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Patear su asiento era lo único que hacía Marcy, que a decir verdad le molestaba un poco, pero no hasta cierto punto.

—Marcy, ¿Puedes dejar de hacer eso?—

—¿Ya te había dicho que estás muy linda hoy?— La Azabache sonrió muy cerca del rostro de la rubia.

—Definitivamente no estás en tus 5 sentidos.— Sasha se levantó de su mesa y se acercó a la maestra.

—Que aburrida...— Pronunció Marcy antes de soltar un chillido.

Le dolía horriblemente la cabeza, y todo su cuerpo.

Hoy había despertado con un resfriado muy fuerte, pero aún así decidió venir al colegio.

—Vamos Marcy, te llevaré a tu casa.— Sasha agarró la mochila de Marcy, quién se quejaba, ya que no quería regresar a su hogar.

—No quiero Sash... Quiero quedarme aquí.— Un escalofrío recorrió su cuerpo, en respuesta de que no estaba nada bien.

—Lo siento, pero tú vienes conmigo.— Como pudo, Sasha logró hacer que Marcy se pusiera de pié, y con cuidado se dirigieron a la salida del colegio.

Al salir lo primero que Marcy hizo fue soltar un estornudo.

—Hey, ¿Por qué no me dijiste que te sentías peor?— Preguntó la rubia agarrando la mano de Marcy.

—Eso no importa, creo que.. quiero dormir.— Marcy volvió a estornudar.

—Estoy cansada Sasha— Marcy no se veía muy bien, tenía sus labios resecos y ni que hablar de su cabello.

—Iremos a tu casa y después yo pasaré por la farmacia a buscar algo que alivie tu dolor ¿Si?— Sasha agarró su celular y Marco el número de su chófer.

—Buenos días, sí, ven ahora mismo y no hagas preguntas— Cuando Sasha terminó de colgar la llamada se percató de que Marcy se había ido hacia un grupo de niños que jugaban con peluches.

—Aww, yo también tenía unos peluches, ¡Así como el de ustedes! Solo que ya no están, mi padre los quemó todos.—  Marcy rió débilmente.

El no haber dormido bien ni haber comido lo suficiente le estaba haciendo mal.

—¿Puedo jugar con ustedes?— Marcy iba a sentarse junto con los niños pero una mano en su cintura se lo impidió.

—No, Tú no puedes jugar por ahora con ellos Marbles, en tu casa podrás jugar con todos los peluches que quieras.— La rubia hizo lo mejor que pudo para no perder la paciencia.

La verdad es que Marcy enferma parecía un bebé y bueno... Actuaba realmente extraña.

Pero es entendible todos reaccionan de diferentes formas ante un resfriado.

—¿Que no escuchaste? Todos los quemó mi papá— Marcy logró safarse del agarre de la rubia.— El es malo Sash...—

No le gustaba para nada oír eso, Es más parecía que Marcy no quería volver a su casa.

Era como si prefería quedarse en la calle que en su propia casa.

—Marcy, ¿Quieres ver Mérida?— Sasha preguntó tomando las manos de la Azabache.

—¡Claro! Es mi película favorita.— Tan rápido como dijo aquello corrió hasta el auto que ya se encontraba estacionado esperándolas.

Sasha suspiró lentamente—Disculpen por eso— Se disculpó mirando a cada niño que habían presenciado la escena.

...

Sasha y Marcy entraron a la casa de la Azabache, quién ni bien vio el sillón que había en la sala se lanzó directamente.

❝ɪ Nᴇᴇᴅ Yᴏᴜ❞ ||𝑆𝑎𝑠ℎ𝑎𝑟𝑐𝑦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora