8. Consejos...

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Off frunció el ceño mientras miraba la carta del restaurante, sin decidir todavía lo que quería comer

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Off frunció el ceño mientras miraba la carta del restaurante, sin decidir todavía lo que quería comer. Suspiró, exasperado, levantando la vista y encontrándose con la divertida mirada de Krist, que le observaba con cierta fascinación.

—¿Y tu esposo? —preguntó de forma burlona Off.

—¿Ese bobo? —Krist rodó los ojos—. Singto está estacionando el auto ya sabes lo lento que es para algunas cosas —el omega lo miró, guiñándole un ojo—. ¡Te ves fantástico, Off!

—Si Singto se entera de que me estás coqueteando... —dijo con advertencia Off, aunque sonreía con leve diversión.

—Bah, no me haría jamás nada —Krist observó la carta—. Ugh, todo suena mal y horrible.

—Bebé, no digas eso —Singto apareció de pronto, sonriéndole a Off—. ¿Cómo estás, Jumpol? —saludó tendiéndole la mano.

—Pero quiero una sandía, amor y acá no tienen sandía —los ojos de Krist se pusieron llorosos y Off dio vuelta los ojos, sabiendo que estaba actuando sólo para que cumplieran sus caprichos—. Estoy esperando a tu hijo y el pequeño tiene hambre.

—Oh ¿así que decidieron agrandar a la familia? —Se burló Off llamando su atención—. Espero ser el padrino.

—¡Jamás! —Krist se cruzó de brazos—. No queremos que nuestro bebé sea amargado y aburrido como tú.

Off lo miró ofendido mientras Singto tapaba su boca para ocultar la risa que quería salir.

A eso se refería Off cuando pensaba en lo extraña que era la pareja para esos tiempos. Normalmente, el omega solía ser más callado, sumiso y complaciente con su pareja alfa, sin querer interponerse, hablando sólo cuando era conveniente. Krist era todo lo contrario: grosero, fastidioso y bromista, y a Singto realmente no le importaba su actitud, siempre asintiendo en todo lo que dijera o pidiera.

Pero Off los envidiaba, en especial cuando Krist se recostaba contra Singto con total confianza, no por obligación, y el alfa lo rodeaba con un brazo, sonriendo automáticamente, como si fuera feliz con ese simple gesto.

Ordenaron algo para comer, y mientras esperaban, Off decidió sacar el tema que tanto lo había estado estresando los últimos días.

—Encontré a mi omega —comentó casualmente.

Krist escupió el agua que estaba bebiendo en tanto Singto parpadeaba.

—¿Cómo? —Krist lo observó de forma incrédula—. ¿Tú, Off? ¿El mismo Off que decía que no quería un omega porque quitaban mucho tiempo? ¿El mismo Off que rechazaba a las más lindas omegas de la universidad?

—Me haces ver como un desgraciado —se quejó Off.

—Porque lo eres —secundó Singto limpiando la comisura de la boca de Krist—. Bueno, no tan así, pero de todas formas... No estabas demasiado interesado en omegas, Off.

Kilig - H.A #19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora