Vamos Al Juego

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Almorzamos juntas viendo un programa de televisión local, yo aún no me recuperaba muy bien de nuestro juego de más temprano. Camz estaba hiperactiva, no podía quedarse quieta en el mismo lugar por más de cinco minutos. Después del almuerzo, me senté en una de las sillas al lado de la gran puerta de vidrio para leer un poco, distraer la mente y pensar en las preguntas que le haría a ella más tarde.
Arqueé una ceja cuando vi a Camila sentarse sobre la cama con la guitarra en las manos. Si ella iba a cantar yo me detendría para asistir el show. Ella parecía no notarme, estaba perdida en su propio mundo y yo amaba cuando eso ocurría, tenía toda una hermosura. Camz recorrió los dedos por las cuerdas de la guitarra y comenzó una canción que rápidamente reconocí. Sonreí.
"Kiss me hard before you go
Summertime sadness
I just wanted you to know
That baby, you're the best."
Ella estaba cantando, nada más y nada menos, que Summertime Sadness de mi dulce y hermosa Lana Del Rey. ¿Cómo no enamorarme más después de eso?
"I got my red dress on tonight
Dancing in the dark in the pale moonlight
Done my hair up real big beauty queen style
High heels off, I'm feeling alive."
No era por ser su novia o algo así, pero la voz de Camila es una de las voces más completas que ya tuve el placer de escuchar en la vida. Mi preferida, es claro. Ella tenía los ojos cerrados, parecía estar lejos del mundo. Me quedé admirándola en silencio, no quería interrumpirla, tan solo sonreía.
Me fui dando cuenta de que mi amor por Camila ya era un poco cliché. Creo que el termino 'amor' ya era débil para lo que sentía de verdad. Lo que sentía me sofocaba, me daban ganas de gritar y sujetar mi corazón para que dejara de querer salir de mi cuerpo toda vez que ella sonreía. Lo que sentía me hacía esclava de mi propia incoherencia. Lo que estaba dentro de mí desde la época de The X Factor se había convertido en algo más que un amor adolescente. Pasé tanto tiempo intentando huir que no me di cuenta de que lo que verdaderamente sentía de verdad era amor, mucho amor. Todo mi cuerpo se estremeció con tal pensamiento, mi corazón le decía a mi razón que yo la amaba, que ella era exclusivamente lo que más quería tener. Era amor y sentí mis ojos humedecerse. Estaba amando a esa chica. ¿Puedes imaginar la felicidad que estaba sintiendo?
Ella terminó la canción con un suspiro y todo lo que hice fue secar la lágrima que se escapó de mi rostro, encontrando su mirada. Ella me sonrió de una forma tierna, dejando la guitarra a su lado.
"Hey, me estabas viendo."
Asentí solamente, cerrando el libro y dejándolo en una mesita pequeña a mi lado.
"Estaba y estoy a punto de levantarme y aplaudirte." -Le sonreí. "Eso fue lindo."
Camz bajó la cabeza colorándose violentamente, mis ganas de abrazarla crecieron tanto que golpeé con las manos mis muslos en señal para que se sentara en mi regazo.
"Ven aquí."
Ella se levantó y caminó sin prisa, sentándose en mi regazo, rodeando mi cuello con sus brazos. Abracé su cintura.
"Me gusta cuando me ves de esa forma."
Su voz estaba más mañosa que lo normal, me derretí con eso.
"¿De qué forma?" -Pregunté.
"De esa forma, como si fuera lo único que quisieras en el mundo."
Sus ojos me veían iluminados y todo lo que sentí fueron ganas de decirle: "Te amo, eres lo que más amo en esta vida, Camila.", pero no quería asustarla. ¿Y si ella no sentía con la misma intensidad? ¿Y si para ella era un simple romance? Así que, tan solo me lo guardé para mí.
"Eres todo lo que quiero, todo."
Fue todo lo que me permití decir. Ella sonrió un poco después de sellar mis labios, inclinando su cabeza para recostarla en mi hombro.
"También solo te quiero a ti. Por favor, nunca olvides eso."
Tan solo la abracé, existen momentos en los que las palabras son innecesarias.
Pasamos el resto de la tarde de esa forma, solamente intercambiando cariños y temas sobre nada. Alrededor de las 7 de la noche, Camz avisó que tomaría un baño. Después de cuarenta minutos dentro, salió y yo entré. Me tardé un poco también, quería oler lo suficientemente bien para la noche que tendríamos. No es que fuéramos a hacer algo, pero...
Salí del baño usando mi baby doll de seda roja, hacía un poco de frío en la habitación, pero no me importó. Camila también usaba uno, solamente que el de ella era más niña, como ella. Purpura con bolitas blancas, una pequeña abertura en su muslo derecho y un lazo arriba. La vi de arriba abajo y sonreí, mordiendo mi labio inferior.
"Deja de comerme con esa mirada, Lauren Michelle Jauregui. Es por eso que nuestros fans enloquecen y no sabes."
"Si ellos estuvieran aquí viendo lo que yo estoy viendo, enloquecerían aún más."
Dije guiñándole. Ella rio fascinada acercándose oliendo mi cuello. Me ericé.
"Eres una idiota con muy buen olor." -Sellé sus labios colorados. "Y ese short está muy corto, Lauren. Y a propósito..." -Dijo Camila mientras se alejaba un poco para verme. "Te queda muy bien este color."
"Todavía no ves nada, Cabello."
Le di una suave nalgada y me alejé, haciéndola reír. Fui en dirección a mi maleta y saqué la botella de Vodka que había comprado hace unos días. Tomé el papel con la lista de preguntas que le haría y me acerqué.
"¿En dónde quieres jugar, en el suelo o en la cama?"
Pregunté con una sonrisa. Camz observó los dos lugares y optó por la cama, subiendo a ella. Eso, la cama era mejor, más cómoda.
"Bueno, entonces a lo que interesa."
Subí a la cama y me senté frente a ella, poniendo la botella de vodka frente a mí y el papel en mi regazo. Los ojos de Camila estaba oscuros, las pupilas dilatadas y eso que aún no había bebido ni un poco en su cuerpo. Las dos estábamos emocionadas por eso, así que intenté comenzar pronto.
"Recuerdas las reglas del juego?" -Pregunté divertida. Camila mordió su labio y asintió. "Está bien, entonces comencemos. Primera pregunta; ¿cuál fue la canción de Justin Bieber que cantó Carly en el programa en vivo de The X Factor?"
Arqueé una ceja y Camz llevó la mano a su mentón en una expresión pensativa. Estaba loca porque acertara, no veía la hora de beber eso en su cuerpo.
"Canción de Justin, hmm. No sé si recuerdo, fue... "Baby"?"
"Respuesta incorrecta." -Sonreí y ella gruñó. "As long as you love me."
"En el fondo sabía que era esa, lo sabía."
Ella estaba casi gritando, no tuve cómo no reír.
"Siguiente." -Me acomodé en la cama. "¿Cuál es el nombre de la ciudad en donde se lleva a cabo la historia de Twilight?"
Camila aplaudió y respondió con una gran sonrisa, casi me derrito.
"Esa es obvio que la sé. Es Forks."
Sonreí con malicia, dejando el papel a mi lado.
"Ajam, respuesta correcta." -Tomé la botella de vodka y la abrí. "Elige un lugar en donde pueda comenzar a matar mi sed, Cabello."
Dije con la voz más sexy que pude, su respiración era pesada. Había logrado el efecto que quería. Camilla llevó su cuerpo hacia atrás y se apoyó en sus manos, viéndome con intensidad.
"Hmm, creo que puedes comenzar en mi boca." -Buena elección, chica.
Me puse de rodillas y me acerqué a ella, dejando una pierna a cada lado de su abdomen, sentándome en su regazo. Suspiramos juntas.
"Abre la boca y cierra los ojos."
Pedí un poco ronca por la ansiedad y ella rápidamente obedeció. Amaba la sensación de alguien obedeciéndome, aún más cuando ese alguien era la chica que amaba. Humedecí mi dedo en el vodka y lo recorrí por sus labios, primero en el de abajo y luego en el de arriba. Cuando me certifiqué que era lo suficiente, derramé un poco en su boca escuchando su suspiro de aprobación. Bajé la mano en la que tenía la botella y saboreé sus labios lentamente, sintiendo todo el sabor del vodka con Camila. Rico, muy rico. Llevé mi hábil lengua dentro de su boca y saboreé su lengua por unos segundos, me estaba deleitando con eso. Camila era puro temblor. Cuando vi que iba a comenzar a perder el control, me alejé y regresé a mi lugar. Ella me miró con aquella cara de '¿Qué mierda estás haciendo?' y deslizó la lengua por los labios.
"Siguiente." -No reí, tan solo la encaré con mi mejor mirada y proseguí.- ¿Cómo se llama el esposo de Megan Fox?"
Camila no tenía más esa sonrisa de siempre en el rostro, su expresión era maravillosa.
"Brian." -Su voz temblaba.- "Creo que es Brian."
Mordí mi labio y asentí, colocando el papel a un lado nuevamente e inclinándome.
"Correcto. ¿En dónde debo beber ahora?"
Pasé mi dedo índice por mis labios.
"Quiero en la curva de mi cuello, creo que es un buen lugar para que bebas, Jauregui."
¿Entonces quiere decir que ella decidió que entrar con todo en esto era lo mejor? Las simples frases que salían de su boca eran lo suficiente para dejarme caliente. Con calma me puse de rodillas detrás de ella, levanté mi mano derecha para llevar aquel cabello hermoso hacía un lado. Podía ver su piel erizada, sonreí. Levanté la botella y derramé un poco en la curva de su cuello en donde parte del líquido rodó hacia el frente, escondiéndose entre su pecho. Suspiré y acerqué mi boca a la región, lamiendo el vodka que recorría su piel. La escuché gemir, instigándome.
"Hmm..."
Ella gemía cada vez que mi lengua entraba en contacto con su piel. Si yo ya me estaba excitando al inicio del juego, no quería saber cómo terminaría. Me di por satisfecha y me alejé, regresando a mi lugar anterior. El rostro de Camila estaba intentando decidir si se ponía rojo o si expresaba tensión. Recorrí la mirada pro su blusa en donde el vodka había desaparecido y observé sus pezones rígidos contra la tela. Me sentí tan caliente con esa vista que mordí los labios para no decir ninguna mierda. Nunca imaginé que tal cosa podía ser tan erótica. Comencé a preguntarme en dónde tenía la cabeza cuando pasé toda mi vida besando a chicos en vez de chicas. Ellas son mucho más sexy y deliciosas, era un hecho.
"Siguiente, Cabello." -Mi voz salía fallida.- ¿Cómo se llama el vocalista de Maroon Five?"
Camila arqueó las cejas, parecía estar pensando. Movió los pies, frotó sus muslos y me miró.
"¿Es en serio?" -Asentí.- "No me acuerdo. ¿No puedo pasar a la siguiente?"
Dejó salir una pequeña sonrisa.
"No, nada de eso. La tomaré como respuesta equivocada, entonces."
Dije frustrada y ella suspiró de la misma forma. Sí, frustrada. Quería que ella acertara para poder llevar mi boca a su piel nuevamente.
"Siguiente." -Bajé la mirada al papel.- ¿Cuál es el nombre de la hija de Beyonce?"
Camila mostró la mayor sonrisa del mundo para responderme. Si ella no sabía el nombre de la hija de la cantante favorita de Normani y Dinah yo misma la mataría.
"Ivy. Blue. Carter."
Dijo pausadamente, estaba provocándome de la mejor forma que sabía. Sonreía con la lengua entre los dientes, de esa forma que solo Camila sabe, de la forma que amaba.
"Exacto."
Le sonreí y me arrodillé una vez más, ya no hacía falta preguntar, ella sabía que solo tenía que elegir el lugar. Observé cautelosamente cuando levantó con calma la parte de arriba del baby doll, dejando su ombligo, hermosa, a la vista.
"Aquí."
Deslizó el dedo alrededor mientras me veía con aquellos ojos que constantemente desarmaban mis defensas. Oh my God! Que abdomen perfecto tenía, no es que nunca lo haya visto, pero en ese momento lo hacía con detención. Gateé sobre sus piernas y me senté debajo de sus rodillas, abriendo la botella.
"Puedo beber un poco más aquí, ¿no crees?"
Mi voz salió entrecortada, estaba tan ronca que casi ni me reconocí. Camila suspiró cuando derramé el vodka en su ombligo perfecto y un poco más arriba.
"Creo que tú quieres, Lauren."
Llevé mi boca hasta ese lugar de su cuerpo e hice una pequeña trompa con la boca para absorber la bebida. La sensación de tenerla bajando por mi garganta era excitante. Deslicé la lengua con calma alrededor de su ombligo, su piel se erizaba conforme lamía justo ahí. Levanté la mirada para verla y estaba observándome. Labios separados en una respiración rápida y fuerte, ojos estrechos y oscuros, su garganta emitiendo murmuros bajos y hermosos. Confieso que la escena de Camila observándome lamer su abdomen me excitó al extremo. ¿Sabes lo sexy que es darle placer a una persona mientras ella te observa con esa cara de 'Por favor, no dejes lo que estás haciendo.'? Estaba descubriendo eso. Para terminar mi degustación, llevé la boca más debajo de su ombligo y dejé un chupón, uno de verdad. Camila gimió y pude sentirla presionar sus muslos sobre mí.
"No hagas eso, Camila."
Llamé su atención mientras me levantaba para verla mejor.
"¿Eso qué?" -Respiró hondo.
"Sé lo que haces al presionar tus muslos." -Sonreí con malicia. "No lo hagas, quiero que aguantes lo más que puedas. Cuando el juego acabe, si estás de buen humor, te dejo hacer algo para aliviar."
Vi cuando tragó rápidamente, sus ojos brillando. Un punto para ti Lauren, un punto. Daría la vida si eso me permitiera tener a Camila dándose placer más tarde a mi lado en la cama. Estoy segura que no tendría que poner ni un dedo en mí para dejarme loca. Tan solo de imaginarlo...
Cuando vi que la había dejado sin palabras y completamente rígida, me senté en sus piernas. Llevé la mano hacia atrás y tomé el famoso papel.
"¿Puedo hacer la próxima y penúltima pregunta?"
"Cl-claro."
Quise reír por su voz estar fallando. Seguí sentada en sus piernas porque quería mostrarle que yo estaba tan excitada con todo eso tanto como ella, quería que ella pudiera ver con sus propios ojos las señales que mi cuerpo le estaba dando.
"Bien, Cabello, ¿Cuál es mi postre favorito?"
Pregunté con una sonrisa y ella arqueó su ceja. Entrecerró los ojos y percibí que estaba fingiendo pensar.
"No sé, Jauregui, pero creo que es, mmm...¡Arroz con leche!"
Me guiñó y temblé sobre ella. Quería glorificar por la respuesta correcta.
"Que chica tan inteligente, me gusta eso."
Dije risueña mientras tomaba la botella. ¿Será que podía quedar borracha con ese juego? Borracha por culpa del alcohol lo dudo mucho, ahora, borracha de deseo por Camila...
"Sé que tenemos una regla y no te pediré que la rompas. Pero sé que podrías bajar un poco mi blusa y beber justo aquí..."
Camila levantó su mano derecha y deslizó su dedo índice sobre su pecho derecho, un poco más arriba de su pezón.
"Rompería la regla si fuera un poco más abajo, ¿no?"
"Tienes toda la razón." Mi aliento no existía más.
"Entonces..."
¿Ella quería acabar conmigo, no? Sólo podía ser eso. Comencé a preguntarme porqué inventé ese juego. ¿No me di cuenta que iba a terminar perdiendo el control? Respiré hondo para mantener mi alma en mi cuerpo.
Mientras ella me observaba con una mirada feroz, llevé mi mano hasta lo alto de su prenda y dejé que recorriera su hombro, dejando a la vista la mitad del pecho derecho de Camia. Todo lo que estaba cubierto por la tela era lo que más quería ver, me estaba maldiciendo por haber creado esas estúpidas reglas. ¿Por qué Lauren, por qué?
Derramé un poco de vodka en mi mano y la llevé hasta la región deseado, humedeciendo lo más que pude. Me curvé para alcanzar el lugar y ella se curvó un poco hacia atrás, llevando la cabeza también para darme más espacio. Coloqué la botella a mi lado y me sujeté a su cintura, oliendo su cuello antes de comenzar a hacer movimientos circulares con la lengua en su suave piel. ¡Cielos! Era como si no pudiera dejar de lamer ahí, justo ahí. Era suave, olía muy bien, vicioso, era jodidamente delicioso. ¿Se imaginan bajar un poco más? Cerré los ojos con fuerza y lamí, presionando su cintura. ¿Qué estaba haciendo Camila? Estaba prácticamente ronroneando. El sonido de su gemido se había convertido en mi segundo sonido favorito en el mundo, el primero siempre iba a ser su voz al cantar. Vero me dijo una vez que las mujeres poseen el poder de dejarte al punto de tener que lanzar tu ropa interior. ¿Y no es que estaba de acuerdo con ese ser humano? No estaba solamente tensa, estaba tan mojada de placer de hacerla gemir que sentí mi rostro arder en un rubor cuando alcé la mirada para observarla.
"¿Porqué...porqué te detienes?"
Dijo con un tono débil, su cabeza aun curvada hacia atrás, sus ojos cerrados.
"Porque ya terminé." Dije tan débil como ella, mi situación era complicada. Cuando dije que mi rostro estaba ardiendo, era porque de verdad lo estaba.- "Necesito hacer una última pregunta."
"¿No puedes simplemente seguir? Por favor, Lauren, de todas formas te lo pediría aquí de nuevo."
"Estás terminando con el juego."
Dije entre una risa, tirando la botella en la cama para besarla en la boca.
"No me importa." -Mordió mi labio inferior, curvando su espalda que quedé sentada en su regazo. Sus manos en mis muslos, las mías haciendo camino entre su cabello.- "No tenías que haberte detenido, no me voy a conformar."
Ella comenzó a soltar una risa un poco más alta, era nítido en sus gestos que estaba nervios. Me quedé admirándola fijamente al mismo tiempo que intentaba calmar mi cuerpo.
"Si seguía ya sabes lo que iba a pasar, ¿no?" -Ella asintió.- "Y sabes que aún no es el momento, ¿no?"
Asintió nuevamente, su mirada frustrada.
"Soy una chica de diecisiete años con hormonas a flor de piel, Lauren, deberías saber eso antes de proponerme juegos como este."
Reí de la cara que tenía y sellé sus labios.
"Créeme Camila, no me quedo muy atrás."
"Lo sé, puedo sentirlo en mi muslo."
Camila mordió la labio inferior y forzó mi cintura hacia abajo, gemí con la presión y me sentí tonta de tanta vergüenza. Punto para ella, Lauren, que débil eres. Fue todo en lo que pude pensar.
"¿Estás avergonzada?"
Preguntó divertida, las manos deslizándose en mi espalda. Sonreí sin mucha gracia y mordí mi labio.
"Un poco." -Ella rió. "Deja de reírte, eso nunca pasó en esta intensidad conmigo antes, ¿ok? Así que deja de burlarte."
"No me estoy burlando." Negó mientras reía para después verme a los ojos. "Me está encantando. Todo esto también es muy nuevoi para mí, son sensaciones nuevas y buenas que son difíciles de controlar. Tú no estás sintiendo lo que yo porque no estoy sentada en tu regazo, porque créelo, no es muy buena mi situación.
Ella se ruborizó un poco, encantándome. ¿Cómo podía ser tan sexy y tierna al mismo tiempo? Ugh, Camila, deberían prohibirte tratarme así.
"Estoy esperando y voy a esperar nuestra primera vez ansiosamente, porque sé que aún no es el momento." -Acaricié su mejilla con mis dedos. "Y te agradezco por haberme dado tanto placer hoy sin haber ultrapasado nuestro límite. Creo que es así como funciona el respeto, sabes? Nunca estuve en una relación antes, pero creo que estamos haciéndolo todo bien."
Sentí ganas de decirle que la amaba, muchas ganas. Mi lengua estaba luchando para dejar salir esas dos palabras. Ella me había dicho eso con tanto cariño que la abracé con fuerza, su cabeza en la curva de mi cuello. Quería mantenerla ahí por tiempo indeterminado, todavía no podía creer que esa chica era mía, que Camila  era mía. Ella podía mezclar erotismo y romanticismo de una forma tan completa que me encantaba.
"Queremos todo en el tiempo correcto para nosotras, Camz. Y no puede haber cosa en el mundo más correcta que eso."
Ella se  alejó de mi abrazo para poder verme, mostrando su dedo índice llevándolo a mi sien. Cerré los ojos para sentir su cariño, ella reclamó.
"No hagas eso. No cierres tus ojos."
"¿Por qué?" -Pregunté abriéndolos nuevamente.
"Si supieras lo que esos iris verdes causan en mí, nunca los cerrarías." -Sonreí con mi corazón latiendo a mil. "Sé que esto parece demasiado  meloso, pero no puedo decirlo de otra forma. Amo tus ojos, amo cuando amanecen grises y terminan en la noche en ese tono verde, justo en el que están ahorita. Si pudiera quedarme observándolos por tiempo indeterminado, definitivamente lo haría."
¿Será que hay alguna  posibilidad de sentir más amor por Camila? Porque, sinceramente, no podía imaginar, en mis pensamientos emocionados, una parte de mi vida en donde no necesite de ella. Éramos como un todo, no quería que hubiera una mitad para  las dos, no quería y no podía perderla de vista. Aunque a veces tenía la sensación de que toda nuestra felicidad no duraría por mucho tiempo. En ese momento estábamos en nuestra burbuja, escondidas del mundo y de los problemas. Pero, ¿y cuándo nuestra burbuja explotara? No quería ni pensarlo.

Falling In Love For The Last TimeWhere stories live. Discover now