CAPÍTULO 45

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Abrí los ojos sintiendo los brazos de Thomas rodeando mi cuerpo aún desnudo y sonreí al escuchar su voz y sus labios rozar mi oreja.

-Buenos días…

Me giré lentamente viendo la sonrisa dibujada en su rostro.

-Buenos días…-dije besando la comisura de sus labios y apoyando mi cabeza en su pecho.

-¿Hoy no trabajas?-pregunté.

-Trabajo todos los días-contestó acariciando mi pelo con delicadeza- pero esta mañana me está costando bastante levantarme de la cama.

Sonreí.

-No vayas a trabajar- me incorporé para mirarle- vamos a desayunar fuera.

-Pues vamos…-susurró embelesado.

-Me apetecen muchísimo unos churros con chocolate caliente-me pasé la lengua por los labios- ayer no cené y ahora…

Sonreí con timidez cuándo mis tripas rugieron.

-Podemos ir siquiera a tu bar y desayunar allí mismo-sugerí.

Thomas negó con la cabeza poniéndose de pie y vistiéndose con rapidez.

-¿Bromeas? Tengo una reputación que mantener- bromeó- y no creo que contigo pueda aparentar ser un chico duro.

Reí aceptando su mano cuándo me la ofreció.

-Duchate conmigo y te llevaré a donde quieras-besó mi mano y solo cubierta con la sábana tiró de mí saliendo de su habitación.

Abrió el grifo de la ducha mientras yo cerraba la puerta del baño y volvió a desprenderse de la ropa dejándome ver de nuevo todos sus golpes.

-Esta noche tengo boxeo- entró bajo el agua mientras yo continuaba mirándole- deberías cambiar esa cara y acostumbrarte a verme así.

-Jamás voy a acostumbrarme a verte lleno de moratones- dejé que la sábana que cubría mi cuerpo se deslizara por mi cuerpo.

-Ya buscaré la forma de pagar mi deuda con él y te juro que entonces cambiaré de vida y no volveré a pedirle nada a nadie.

Asentí entrando junto a él en la ducha y mojándome por completo mientras pasaba mis manos por sus moratones.

-Tengo que confesar que nunca he probado los churros…-susurró sacándome una sonrisa- será mi primera vez.

Dejé de mirar sus golpes y clavé mi mirada en la suya.

-Hoy será tu primera vez-dije poniéndome de puntillas para pasar mis manos por su nuca- y siempre que comas churros volverás a acordarte que tu primera vez fue conmigo.

Sonrió pegando sus labios a los míos.

-Me parece un buen plan.

Y me besó deslizando sus grandes manos por mi espalda hasta llegar al final de mis caderas, casi pidiéndome permiso para seguir paseándose por mi cuerpo desnudo.

Pero entonces unos golpes en la puerta nos sobresaltaron.

-Voy a llegar tarde al trabajo-dijo Agnes.

Thomas suspiró y agarró una toalla saliendo de la ducha borrando por un momento su sonrisa.

-Vamos Ada- me entregó otra toalla y besó mi cabeza abriendo la puerta del baño mientras tiraba de mi mano.

Mis ojos concidieron con los de Agnes y por un momento fui yo la que me sentí vencedora.



LA FINA LÍNEA QUE NOS SEPARÓWhere stories live. Discover now