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- La estancia en el reino de los cielos se convirtió en una tortura. Para el Padre Creador y mis hermanos era más que evidente el dolor que atenazaba mi corazón.

Debo agradecer que nadie osó minimizar la pena que sentía, todos los que alguna vez cumplieron con el rol de ángeles guardianes sabían que era muy triste dejar atrás a los niños que tuvieron a cargo.

-Debe ser como cuando las maestras despiden a sus estudiantes de la escuela.

-Exactamente. La única que sabía la real magnitud de mi congoja era Azrael que, como toda buena amiga hermana, se encargó de darme terapia de shock para que dejara de sentirme miserable.

-Muriel hermanita ¿Hasta cuándo piensas llorar como María Magdalena? ¡Asúmelo! Lo que sientes es imposible y retorcido ¡El mortal es solo un niño!

- ¡Lo sé! ¿Crees que no me siento terrible? Pero puedo decir a mi favor que jamás pensé en usar mi condición de poder sobre SeokJin; al inicio lo amé como todo ángel ama a los Hijos del Creador, luego le tomé cariño por su dulzura e inocencia y cuando menos me di cuenta me enamoré de su ser y de lo que se cobija en él: el alma pura de un hombre que será luz para muchas vidas.

-El mortal se ha vuelto una adicción para ti Muriel. Si deseas recobrar la salud de tu espíritu aprende a dejarlo atrás, tu labor como guía de empáticos no acaba con él. Eres la líder de todo un escuadrón que necesita de tu sabiduría y compromiso.

- Tienes razón Azrael la tristeza de mi corazón no debe afectar mi desempeño ni hacer que descuide mis obligaciones.

-Esa es la actitud Muriel. Hay muchos mortales con dones esperando por tus sabios consejos, verás que pronto encuentras un lindo niño o niña que haga renacer en tí la ilusión de ser su ángel de la guardia.

-Eso espero hermana.

- ¿En qué piensas?

-Desearía que Padre me hubiera encomendado tu tarea.

-El Creador es muy sabio y sabe qué labor es más adecuada para cada uno. ¡Definitivamente ser la emisaria de la muerte no va contigo!

- ¿Por qué lo dices?

- ¡Ay hermanita! Deberías verte cada vez que nace un nuevo bendecido con dones ¡Te alegra tanto como si el mortal fuera tu hijo! Lo tuyo Muriel es celebrar la vida, no darle dignidad a la muerte.

-Retomar la responsabilidad como líder del escuadrón de guías aminoro en algo mi pena.

El ritmo de mi pacífica y triste existencia se alteró al sentir una punzada en mi corazón diciéndome que Jinnie estaba en peligro.

- ¿Fue cuando Jin hyung enfermó?

-Si, por eso lo volví a ver después de mucho tiempo. Se había convertido en un hombre hermoso, buen profesional, un excelente hermano mayor y el orgullo de sus padres.

Verlo preocupado por su salud y guardar el secreto sufriendo en silencio fue más de lo que pude soportar.

Jinnie trataba de sobrellevar los efectos de la quimioterapia disimulando el malestar y los efectos secundarios.

-Fue por eso que se cortó el cabello. ¡Ay noona y yo que le hacía bromas diciéndole que parecía que iba a regresar al servicio militar!

-No te sientas mal Kookie no sabías que Jin estaba enfermo.

-Me alegra que estuviste con él haciéndole compañía.

Muriel noona yo... Amo a Jin hyung, es un tipo genial y si hubiera podido habría dado mi vida por salvar la suya, pero hay algo que hasta ahora no le perdono ¿Por qué no me dijo lo que le pasaba?

-Creo que tu mejor que nadie tiene la respuesta.

- ¡Aish noona! Ese tonto se preocupa por todos menos por sí mismo ¿De que valía ocultar lo de su enfermedad si de todas maneras nos íbamos a enterar?

-Querido Kookie sé que él amor que sientes por SeokJin es tan profundo como el que él siente por ti y lo demostraste cuando sin titubear te ofreciste para donar parte de tu médula.

Es normal que te sientas dolido por su actitud, pero tú mismo lo dijiste: Jin antepone el bienestar de otros al suyo. Por favor discúlpalo no lo hizo porque desconfiara de tí sino por protegerte.

-Lo sé noona. No le guardo rencor, pero sí me preocupa que vuelva a cometer la misma tontería.

-Puedes estar tranquilo, tu hermano ya aprendió la lección además sabe que nada escapa a mis ojos de halcón.

- ¡Jajaja! ¡Pobre hyung! Cuéntame noona ¿Cómo fue el reencuentro? ¿Con besos y abrazos?

-Eso hubiera querido. En realidad, tu hermano... Me mandó a la mierda.

- ¡Noona!


La noche fue el momento de nuestro reencuentro. Tal como la primera vez que nos vimos, SeokJin percibió el halo de mi presencia.

- ¿Qué haces aquí Muriel? Todavía no he muerto para que vengas a recoger mis huesos.

-Hola Seokjinnie yo también me alegro de volver a verte. No te confundas, mi labor sigue siendo ser tu ángel de la guardia, no soy el heraldo de la muerte.

- ¿Ángel de la guardia? Paso, hace mucho dejé de tener tres años, pero eso lo sabes bien no por algo me dejaste botado cuando tenía quince años.

- ¡Eso no es cierto! Pensé que te había quedado claro el motivo por el cual tuve que alejarme.

- ¡Oh sí por supuesto! ¿Cómo fue que lo dijiste? "Para que sea una mejor versión de mí mismo y floreciera mi hermoso ser" ¡Felicidades conseguiste tu objetivo! ¡Ahora soy Kim SeokJin, médico psiquiatra que debería atenderse a sí mismo por estar hablando con su amiga imaginaria de la infancia!

-Jinnie ¿Qué te ocurre?

- ¿Qué me ocurre? ¡Nada Campanita! Simplemente que NO TE NECESITO. Me dejaste asumiendo que ya no eras importante para mí, que las personas de mi vida llenarían el vacío que dejaste en mi corazón ¿Sabes que por un tiempo creí el cuento?

Por mucho que lo intenté el amor de mi familia y amigos no era suficiente, incluso pensé que necesitaba de una mujer para sanar la herida.

-Seok...Seokjinnie es normal que hayas buscado una pareja ¿Tienes novia?

- ¡Jajaja! ¿De verdad? Te tomaste en serio el sacarme de tu radar. No, no tengo novia ¿Sabes por qué?

-N...no

-Porque me dejaste marcado angelito. En cada una de las chicas que se cruzó en mi camino buscaba la tierna mirada de unos preciosos ojos violetas, los abrazos que me daban eran fríos porque les faltaba el cobijo y calor de unas hermosas alas blancas y ninguna de ellas tenía en su voz esa paz que le decía a mi alma que todo estaría bien. ¡Oh! ¿Por qué lloras Muriel? ¿Ya te diste cuenta de que la cagaste?

- ¡Lo siento Seokjinnie, no quise lastimarte!

- ¡Pero lo hiciste! ¿Cómo alguien a quien amas con todo tu ser puede ser capaz de provocarte el dolor más grande e insoportable?

- ¿Tú... me amas?

- ¡Cómo un imbécil! Lo peor es saber que estoy enamorado de un imposible, que sólo eres una marca en mi ser y nada más. Nunca serás parte de mi, lo sé y lo asumo, así que por favor vete por dónde viniste no te quiero aquí.

-Seokjinnie yo...

- ¡Abre tus malditas alas y lárgate!

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