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Narra Lydia

Estaba sentada en un sillón de cuero que se encontraba en la sala de mi casa, esto parecía mas un consultorio. Frente a mi se encontraba el doctor harmon colocando una grabadora sobre una mesa y acomodandose en su lugar con una libreta y una pluma para tomar nota.

Yo desvíe mi mirada al patio trasero, ahi estaba mi madre y su estupida pareja conviviendo y regando las plantas.

- Bueno...lydia ferdinard. - interrumpió el doctor harmon, me gire para observarlo. - Veo que tu relación con tu padrastro, henry, no es muy buena, y parece no agradarte del todo.

- Es el hombre con el cual mi madre engañó a mi padre. Mi padre, el real, es doctor, un médico cirujano, no se qué pasó, solo escuchaba constantes peleas en casa...la mayoría del tiempo cuando se quedaban en silencio por unos segundos salía a revisar y mi mamá llevaba un cuchillo en la mano amenazando a mi padre. Se muy bien que el nunca le toco el pelo...- vomite realmente todo.
El doctor harmon me escucho con atención y guardo silencio unos momentos. - Mi situación con mi padre fue muy duro, el y yo siempre fuimos muy unidos, iba por mi a la escuela, después ibamos por helado y llegabamos a casa a preparar la cena. Todo cambió el dia del juicio de mis padres, se divorciaron y mi mamá comenzó a mentir sobre cosas que supuestamente mi padre me hacía. Ella cree que estoy loca doctor harmon, pero mi padre nunca me toco ni un solo dedo.

- Crees que tu comportamiento es culpa de tu madre? - preguntó el doctor harmon a lo que asentí. - Ella me confesó que tomas pastillas para la ansiedad y para poder dormir, cuantas píldoras tomas?

Mire llena de confusión al doctor.

- Piensa que las pastillas afectan mi comportamiento? - pregunté alzando mi ceja izquierda.

- No, solo quiero que me ayudes a entender el por qué de tu actitud. Tuve un paciente psicopata, le hechaba la culpa a su madre de todas sus acciones. - siguió el doctor. - Y al final parece que pudo convencerme tan bien de que había cambiado algo en el, la realidad es que no. Pero no estamos aqui para hablar de ese idiota. - el doctor harmon se quedó mirando a un lugar especifico, yo gire mi vista para ver donde este observaba.

Solo había un jarrón atrás de mi, regrese mi vista al doctor harmon y suspiró de nuevo.

- Bueno, yo pienso qué realmente quien necesita terapia es mi madre, y de paso usted. -
Hice una mueca de desagrado.

- No intentes voltearme las cosas, lydia. - me interrumpió el doctor harmon. - Eres simpática, pero conozco muy bien esas actitudes.

- Cree que soy psicopata? - bufe. - eso es absurdo. - dije con ironía.

- Haz ido a la escuela? - preguntó. - tal vez necesitas salir de casa y olvidarte de tus problemas con tu madre.

Yo me quedé unos segundos en silencio.

Hace tres dias que estoy viviendo aquí, y desde los dos siguientes dias, no fui a mi primera entrada a clases. Ni a las siguientes, ni hoy.

- No me gusta la escuela. - segui. El doctor harmon suspiró fuerte. - La escuela es aburrida, los maestros son acosadores, y los que no, me aburren sus clases. Mis compañeros parecen estar hormonales casi todos los dias a todas horas. Me dan asco.

El doctor harmon tomó la grabadora y la apagó.

- Es todo por hoy.

- Eso es todo? Creí que me diría "eso esta mal" o por lo menos me criticaría más...- dije confundida levantandome al mismo tiempo que el.

- Supongo que tienes mas para decirme mañana. Hasta entonces, por favor, intenta ir al colegio de una vez. - el doctor harmon tomó sus cosas y caminó al patio trasero para salir, debi interrogar, pero me dió igual.

Escuche que un tazón se caía al suelo de madera y me giré rápido. Era una chica, cabello algo rubio, sus ojos demasiado abiertos y de color entre gris y azules.

- Tu que haces en mi casa? - pregunté confundida y acercandome a la chica.

- Yo...soy hija del doctor, de ben, harmon. - dijo en palabras rápidas. - Violet. - me extendió la mano para estrecharla y asi lo hice. - en esta casa siempre se mudan locos, cuidado con los fantasmas, suelen estar en lugares muy oscuros. Un gusto en conocerte, debo irme.

La chica no me dejo nisiquiera pronunciar una palabra y desaparecer de la sala, le reste importancia.

Debería preocuparme por todas las personas que han estado apareciendo durante este dia.

Ah, y por supuesto no iba a ir a la escuela, no quería prepararme mentalmente para un rechazó de todo el mundo, aún que eso me da igual.

Evergreen - Tate Langdon (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora