Mi Luna (Kokushibo x tú)

Cap. 14: Planes

Había pasado ya un mes desde la visita de Muzan. Katzuki se había recuperado por completo y la tarea de entrenarla comenzaría. Kokushibo ya comenzaba a sentir hambre, así que no tuvo más remedio que llamar a Akaza para que vigilara a Katzuki mientras él salía, para luego regresar y comenzar a entrenarla.

-¿Estás seguro, amor?- le preguntó ella mientras esperaban la llegada de la Tercera Luna- no quiero que te sientas inseguro o incómodo.

-Cielo- le contestó Kokushibo tomándola del rostro- está bien... prefiero soportar la incomodidad a que otro demonio te lastime. Además, confío en ti- Katzuki le sonrió.

-Sabes que te amo a ti- dijo. Llamaron a la puerta y el demonio fue a abrir. Ahí estaba Akaza.

-¿Hoy no traes a tu amigo?- le preguntó Katzuki asomándose por detrás de Kokushibo.

-No- respondió Akaza serio- y ni quiero que venga.

-Perfecto- contestó Katzuki. Kokushibo dejó que Akaza entrara y le dijo:

-Ya sabes: es sólo cuidar de ella. No tardaré.

-Lo sé- le respondió Akaza con tono malhumorado.

-No tardo, amor- le dijo la Primera Creciente a Katzuki.

-Está bien, mi amor- se dieron un beso y Kokushibo salió.

-Veo que ya estás bien- le comentó Akaza.

-Así es- le contestó Katzuki sonriendo- y tranquilo... será poco tiempo el que me cuides.

-¿Por qué?- Katzuki se sentó en un sillón y respondió:

-Kokushibo me entrenará. Me enseñará su respiración. Y luego... me convertirá en demonio. Estoy muy feliz- no podía borrar su sonrisa. Akaza disimiló lo que esta noticia le causó. Sentía mucho aprecio por ella, pero había sido testigo de su muerte hacía varios años atrás.

-¿Todo bien? Parece que no te gustó nada lo que te dije- le dijo Katzuki al ver lo serio que estaba. El demonio se sentó a su lado y le dijo:

-Si sabes lo que eso implica, ¿verdad?

-Si.

-Te alimentarás de humanos, no saldrás al Sol, no enfermarás, no envejecerás, puedes hacerte cada vez más fuerte... pero...

-Cambiará mi personalidad y olvidaré gran parte de mis recuerdos, ¿verdad?

-Si...

-Kokushibo no quiere transformarme.

-Katzuki... yo tampoco quiero eso para ti- ella lo miró asombrada. Entendía por qué su novio no quería, pero no podía comprender la negativa de Akaza.

-¿Por qué?- le preguntó.

-Porque ya no serás la misma...

-Lo mismo me dijo Kokushibo.

-Al parecer coincidimos en algo... ambos queremos protegerte y deseamos lo mejor para ti.

-Pero... esto es lo mejor para mí. Así no tendrían que cuidarme... me hace sentir débil. Y, eventualmente, moriré, ya sea por vejez, una enfermedad o... que algún demonio me mate.

-Katzuki... no entiendes nada, ¿verdad?

-Lo entiendo... ustedes no quieren que yo cambie ni que olvide nada, pero... si Kokushibo no ha olvidado algunas cosas, puede que yo tampoco lo haga.

-Además... tendrías que someterte al amo.

-Eso es obvio- Akaza no sabía que más decir. Esa chica estaba siendo demasiado obstinada.