a ella soltó un suspiro de molestia.

"No, no es nada, solo recordé algo sin importancia" Respondió Naruto encogiéndose de hombros. "Por cierto, aún no me has dicho tu nombre" Cuestiono el rubio enarcando una ceja en curiosidad.

Un pequeño polvo rosado cubrió sus mejillas, clara señal de vergüenza al haberse olvidado presentarse, tosiendo en su puño le dió una pequeña mirada al rubio. "Soy Akane, y tu tampoco me has dicho tu nombre" Dijo Akane mirando al rubio fijamente.

Naruto se encogió de hombros. "Me da igual, soy Naruto, y con eso creo que ya solucionamos ese pequeño detalle".

Sus orbes cerúleos pasaron por la figura de Akane, vestía una simple camisa blanca debajo de un suéter negro-rojizo de cierre abierto, exponiendo un poco de su estómago por los cremosos pechos que estaba ocultando, unos pantalones cortos de mezclilla no hacían mucho para ocultar esos glúteos, esas carnosas piernas y ese culo que sería increíble poder amasarlo, para terminar llevaba unas zapatillas deportivas blancas.

Mirando su rostro un poco ruborizado, sus ojos se desviaron abajo, observando esos suaves labios rojos, subiendo la mirada observó sus ojos rojos antes de terminar con su cabello rojo, algo que atrajo demasiada de su atención, ese color de cabello siempre le pareció hermoso, ya sea por recordarle a la sangre o por simple familiaridad, pero ese color de cabello siempre conseguía ganarse su atención donde sea que lo vea.

"¿Qu-qué tanto miras, per-pervertido?" Akane subió el cierre de su suéter, pero poco hizo para ocultar esas enormes ubres que se notaban mucho, la pobre prenda estaba teniendo dificultades para contener esos jugosos melones, parecía que en cualquier momento cederían, rompiendo toda restricción para liberar el tesoro escondido.

"Joder, que buenas tetas" Dijo Naruto lamiéndose los labios, imaginándose el sabor, su boca comenzó a salivar de solo pensar en ello y sus pantalones se sintieron más apretados, conteniéndose, suspiró para calmarse, no había tenido sexo por casi tres días y su cuerpo estaba demostrando su deseo de quererlo.

Maldijo mentalmente a su novia, a esos maestros idiotas ¡Y a el maldito examen que estaban por hacer!, a causa de ello no pudo liberarse con su novia, estaba seguro de que en estos momentos estaba estudiando en su habitación, o tal vez estaba masturbándose pensando en él, si eso era seguro, ella lo hacía cuando no podía tenerlo cerca para hacer el cuchi plancheó.

Nunca se masturbó por obvias razones: uno, no sabía que era eso hasta que cumplió los 15, la mujer que lo adoptó nunca le contó sobre eso hasta que creyó que era lo suficientemente mayor, dos, estaba el hecho de que no lo necesitaba, tenía una novia con la que podía desquitarse y sacarse las ganas, también tenía amigas, muchas amigas y a causa de ello no hubo necesidad de usar su mano para hacer el sube y baja con su pene.

Ahora que la mayoría, sino todas sus amigas estaban también muy ocupadas, estudiando para el examen de la próxima semana, y su novia, ¡Carajo con esa mujer!, ella obviamente no necesitaba estudiar, lo sabía muy bien, de seguro esta era su forma de vengarse por lo sucedido aquella vez en el vestíbulo de mujeres.

La podría imaginar riéndose de su problema, si estuviera aquí le diría algo como: "Te lo mereces, ignoraste mis palabras y este es tu castigo, acéptalo como hombre y usa tu mano". Si, eso sería algo que le diría por haber hecho algo así.

Y aquí estaba, excitándose muy rápido por culpa de esta maldita dieta impuesta por su novia.

Suspiro pasándose una mano por los mechones rubios, acomodándose el cabello hacia atrás antes de que volviera a su forma puntiaguda y rebelde, como de costumbre.

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⏰ Last updated: Mar 13, 2023 ⏰

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The Heavenly DevilWhere stories live. Discover now