𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 14•★

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El ronroneo tranquilo que emitía la felina en su estómago lo había dormido ya hace unas horas atrás. La habitación se encontraba en silencio, el frío calaba su cuerpo un poco al estar fuera de más cobijas. De pronto, su teléfono comenzó a sonar con insistencia y logró sobresaltarlo, logrando que la minina que estaba en su estómago se despertara y bajara de su estómago para recostarse a su lado para poder dormir otro poco.

El teléfono dejó de sonar y así, gruñó un poco molesto al ser despertado de la nada. Frotó sus ojos con pereza, tomó la cobija para arroparse y abrazar a Pelusa para poder dormir mejor, pero otra vez el teléfono comenzó a sonar con insistencia y con pereza lo tomó en sus manos y contestó poniéndolo en alta voz para tirarlo a un lado de él y no tener que cargarlo.

— ¿Que sucede, Hyung? Estaba durmiendo. — Regañó con pereza cerrando sus ojos y abrazando más a Pelusa.

Jimin-ah, ¿Estás solo?¿Dónde estás? — Habló la persona detrás de la línea.

— Estoy en casa de Jin Hyung. Mamá me dijo que podía quedarme a dormir aquí. Yandy se fue hace unas horas y estoy solo con pelusa. ¿Por qué? — Habló con sus ojos cerrados con la menor concentración en la llamada. Estaba más allá que acá.

No es importante, solo quería saber como estabas y preguntar si puedo ir a verte. ¿Puedo? Podemos dormir juntos con Pelusa. Ella me ama mucho también.

— Mentiroso, Hobi hyung, pero bueno, ven. También sería divertido tener compañía. Es temprano así que podemos hacer palomitas y ver una película. ¿No tienes trabajo por hacer? Ser asistente debe ser agotador.

De acuerdo, ya voy. No le abras a desconocidos. ¿Entendiste?

Si, Hyung. Te espero.

La llamada se cortó luego de que Hoseok dijera que al rato llegaba, pero el joven jimin estaba llegando a otra realidad con el sueño que tenía.

La hora marcaba las nueve de la noche, así que era de esperarse que tenía mucho sueño. Pelusa también era de ayuda, pues con sus leves ronroneos, lograba que Jimin se relajara y pudiera dormir como un bebé.

Los minutos largos pasaron y Jimin se había quedado dormido, olvidando por completo a Hoseok, que, estaba llegando a la recidencia dónde se encontraba.

Hoseok, tenía una chaqueta de color negro, un pantalón suelto de color blanco y unas botas pequeñas de color marrón.

Tocó el timbre muchas veces pero el menor no llegaba a abrirle en absoluto, así que sacó su arma y abrió la puerta con la llave de repuesto que tenía.

Jin les había dejado la casa para que pudieran relajarse como si el estuviera acompañándolos, pero los chicos hacían más que disfrutar y abusar del prestigio. Eran tan unidos como una familia que entraban y salían con total confianza.

Abrió la puerta con mucho cuidado y se adentro al lugar con un poco de velocidad. Cerró la puerta detrás de sí y miró todo organizado así que relajó un poco su cuerpo y respiró con más calma. Creía que pudo haberle pasado algo al menor y porque se suponía que lo esperaría y le abriría la puerta.

Primero fue a la habitación dónde dormía Jin, pues había mencionado que estaba durmiendo anteriormente.

Al llegar, abrió con cuidado asomándose y miró al bulto sobre la cama.

Se relajo más y sonrió avergonzado por pensar de más. Desde que era agente mantenía más alerta de cualquier cosa y todo era de desconfianza para su persona. Era como una maldición pensar que en cualquier momento todo saldría mal y que perdería todo.

★•𝕲𝖆𝖙𝖔 𝕻𝖊𝖑𝖎𝖌𝖗𝖔𝖘𝖔•★ | 𝔑𝔞𝔪𝔍𝔦𝔫Where stories live. Discover now