Jonerys

Mad Queen III

Las paredes rocosas y el suelo frío eran el único albergue para Jon y Tyrion. Eran los únicos que quedaban en las celdas de Kings Landing. Hace días se llevaron a Bran y al resto de sobrevivientes dejándolos solo a ambos como compañía.
Los soldados venían dos veces al día pero siempre estaban fuera, vigilando. Y por más intento y estrategia de Jon, los grilletes en sus piernas le impedían cualquier esperanza de escapar.

Al quinto día, ya solo quería morir. Tyrion se despedía constantemente asegurando que sería el siguiente. Pero se equivocó. Porque fue él. O al menos eso pensó cuando un grupo de dothraki's entraron en la celda y empezaron a atar sus manos y sus piernas con violencia. Pusieron una mordaza en su boca y apartaron a Tyrion a otra celda mientras ellos lo observaban.
Hasta que dentro Daenerys.
Con un vestido rojo y una trenza apretaba luciendo una Corona de oro que abordaba un dragón de tres cabezas.

Camino entre la humedad y el piso duro. Miró a Jon con desdén y susurró palabras en dothraki hasta que todos se retiraron.

-Lamento haber tardado en venir a verte. La ciudad ha necesitado mi atención, al igual que los Siete Reinos y mis Lores. Muchos preocupados por tu vida, lo cual no me sorprende. Siempre fuiste muy querido por todos ¿no?

Jon alzó sus ojos con indiferencia mientras sus dientes blancos rozaban la tela.

-Te preguntarás por la salud de tu hermano. Bueno, es un terrible hecho el que vengo a comunicarte pero Bran está muerto -dijo ella en casi un tono de sátira.

Jon abrió los ojos petrificado su cabeza buscaba soporte mientras se desvanecía entre sentimientos reprimidos.

-No me pareció correcto para mí Reinado que el anterior Rey siguiera respirando bajo mi castillo. Intento razonar bajó sus términos pero me pareció lo mejor cortarle la cabeza.

Las manos de Jon formaron puños incesantes mientras Daenerys caminaba de un lado al otro.

-Por supuesto fuimos cuidadosos, un golpe seco y certero. Igual que con su padre..me contaste una vez. En fin, Lord Snow no todas son malas noticias. Al morir el último Stark legítimo eres el nuevo Guardián del Norte. El último lobo de Invernalia. Es..

Jon dejó que un par de lágrimas bajaran por sus mejillas haciendo un sonido tosco para que Daenerys bajara su mordaza. La peliplateada se acercó con cuidado bajando la tela hasta el cuello de Jon.
Vio como sus rizos negros se pegaban a su piel, y con una de sus manos retiró de su rostro varios mechones con suavidad.

-Donde..¿Donde está Sansa? -balbuceo Jon desgarrandose.

La mujer hizo un gesto apacible con una mirada triste.

-Sobre eso.. -pero antes de terminar dos soldados llegaron a la celda acompañada de una criada. Quién en sus brazos sostenía un niño, un bebé.

La mujer se acercó hasta la Reina y le entregó al pequeño en los brazos con cuidado. Daenerys lo meció suavemente con una sonrisa viendo el rostro pálido del bebé.

Se puso de rodillas hasta quedar de nuevo frente a Jon, y le acercó al niño hasta su pecho.
-¿No es hermoso?

El hombre clavó sus ojos sobre él. Tenía el cabello negro como su padre, y los ojos azules de Sansa. Su Alma se partió en miles de pedazos en cada dulce gorgoteo del infante. Más lágrimas tibias barrieron las mejillas de Jon, y sus oscuros ojos no miraban nada más que el rostro de Daenerys con furia.

-¿Le..le..le has hecho daño? -dijo.

Daenerys alzó la vista hasta él arrugando la frente con lástima.
-Claro que no. Jamás lastimaría a un niño inocente, él no es culpable de las atrocidades de su familia.

Volvió la vista al bebé.
-Pero su madre, ya no está con nosotros. Es una tragedia, el parto fue demasiado para ella. Nos suplicó que le abrieramos el vientre y sacaramos a Eddard.
Porque se llama Eddard, Jon. Como tú padre.

El sentimiento anterior creció con tal odio que Jon solo pudo contenerse para no gritar y saltar encima de la mujer que sostenía al pequeño en sus brazos. Sin contar que sus manos estaban atadas a la pared y casi no podía moverse.

-Eres..eres una

-¿Qué? ¿Una Loca? ¿Es eso Jon? ¿Por qué? Por pagar la justicia que me dieron con la misma moneda.

-Justicia, de que maldita justicia me estás hablando

Daenerys miró a Jon con ferocidad. Y tal sentimiento traspasó las barreras de odio que estaba sintiendo. Sus ojos se tornaron violetas llameantes, su rostro por otro lado se transformó por completo en hielo, hielo puro.

-Y todavía no lo sabes. Nunca se te pasó por la cabeza lo que hiciste.

-Hice lo necesario, y ahora veo que no me equivoqué. Nunca ibas a ser una buena Reina, querías a todos de rodillas, fuiste capaz de masacrar a toda una ciudad por ambición por ira -segregaba Jon con una voz completamente rota.

-Por tú culpa -respondió ella.
-Todo lo que hice fue por ti. Y al final incluso lo poco que me quedo me lo arrebataste con tu traición. Con esta daga -desenvainó el arma valyria retrocediendo varios pasos atrás.

-Daenerys, Daenerys -dijo Jon desesperado por el niño que ella aún tenía en brazos.

-Me quitaron a mi hijo. A lo único que deseaba en la vida. Tú y tu maldita familia me lo arrebató

Jon se puso de rodillas perturbado. Su corazón se partió en pedazos al oír aquello. No entendía, no podía.

-Tuvimos un hijo, un niño. Un perfecto y saludable varón -susurró ella con una lágrima corriendo por su mejilla.

-Cuando me asesinaste. Drogon me llevó a Valyria, y volví. Volví y descubrí que estaba embarazada. Qué habías puesto una semilla en mi vientre, que nuestro amor rompió una maldición que me tallaron con sangre.

Jon soltó sonidos intangibles mientras negaba con la cabeza levemente.

-No..

-Tenía miedo. Miedo que supieras dónde estaba y vinieran por mí a matarnos. Pase años entre sombras y sacerdotes, pero hice lo necesario para que mi hijo viviera.

Jon estaba postrado mientras la dureza y las palabras de Daenerys abandonaban sus labios con amargura.
-Di fuego y sangre por mantenerlo con vida..Hasta que tú familia..tú y tu familia.

-Daenerys no -seguía balbuceando Jon.
-Lo encontraron, lo..lo secuestraron. Y me lo quitaron. Lo mataron frente a mí.

-A un niño que ni siquiera podía caminar. Bran y sus cuervos, Arya y sus espías fueron quienes lo hicieron -acusó con odio la mujer.

-Estás mintiendo -alcanzó a decir él.

-Ojalá así fuera. Así te sentirías menos cobarde de lo que fuiste. Mi hijo murió por tú mano, y luego la de ellos. Así que ahora..
-miró al pequeño en sus brazos.

-Ahora la deuda está siendo pagada.

-Si te atreves a tocar al niño -amenazó Jon.

-¿Vas a matarme? -sentencio ella limpiando sus lágrimas y guardando la daga otra vez.

-Eso ya lo hiciste -terminó, lo miró con un vacío infinito y con los ojos rojos ambos se alejaron de este mundo. Adentrándose en las culpas y las verdades que acaban de conocer cuando el sonido de la celda cerrándose hizo eco en el lugar.