CAPITULO 35

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Ese dia Linda no fue a trabajar, me llevó en coche a casa y se encerró en su cuarto sin querer hablar con nadie.
Pasaron las horas y así continuó hasta que abrió la puerta Massimo y se diriguió directamente al cuarto de Linda sin llamar antes a la puerta.
¿Qué me había perdido? ¿Desde cuando había tanta confianza?
Tragando saliva con nerviosismo le seguí y me metí en su habitación intentando disimular el dolor que aún sentía en mis piernas por las heridas.
-¿Como voy a decirselo?
Linda, sollozaba en brazos de Massimo mientras yo observaba la escena desde la puerta, incapaz de decir nada.
-No estoy preparada para esto..
Sus sollozos solo iban en aumento y yo como amiga no tenía forma posible de consolarla. ¿Qué iba a decirle ante aquello?
-Diselo cuanto antes- Massimo acarició el pelo de Linda y se apartó ligeramente de ella para mirarla a los ojos- él tiene el mismo derecho que tú.
Me crucé de brazos apoyandome en el marco de la puerta.
-Y para nada significa que esta noticia tenga que hacerte volver con él- acarició la mejilla de Linda, pero desvió la mirafa hacia mi con cierto disimilo- no siempre es bueno que vuelva el pasado.
Tragué saliva.
-Eso solo lo decide ella- dije metiendome en medio de su conversación- pero antes debe aclarar sus ideas.
-¿Como?- lloró Linda.
-Tienes que verle-contesté dando un paso hacia ella- verle y hablar con él de todo, incluso de la infidelidad.
Massimo asintió dandome la razón mientras se alejaba de Linda para acercarse a mi.
-Ahora descansa y aclara tus ideas-apoyó su mano en mi hombro-mañana será otro dia.
Salió de la habitación y yo me quedé aún inmóvil viendo el rostro desencajado que aún llevaba tatuado en la cara Linda.
-Es un bebé-dije llamando su atención- un bebé del hombre al que aún sigues amando.
Ella levantó la vista y rompió en llanto sentandose en la cama.
-Es nuestro bebé- sonrió entre lagrimas- ¿sabes como reaccionará Luca?
Sonreí.
-Irá directamente a comprarle de todo, sin importar que sexo sea- terminó de decir envuelta en llanto y sonrisas.
Sonreí imitandola.
-¿Le llamarás hoy?-pregunté.
Ella negó con la cabeza caminando hacia mi.
-Esperaré a que venga mañana-contestó - ahora prefiero descansar y no continuar dándole vueltas.
Agachó la cabeza con timidez.
-Aunque sé que en el fondo no podré pensar en otra cosa..
Sonreí dispuesta a hablar, pero entonces el rugir de una moto llamó mi atención.
-¿Una moto?-preguntó Linda arqueando una ceja.
-Turno de noche-sonreí.

LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓWhere stories live. Discover now