22.- Conquistarte otra vez © [Libro 2 Bilogía 21 meses]

Capítulo 19 Mucho más que unas palabras

Axel

El corazón corre desbocado en mi pecho, porque estoy seguro de que el maldito traicionero intenta abandonarme en este momento y dejarme a mi suerte.

Mis manos presionan la cintura de Martina mientras la observo aun sin pronunciar palabra, porque estoy demasiado pasmado por la sorpresa, el momento, la situación...

—¿Axel? Estás... vaya, pareces muy sorprendido... —Hace una pausa intentando no reír, pero el gesto cambia abruptamente a la confusión cuando sus ojos se desvían hacia la cocina—. Oh...

No estoy haciendo nada malo, invité a una amiga a almorzar sin ninguna intención más que hablar porque me estaba sintiendo solo. Pero, cuando Martina vuelve a mirarme, la forma en que lo hace... mierda. Menos doloroso hubiese sido que me arrancara el corazón del pecho y lo pisoteara frente a mis ojos. De todas las cosas que podría pensar, que crea que estoy siendo infiel, me rompe por dentro.

Pero ella tiene un pasado y yo el mío, prefiero suponer que es normal que este tipo de cosas sean difíciles de superar.

—Linda... eeeh... ella es Nicole, una amiga que conocí hace un tiempo. —La jalo de la mano llevándola hasta la cocina—. Nicole, ella es Martina, mi novia.

—¡Martina! —exclama Nicole levantándose del taburete. Extiende una mano a mi novia con una gran sonrisa—. Un gusto en conocerte al fin, Axel me ha hablado mucho de ti.

—¿Ah, sí? —pregunta ella estrechando la mano que le ofrece, mirándonos alternativamente.

—Eeeeh.. Sí —respondo—, justo antes de que llegaras lo estábamos haciendo... ¡Hablar!, de ti quiero decir, hablábamos de ti.

¡Por favor, mátenme ya!

Nicole alza una ceja al mirarme intentando contener una sonrisa, mientras que Martina sigue observándome con el ceño fruncido.

—Supongo que llegué en mal momento, no era mi intención interrumpir...

—No interrumpes —respondo demasiado rápido—. Estábamos por almorzar, quédate con nosotros...

Martina mira nuevamente a Nicole y luego sacude la cabeza con una pequeña sonrisa.

—No, está bien. Acabo de comer en el avión —dice. Me da un apretón en la mano que aún sostengo con fuerza. Tengo tanto miedo de que me suelte y me deje ir... es irracional, lo sé, pero no puedo evitarlo—. Lo que necesito ahora es una ducha y dormir un poco. Llevo 14 horas de un incómodo vuelo, podemos vernos después.

—Martina...

—Mucho gusto, Nicole —dice dirigiéndose a ella.

—Igualmente.

Martina se mueve hacia la puerta y como me niego a soltar su mano la sigo hasta allá.

—Dormiré unas horas y luego podemos hablar —murmura mientras caminamos. 

—Está bien. Cuando quieras, yo estaré aquí, no iré a ninguna parte.

Observo que sus maletas y su guitarra siguen fuera de su puerta. Acababa de bajarse de un vuelo de 14 horas, más un viaje en taxi hasta acá y en lugar de entrar a su departamento a refrescarse un poco, tocó mi timbre primero para darme una sorpresa... y yo, como un idiota, estoy pasando mi tiempo con otra persona.

—No te enfades... —La frase sale de mi boca sin contenerse.

—¿Enfadarme? —cuestiona. Sonríe cuando me mira y posa su mano en mi pecho—. Está todo bien, tranquilo.