12. El desastre se avecina

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—Chicos, dejen de pelear, harán llorar a Chimon —regañó New entrando al comedor, donde Pluem y Nanon rodaban por el suelo, gruñéndose entre ellos, en tanto Chimon estaba sentado en el sillón con los ojos llorosos—

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—Chicos, dejen de pelear, harán llorar a Chimon —regañó New entrando al comedor, donde Pluem y Nanon rodaban por el suelo, gruñéndose entre ellos, en tanto Chimon estaba sentado en el sillón con los ojos llorosos—. A ver, ¿qué ocurrió?

—¡Nanon le dio un beso a Chimon! —acusó Pluem.

—¡Porque tú lo besaste primero! —replicó Nanon.

New los fulminó con la mirada en tanto Chimon hipaba, frotando sus ojitos.

Queio a mami —sollozó.

El beta cambió su expresión a una de preocupación para luego tomar a Chimon en brazos, tratando de calmarlo en tanto sus hijos dejaban de pelear para acercarse con caras de pánico. New le revolvió el cabello a Chimon, pensando en que sólo era el segundo día de celo de Gun, y que esa etapa solía durar un mínimo de tres a un máximo de cinco.

—Chimmie, ya te dije que tu mamá no puede cuidarte por ahora —le dijo New llamando su atención.

El labio del pequeño bebé tembló.

Queio a mami —repitió llorando.

New suspiró, dándole un beso en la frente mientras trataba de tranquilizarlo.

En ese instante, Tay regresó del trabajo, encontrándose con la escena de Chimon llorando sobre los brazos de su esposo en tanto los dos demonios que tenía por hijos trataban de consolarlo de alguna manera.

Tay se acercó, llamando la atención de su familia y de Chimon.

—¿Qué ocurre, Chim? —Le preguntó Tay amistosamente, tomando al bebé en brazos—. ¿Newwiee te hizo llorar?

—¡Oye! —se quejó New.

Estanio a mami —balbuceó Chimon abrazando a Tay por el cuello—. A mami y papi.

—Oh, claro que sí, mi vida —concedió Tay sentándose en el sillón—, pero, ya sabes, mamá y papá están ocupados, ¿sabes por qué? —Chimon negó con la cabeza, curioso—. Tienen que hacerte un hermanito.

New se atragantó con su saliva en tanto Chimon abría la boca, sin saber qué decir en ese momento.

Entonces, el bebé cerró la boca, y sus ojos se iluminaron.

—¿Sííííííííí? —farfulló contento.

—Claro —Tay le revolvió el cabello— y para eso, necesitan un tiempo a solas, para conversar sobre cómo le van a poner y cuándo llegará a la familia. Es una sorpresa para ti —le guiñó el ojo— así que no puedes decirles que te conté esto, no vamos a arruinarles tu regalo.

New quería regañar a Tay por ilusionar de esa forma al bebé, pero decidió cerrar su boca al ver que las palabras del mayor sirvieron para calmar a Chimon, que aplaudió contento para luego ser dejado en el suelo e ir a jugar con Pluem y Nanon, felices de tener su atención otra vez.

Kilig - H.A #19Donde viven las historias. Descúbrelo ahora