Parte 2:

19 2 2
                                    

Finalmente opta por un vestido de cuero, unos tacones de aguja negros, con el pelo no puedo hacer nada al llevarlo cortado al estilo pixie. Cuando su amigo Charlie la ve al llegar al lugar en el que han quedado, la observa con la boca abierta.

—Estás matadora. ¿Ves cómo no es tan difícil? Vamos la noche nos espera.

Entran en el primer pub que ven, después de un rato esperando en la cola, logran entrar, empiezan pidiendo la primera ronda de chupitos. Conforme la noche se va animando y las copas van aumentando los dos amigos se trasladan a una discoteca. Rocío se acerca a la barra a pedir la siguiente ronda, pide otras copas, una para ella, otra para su amigo Charlie y la tercera para una chica que se ha unido a ellos. Ahora solo falta que ella ligue para acabar con ese absurdo trato que hizo esa mañana. La camarera le sirve tres copas junto a tres chupitos, ella la mira extrañada, no ha pedido esos chupitos.

—Perdona, no te he pedido estos chupitos.

—Invita la casa.

—Gracias. — interesante, piensa para sí Rocío.

—El siguiente te lo podías tomar conmigo. Se gira para mirar a la chica que le ha hablado, es guapa, rubia, ojos marrones y un cuerpo que se ve, que le dedica bastante tiempo.

—¿Invitas tú?

—Claro, guapa.

—¿Qué tal si me echas una mano y me ayudas a llevarles esto a mis amigos? Deben de estar preguntándose por qué tardo tanto.

Cuando llegan hasta ellos, Charlie la mira con una ceja levantada, quiere saber más sobre la chica que le acompaña.

—¿No nos presentas?

—Él es Charlie, ella Sonia y ella es...

—Ciara. ¿Y tú?

—Rocío.

Se dan dos besos cada uno con las presentaciones y ambas dan un sorbo de sus consumiciones.

Luego tanto Rocío como Ciara se van animando, poco a poco animadas por la música se ponen a bailar. La música tan alta propicia que se tengan que arrimar la una a la otra para poder oír lo que se dicen. El alcohol y la atracción que sienten la una por la otra desde que se han visto, hace que esa noche no se separen. Ambas están solteras, quieren divertirse y disfrutar de la noche.

                                                                                         *******

Son las doce de la noche, a esa hora la ciudad está despierta, los restaurantes, los pubs y las discotecas se están llenando. Se ha puesto uno de sus trajes favoritos, un mono de cuero, con escote, que se lo suele poner cuando quiere dormir acompañada. Va subida a su moto, una Honda CBR 500. Se dirige a una de las discotecas de moda, allí conoce a uno de los porteros, de otras veces que ha estado. Cuando llega al lugar se acerca hasta él, moreno, pelo rapado al estilo militar, de unos 1,90 m espalda ancha, musculoso. El típico hombre con el que no es aconsejable buscar problemas.

—Buenas noches Philip.

—Buenas noches señorita.

—Aquí te dejo la moto.

—Déjela aquí mismo, yo mismo la aparco.

—No sé cuánto tiempo estaré.

—No se preocupe, su moto estará bien custodiada.

Le entrega un billete de 100 euros que lleva escondido en el escote, la mirada del hombre se dirige por un instante a sus pechos. Ella sabe, que su moto estará cuando regrese pero nunca está de más darle un pequeño donativo.

Ladrón de guante blancoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora