Capítulo 30 El punto de equilibrio

517 61 21
                                    

Axel

Isaac murmura improperios luchando con el plástico burbuja que se enredaba en sus manos.

No puedo evitar sonreír. Que esté aquí, haciendo una actividad que lo fastidia, me demuestra lo buen amigo que es.

—Deja eso, ya lo hago yo después —digo, sacándolo de su sufrimiento.

—Gracias a Dios.

Suelta todo en el sofá y va hacia la cocina para tomar una cerveza. Se acerca con otra para mí y choca la botella conmigo.

—Es un gran paso el que estás dando, y sigo sin entender por qué —comenta despreocupado.

—Es el momento de hacerlo. — Dejo la botella a un lado mientras continuo con la tarea de apilar libros dentro de la caja que tengo en el suelo—. Es algo que quería hacer hace tiempo pero...

—No querías dejar a Martina.

Asiento en silencio. Se me hace un nudo en la garganta de solo pensarlo.

Este fue nuestro departamento de universitarios, un lugar donde podíamos independizarnos, compartir gastos y ser jóvenes y estúpidos. Pero el tiempo se extendió, y cuando Isaac se fue, yo debí hacer lo mismo. Pero en el fondo, me negaba a separarme de Martina con la esperanza de que algún día terminara con su novio y tener una oportunidad.

Una esperanza estúpida en aquella época, pero ahí estaba, clavada en mi pecho, negando a retirarse.

Solo recordar todas las cosas que vivimos en este departamento me aprieta el corazón, pero la vida es así. Hay veces que necesitas cerrar ciertos ciclos para empezar unos nuevos y este es el mío.

—¿Ya has visto donde te vas a mudar? En mi edificio hay un departamento disponible unos cuantos pisos más abajo, podría consultar si tú...

—No te preocupes Isaac, ya lo tengo resuelto.

—¿En serio? ¿Dónde te vas?

—A la casa de mi padre... Es mi casa ahora, así que... ¿Por qué no?

Mi amigo permanece tanto tiempo en silencio que tengo que alzar la mirada para comprobar que sigue aquí.

Su expresión es una mezcla entre la confusión y la admiración que me hace sentir nervioso y juzgado.

—¿Qué? —cuestiono.

—Me duele decirlo, pero puede que tengas razón. Separarte de Martina quizás sí fue una buena decisión.

—No quiero hablar de eso ahora, Isaac.

Él alza las manos en señal de rendición y se marcha de regreso al sofá tomando el plástico burbujas con el que envuelve algunos objetos delicados.

Llevo un par de días en esto. Cada día hago una nueva caja de mudanza sin definir aún el día que me marcharé de aquí, pero para ser honesto, estoy alargando el tiempo que queda con Martina antes que se vaya de gira. El solo hecho de saber que está cerca me impide tomar la decisión final, cuando no esté, seguro que será más fácil.

—¿Qué es esto?

Me giro hacia mi amigo que está con el celular en la mano pasando su dedo por la pantalla con el ceño fruncido.

—¿Qué cosa?

—¿Ya viste las nuevas fotos de Martina para la revista?

—Sí. Ella las mando al grupo, ¿recuerdas?. Fuimos los primeros en verlas antes que salieran públicamente —murmuro volviendo a mi tarea.

22.- Conquistarte otra vez © [Libro 2 Bilogía 21 meses]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora