ATENAS | Pablo Gavi

Capítulo 5

GAVI

–¿Has ligado con la periodista? – pregunta Unai una vez me ve salir del hotel donde se hospeda la morena.

Llevan así desde que les pedí la dirección del hotel de Violeta para hablar con ella sobre el artículo, que no me ha hecho mucha gracia.

–Que voy a ligar con ella, si ha publicado eso y me ha dejado fatal – me quejo mientras subimos al coche.

–¿Y que más da? Era guapa – dice Rodri.

–Ya ves – añade Eric.

–Pues ligárosla vosotros.

–Yo ya tengo a mi Adita.

Justo Luis, quien va de copiloto, se nos une a la conversación.

–Dejaros de ligar y centraros en los partidos anda.

Todos asentimos.

VIOLETA

Me visto y bajo a la entrada del hotel, donde Max me espera.

Tenemos que ir al partido de España. Llevo mi bolso con la libreta, el estuche y todo lo necesario para tomar notas mientras veo el partido. Max lleva su cámara, y tiene la esperanza de poder bajar para hacer fotos. Pero si ya hemos conseguido hacer una breve entrevista post partido, que nos ha costado lo suyo, el deseo de Max será imposible. Aunque estamos muy abajo y encima del banquillo español, le será fácil hacer fotos.

Miramos como acaba el entreno de los españoles y como se acercan al túnel de vestuarios. Observo al equipo y justo cruzo mirada con Gavira, quien me guiña el ojo.

–¿Qué narices acaba de pasar? – pregunta Max, sorprendido –. Es que hasta le he hecho una foto al niño guiñando el ojo.

–Ha guiñado un ojo, tampoco es para tanto.

–A ese chaval le vuelves loco y tu tan tranquila.

–Ni siquiera hemos hablado.

–Esta mañana habéis hablado – corrige – y en la entrevista.

–Ya pero no le vuelvo loca, lo sabes.

–A lo mejor la que no se ha dado cuenta eres tú, Vio. 

–Centremonos en lo importante – digo, dejando claro que no me apetece hablar de Gavira ahora. 

–Como quieras. Pero algo le tendrás que decir al pobre muchacho, que se le ve ilusionado. 

–Sí, que como narices consiguió mi número. 

–¿Le diste tu número a Eric no? – asiento con la cabeza –. Pues ya esta. Se lo habrán dado o algo. 

–Seguramente. 

...

La noche anterior...

–Tío dámelo, por favor – suplica un borracho Gavi a su compañero de equipo, Eric García. 

El catalán ríe y niega con la cabeza mientras camina por los pasillos del hotel, buscando la habitación del sevillano. 

–Tío, vas borracho. Además, Vio se enfadaría conmigo por habertelo dado. A saber para que quieres su número. 

–No voy a follarmela, si es lo que te interesa saber. 

–No necesitaba ese dato Gavi. Además ni siquiera la conoces. 

–¿Sabes? Cuando me estaba liando con la chica de la discoteca, la he mirado. 

–¿A quién has mirado?