Promesa

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Soobin se tambaleo y cayó al suelo.

Yeonjun se agachó a su lado y le sostuvo la cabeza entre sus manos. Tenía sangre en la cara, y parte de esa sangre pertenecía a su amigo. La mordida en su brazo se ennegrecía con rapidez, señal inequívoca de que la infección se esparcía por su cuerpo.

— Deben irse — le dijo a Yeonjun.

Soobin estaba pálido, y un sudor frío empapaba su piel; sus ojos estaban desenfocados y su cuerpo temblaba con fuerza.

— No — dijo Yeonjun, limpiando la sangre de sus ojos —, no pienso abandonarte.

Justo detrás de él, Taehyun blandía su espada, enfrentando a los pocos infectados que habían sobrevivido a la explosión. Kai estaba desplomado en una roca cercana, presionando la herida que cruzaba el pecho de Beomgyu, intentando que esta última dejara de sangrar.

— ¡Debemos irnos! — gritó Taehyun mientras luchaba contra un infectado que se negaba a morir — ¡Se están acercando más!

— Pelearemos contra ellos — respondió Yeonjun.

— No — dijo Kai —, no estamos en condiciones de pelear.

El ataque los había tomado por sorpresa mientras cruzaban el paso de la Caverna del Dragón; eran los únicos sobrevivientes de su batallón.

Soobin lo miró con los ojos vidriosos — Tienen que llegar a Newbery — dijo. Su voz comenzaba a perderse y su respiración era cada vez más entrecortada. — Tienes que sobrevivir.

— Tu también.

Soobin negó. — Es muy tarde para mí.

Beomgyu estaba de nuevo de pie. Su ropa estaba empapada de sangre y apenas podía caminar sin tambalearse, pero su rostro tenía una expresión implacable. Sobreviviría. — ¡Vamos! — dijo desafiante, tomando su espalda. Yeonjun lo vio perderse entre las sombras de la cueva.

— Junnie, mírame.

Yeonjun enfocó sus ojos en Soobin. El chico tenía una mueca de dolor en el rostro, pero cuando sus ojos se encontraron con los suyos, sonrió débilmente.

— ¿Recuerdas lo que me prometiste? — preguntó — ¿Lo recuerdas?

Sabía a lo que se refería, pero se negaba a creer que esa era la única salida. — Soobin...

— Tienes que matarme. No tendrías que ser tú, pero así es.

— Soo...

— Tienes que hacerlo — murmuró mientras le extendía la daga que guardaba en su cinturón. Yeonjun tomó el cuchillo entre sus manos. El mango era de brillante hueso negro y estaba hermosamente decorado. Era una contradicción, considerando su utilidad. — Por favor.

El sonido de la pelea llegaba hasta sus oídos. No sabía cuanto más sus compañeros aguantarían.

Yeonjun apretó el cuchillo y lo levantó, listo para clavarlo. Soobin cerró los ojos.

En ese momento, las manos que tantas veces habían eliminado infectados antes, temblaron inseguras. El puñal era delgado y afilado; lo más probable era que no sintiera cuando atravesara su pecho. Sin embargo, Yeonjun no podía encontrar la fuerza para matarlo.

— No — dijo, dejando caer el puñal. Estaba llorando.

— ¡Hazlo! ¡Tienes que hacerlo!

— No puedo Soobin — respondió entre sollozos desesperados — Debe de haber otra manera. Tiene que...

— ¡No! No quiero convertirme en uno de ellos Junnie. Por favor.

— ¡No! ¡No! — dijo negando frenéticamente con la cabeza. No podía matar al amor de su vida, a su único compañero en ese infierno.

— ¡HAZLO! — gritó, antes de girar la cabeza y vomitar un líquido verduzco y espeso.

Yeonjun dejó que un gemido roto y lleno de dolor se escapara de su boca.

— Te amo — susurró mientras acercaba el puñal a su pecho.

— Yo también — respondió Soobin, las lágrimas recorriendo sus mejillas.

Clavó el puñal con todas sus fuerzas. El aliento de Soobin se atoró en su garganta y la luz abandonó sus ojos. La sangre tibia que salía de su pecho manchó sus manos y su ropa y Yeonjun lloró. Abrazó el cadáver de Soobin y dejo que sus lágrimas salieran sin control.

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Hola!

Actualización doble. Hoy tocó capítulo triste. Prometo que el próximo va a ser algo lindo y esperanzador, pero por ahora les dejo esto.

Espero que les guste.

Nos leemos luego :)

Yeonbin One shots (Pedidos Abiertos)Where stories live. Discover now