15. Cita doble

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Off se repitió tantas veces que quería a Davika, que ahora la mentira salía con facilidad y, a veces, creía incluso que era cierto

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Off se repitió tantas veces que quería a Davika, que ahora la mentira salía con facilidad y, a veces, creía incluso que era cierto. Bueno, quería a Davika como amiga, eso lo tenía claro, pero... ¿cómo novia?

—Pero no hemos pasado tanto tiempo juntos —se quejó Davika al otro lado de la línea—. Mis papás ya están preguntando cuándo irás a cenar. Ellos querían hoy, pero me dijiste que no, y el siguiente sábado igual...

Los sábados estaban reservados para ir a D-Town, y ahora que regresó a ese ambiente, rodeado de tanta gente con la que se sentía cómoda, no quería abandonarlo otra vez.

—Podría ser el viernes —ofreció, suavizando su voz—, ¿te parece?

—Pero ¿qué tanto tienes que hacer? —Siguió insistiendo Davika—. ¿Me estás reemplazando por Tay?

Apretó sus labios un instante, sabiendo para dónde se dirigía toda esa conversación.

Últimamente compartir tanto tiempo con Davika se estaba volviendo insoportable, la chica siempre demandando su atención y contándole cosas que en realidad no le interesaban. Y eso le hacía sentir mal porque significaba que era un pésimo novio, pero si era honesto, no le preocupaba demasiado. No cuando estaba en D-Town. No cuando estaba con Gun.

Gun, Gun...

—Tay está cada vez más desagradable y repulsivo —siguió hablando Davika—, detrás de ese otro chico, ¿qué clase de persona es? ¿Acaso...?

—Davika, por favor, cállate.

La chica enmudeció, porque era la primera vez que Off le hablaba de esa forma.

Off normalmente era callado, siempre dándole la razón, nunca discutiendo con ella. Pero esto...

—¿Off? —preguntó con voz débil.

—Hablamos cuando estés más calmada —le dijo—. Adiós.

Le cortó antes de escuchar su réplica.

Off no quería hablar más con Davika, no por esa noche, porque era sábado, iría a D-Town, y vería a Gun.

Lo que debía hacerlo sentir mal, sin embargo, en ese instante no podía importarle demasiado si su novia se enojaba con él, porque estaba recordando la expresión de Gun en su casa, cuando le invitó a acompañarlo, la forma en la que le estaba mirando.

Agarró su chaqueta, mirándose una vez más al espejo para ver si lucía guapo, y salió del cuarto para bajar las escaleras.

—¿Off? —Preguntó su madre al verlo pasar hacia la puerta—. ¿Para dónde vas, cariño?

Tomó las llaves del auto, girándose y sonriéndole a su mamá.

—Iré donde Tay, lo ayudaré con una tarea —mintió, y recordó que la última vez que le mintió de esa forma fue cuando estaba saliendo con Bas.

Muñequito de porcelana - H.A #21Donde viven las historias. Descúbrelo ahora