Capítulo Treinta Y Cuatro

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                              Jason

—No puedo creer que tengas novia.
—dice Justin.

Estamos en su habitación jugando video juegos.

—Bueno no es como que seamos novios, más bien hablamos sobre ser  exclusivos y vamos a ver que pasa.

—Para mi eso es ser novios. —dice él como si fuera obvio.

—No le hemos puesto título, pero seré sincero, ella me tiene.

Justin me mira como si no pudiera creer lo que está escuchando y para ser sincero, yo todavía me sorprendo de lo que Carla me hace sentir. Hay muchas personas que siempre dicen que nunca han sentido lo que sienten con su pareja con otra persona, pero yo de verdad nunca he sentido esto, estas ganas de estar con alguien, de besarla, tocarla, mirarla. Sueno como un puto cursi, pero es la verdad.

—No puedo creer lo que acabo de escuchar, el gigolo está enamorado.
—dijo Jen desde la puerta, poniendo su mano en el pecho y abriendo la boca fingiendo estar sorprendida, es obvio que escuchó todo lo que dije como la entrometido que es y maldigo mentalmente por eso.
—Quiero ver quien logró hacer que dejaras de meter la polla en cualquier coño.

—No empieces, sanguijuela.

—¿Cuando la vamos a conocer?

—¿Por qué te la presentaría?

—Por que quiero verla, le quiero preguntar que te vio y si sabe de tus antiguas andanzas.

—Ella sabe como era antes, además eso no importa, solo deja de joder, todavía estoy preguntándome porque Justin y mis tíos te siguen soportando.

—Bueno al parecer el amor no se lleva tu mal humor. —se sienta en la cama de Justin cruzada de piernas.
—además Justin y sus padres me aman y tu también, muy en el fondo.

Resoplo.

                                 ¥

Estamos sentados en la mesa almorzando. Mi tia y su esposo hablan con mi mamá sobre algún caso en el que están trabajando, mientras Justin y Jen me preguntan si quiero hacer algo con ellos. Últimamente no he salido mucho con ellos.

Me gusta estar en casa de mis tíos, siempre hay un ambiente tranquilo. Mis tíos han formado una bonita familia, donde el amor se nota, donde el respeto prevalece y siempre reina la tranquilidad.

Almorzamos pasta y luego de postre un red velvet. Mis tíos le preguntan a Jen sobre la universidad y si ya tiene novio. A pesar de que Jen vive molestandome la conozco desde niño, su familia es muy cercana a mis tíos, así que era inevitable conocer a Jen. Ella incluso fue novia de mi primo, su primera novia y su primera vez en todo. Luego descubrieron que se querían más como amigos y desde entonces tienen una amistad muy sólida.

La conversación se mantiene entre temas triviales y chistes de mi tío, quien ama hacer chistes y casi siempre es el alma de las reuniones familiares.

Todo marcha bien hasta que mi mamá llama a la muchacha de servicio para pedirle una botella de vino. Ha estado unos días mejor, se que ha bebido a escondidas, pero no demasiado. Sin embargo al parecer no se puede contener más.

—No le sirvas nada. —le digo a Marie, quien se queda mirando de mi mamá a mi sin saber que hacer. Entonces dirijo mi mirada a mamá.

»¿Verdad que no vas a tomar nada mamá?

Ella me mira severa.

—Marie, creo que te pedí una botella de vino, mi hijo debe conocer su lugar, su mamá soy yo no alrevez. —la fulmino con la mirada, mientras los demás guardan un silencio tenso. Supongo que jodimos el almuerzo.

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