Abudecay |🎂

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—¡Feliz cumpleaños, Roger! Espero nos invites a tus próximos 70 años —exclamó Spike, acercando el enorme pastel de cumpleaños con temática de Fórmula 1. Roger admiró el detalle en el mismo: era un pastel de un piso, todo decorado para lucir como una pista de carreras que se extendía a lo largo del perímetro y, justo en el centro, otro pastel en forma de coche de competencia, idéntico al que solía manejar. Justo al lado, una figura de fondant del cumpleañero, vestido con su uniforme de corredor de Fórmula 1 para Alpha Romeo y el trofeo del Gran Prix de Mónaco que ganó en el 79. 

Ya eran décadas desde que participó en eso, pero seguía siendo su época favorita y una sonrisa gigante se pintó en su rostro al ver el detalle que sus amigos pusieron en ello. Todos cantaban el cumpleaños feliz sosteniendo o bien sus copas de lujoso champagne o sus teléfonos de última tecnología para grabar lo que soplaba las velas, y el cerró los ojos un instante para pedir su deseo. Era evidente que, a estas alturas de la vida, probablemente no se cumpliría; no obstante, todos los años deseaba lo mismo. Ahora, se sentía más como si estuviese esperando que un milagro ocurriese cada que lo hacía pero no perdía nada intentándolo. 

Una vez que tomaron las fotos y cortaron el pastel, la fiesta continuó y la música no se hizo esperar para que todos vayan a la pista de baile. Nadie nunca se percataba de que él solía irse a otro lado; nunca fue mucho de las fiestas ostentosas en Las Vegas, que era justo donde se encontraban ahora. Sí, le gustaban las fiestas de joven, pero esas eran distintas. 

Invitaban a los amigos de la universidad, todos apachurrados en el diminuto departamento estudiantil que compartía con los chicos en Londres. Bebidas baratas pero fuertes, que la señora de la tienda les vendía con reproche porque no era tonta... ella sabía muy bien que Freddie era el único mayor de edad del grupo, y aún así les entregaba una funda a cada uno; si bien la que llevaba John, quien nunca iba a poder aparentar su ilegalidad con la cara de bebé que se cargaba en ese entonces, estaba solo llena de bocadillos y picadas. Y la música... amaba cuando Brian sacaba de su cuarto esos discos de rock clásico de vinilo y los ponía en el reproductor bien entrada la madrugada, cuando todos o bien se habían ido o estaban inconscientes en el pasillo, y eran de nuevo solo los cuatro: jugando Scrabble y rematando las botellas mientras escuchaban The Beatles en la sala. Hasta que llegaban al segundo disco del Álbum Blanco, y Brian desaparecía hacia la cocina y volvía con un pequeño pastel de cumpleaños y una vela reutilizada que cada tres cumpleaños debían intercambiar por una nueva para que no se derrita sobre el modesto pastel con glaseado de colores. 

Ahora, sin embargo, todos sus cumpleaños eran un espectáculo, al menos desde que alcanzó fama mundial en la F1. Cuando inició su carrera creyó que se trataba de un chiste, después de todo era de orígenes humildes y eso de ser competidor era caro; pero aceptó la oferta que el padre de una de sus novias le hizo para participar y lo siguiente que supo fue que los patrocinadores de la marca vieron en él potencial suficiente para costear su trayectoria. No se equivocaron. En menos de un año había ya participado en los Gran Prix de todo mundo, y ganado al menos 17 de las 24 competencias. Después de los primeros cuatro triunfos seguidos su vida cambió por completo y se disparó a la fama, y su vida antes de eso quedó en el olvido. 

O bueno, no del todo. 

Como era tradición para él, dejó la copa de champagne en una de las bandejas de los meseros y salió de la sala comunal del Hard Rock Hotel para dirigirse al ascensor y subir al penthouse que su esposa había alquilado para la ocasión. Debbie le había regalado un reproductor de vinilos ese año, a sabiendas de que el anterior había empezado a rayar sus discos, por lo que Roger abrió el regalo con cuidado e introdujo el preciado Álbum Blanco de The Beatles que Brian le había regalado cuando tuvo que partir de Londres. "Para que no te olvides de nosotros, sabemos que odias cumplir años pero te gusta mucho esa canción", le había dicho. Y, en efecto, siempre ponía Birthday a todo volumen cuando daban las doce de la noche. 

Words Of Love | MaylorWhere stories live. Discover now