Perderte otra vez

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- Toma, necesitas beber algo - Kaia me observó con preocupación entregándome un café de máquina. - No es la gran cosa, pero bueno...

- Ella... - cerré los ojos.

- Lisa...

- Me duele la cabeza, no puedo con esto.

- Quizá debamos tomar un poco el aire. - negué con la cabeza.

- Kaia... - susurré sintiendo su brazo rodear mis hombros.

- Ten paciencia, solo ten paciencia... - bufé negando con la cabeza.

¿Paciencia? Era lo que menos tenía. La había perdido... mi cabeza no dejaba de doler, la noche estaba siendo eterna, en realidad llevaba siéndolo desde el día del accidente de Ellie. Desde aquella noche todo en mi cabeza era un maldito quebradero de cabeza.

Flashback

- ¿A dónde vas? - preguntó la castaña sujetándome del brazo.

- Yo... bueno... estoy preocupada por Ellie, no puedo dormir... Así que he pensado en ir a verla.

- Lisa... son las ocho de la mañana. ¿De verdad te parece buena hora para despertar a un bebé? - me encogí de hombros tomando mi ropa para vestirme. - He arreglado un almuerzo hoy... por favor, ¿podrías estar?. - asentí dejando que ella besara mis labios. - Gracias... porque empiezo a sentirme sola en esta ciudad.

Cerré la puerta cerrando los ojos. Lo cierto era que desde que habíamos llegado yo tenía mi mente ocupada en otra cosa, más bien en otras personas: Ellie y Rosé.

Mi cabeza era un mar de pensamientos alborotados como el oleaje más intenso a mar abierto y no había parado de serlo desde la noche anterior cuando había colgado la llamada con Rosé y mi sobrina. Sintiendo mi corazón estrujarse un poco más, me había tumbado en la alfombra del salón, observando el techo como si eso fuera a darme las respuestas a lo que estaba sintiendo.

Media hora antes yo había estado haciendo que Kaia prácticamente gimiera mi nombre en mi oído, dejándola completamente dormida sobre la cama. Y sin mucho sueño, con la mente en mi sobrina, y con un hambre tremenda me había ido a la cocina, buscando qué comer cuando había escuchado mi teléfono vibrar sobre la encimera.

En cuanto vi el número de teléfono tuve que pellizcarme como cinco veces. No me podía creer que quien me llamara fuera Rosé. Tardé un momento en reaccionar pero rápidamente pensé en mi sobrina y el miedo me invadió.

Su voz sonaba tan suave... tan dulce... y después ella había sugerido una videollamada para calmar a Ellie, a la que podía escuchar a kilómetros de distancia a través del altavoz. La conversación había sido divertida, pero mi corazón se había quedado totalmente devastado al escuchar las súplicas de mi saquito de huesos porque estuviera allí, con ella, con ellas... "Ellie tizte" había dicho y eso sencillamente me había roto por completo.

Colgar la videollamada después de observar sus rostros, tal y como habíamos hecho tantas veces cuando yo tenía que entrenar, había removido todo en mi interior. Así que esa noche no había podido dormir y aunque Kaia había insistido en que volviera a la cama, estar entre sus brazos no se había sentido nada bien, estaba muy lejos de sentirme tranquila o calmada.

Así que había pensado que la mejor manera de tranquilizar la ansiedad que crecía dentro era yendo a casa de Rosé, tal y como se lo había prometido a Ellie. Para cuando llegué a su casa, Rosé no estaba ya allí y pese a que la llamé durante todo el día y le envié mensajes, no hubo respuesta por su parte. El teléfono aparecía apagado.

¿Ella me había bloqueado?. Estaba poniéndome cada vez más nerviosa. No podía haberle pasado nada a Ellie, porque en ese caso, Jisoo me habría avisado, así que la única explicación que encontraba era que Rosé no quería volver a verme. Y eso me estaba jodiendo viva, porque vamos... aquí quien debía sentirse dolida era yo ¿cierto?. Pero probablemente mi descuido con Ellie la había hecho enfadarse, lo había visto en sus ojos cuando se acercó a mí... pero esperaba que ella realmente considerara que había sido un accidente y que jamás pondría en peligro la vida de mi sobrina.

My Problem? YouWhere stories live. Discover now