Especial

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No era justo. Todo le era entregado a Soobin en bandeja de plata.

Okey, tal vez no era precisamente así. No era justo pensar de esa manera y Yeonjun lo sabía, pero simplemente parecía que Soobin siempre lo tenía todo. Era el líder del grupo — aun cuando él era mayor — y el vocalista principal del mismo. Había trabajado duro para ganar su posición y Yeonjun lo sabía, pero a veces era difícil no resentir al menor por todo lo que tenía que Yeonjun quería.

Como a Kai, por ejemplo.

Yeonjun había pasado años tratando de llamar la atención del más joven del grupo con comentarios sutiles y sonrisas tímidas y toques inocentes, cosas que suponía le harían darse cuenta de sus sentimientos ocultos y sofocantes, pero Kai nunca se dio cuenta. En cambio, todo lo que Soobin tenía que hacer era poner una de esas bobas sonrisas suyas, y Kai era suyo.

El descontento de Yeonjun arde en su pecho, dejando un vacío que lo hace sentir más miserable conforme el tiempo pasa. Odia estar encerrado en el dormitorio con los demás porque no soporta ver como Soobin estrecha entre sus brazos a Kai, detesta el brillo que aparece en los ojos de Kai después de que Soobin lo besa con cariño y adoración, porque sabe que debería ser él.

¿Por qué Kai no había podido enamorarse de él?

¿Qué era tan especial de Soobin?

Yeonjun sabe la respuesta. Soobin es astuto, encantadoramente torpe, afectuoso en muchos aspectos. Ahí donde él es apenas una sonrisa, Soobin es todo carcajadas y felicidad. Por supuesto Kai iba a enamorarse de él. Al menos eso sospechaba Yeonjun. No conoce la naturaleza exacta de la relación de Kai y Soobin — nunca habían intentado hablar con el resto de los miembros para aclarar lo que pasaba entre ellos y sinceramente eso le veía genial a él — pero cualquiera con ojos y suficiente capacidad de deducción podía ver que su relación se extendía a algo más allá de una amistad platónica.

La envidia se instala en la garganta de Yeonjun, sofocándolo hasta que ya no puede respirar. Odia la manera en la que se siente. Odia la persona que se apodera de él cuando se ve forzado a estar en una habitación a solas con Soobin, y todo en lo que puede pensar es en Kai.

Soobin decide ver una película en la sala de estar e invita a Yeonjun a verla con él. Y Yeonjun acepta la invitación porque debe encantarle sentirse miserable. Se sientan juntos en el sofá y Yeonjun puede notar el calor que el contrario irradia. Soobin se acerca más a él cuando la trama se intensifica.

Cada parte de Yeonjun que esta en contacto con Soobin se siente como si estuviera en llamas. Trata de no pensar en eso — en el ritmo de la respiración de Soobin, su mano posicionada sin cuidado en su muslo, sus piernas tan juntas que debería incomodarles — e intenta concentrarse en la película. Pero se vuelve imposible cuando Soobin recarga su cabeza en su hombro.

Yeonjun se aleja de él y gira para mirarlo. — ¿Qué estás haciendo?

Soobin frunce el ceño, confundido — ¿Junnie? — pregunta.

— Creí que preferías solo acurrucarte con Kai. — Yeonjun trata de no sonar irritado.

— Bueno, es cierto, pero él no está aquí. — dice Soobin aún sin entender que pasa.

— No está aquí — repite Yeonjun, reacio. Su mirada recorre el rostro de Soobin y se detiene en sus labios. ¿Cuántas veces se habrá besado con Kai?

Soobin sigue mirándolo con esos ojos de cachorrito que le resultan asquerosamente lindos. — ¿Hay algún problema? — pregunta.

Debe haber un problema conmigo, piensa Yeonjun, pues antes de poder detenerse ya está tomando el rostro de Soobin entre sus manos y se acerca a él. Lo que está haciendo es incorrecto, pero ¿qué tan malo puede ser querer saber a qué saben para Kai los labios de Soobin?

Puede sentir el pulso de Soobin en su palma. Es rápido y errático, muy probablemente por el miedo. Si fuera él, también estaría asustado. Sus narices se rozan apenas, pero es innegable que ese tipo de cercanía no es normal para ellos.

— Uh, Yeonjun, ¿qué ha... —

Yeonjun se traga las protestas de Soobin al juntar sus bocas. Su lengua se desliza tímidamente por los labios contrario y puede sentir el sabor de los dulces de limón que estaba comiendo y el sabor dulce a cereza de su bálsamo labial favorito. Sus labios son tibios y suaves, pero para nada especiales.

Yeonjun se aleja de él y suspira, frustrado. El odio sigue ahí, a pesar de su experimento.

Yeonbin One shots (Pedidos Abiertos)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang