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No sé cuánto tiempo estuve dándole vueltas a la cabeza, pero lo que si recuerdo perfectamente es la sensación de sentir las ideas, los datos y las conclusiones ocupando su lugar en mi mente como si de un enorme puzle se tratase; uno que nunca has podido resolver pero en el que, de repente, todas las piezas encajan una tras otra. Ahora, todo lo que había vivido, todas las experiencias de los últimos días y todo lo que había observado, todos los detalles en los que no había reparado, cobraban su importancia y ocupaban el lugar que les correspondía dentro de mí.

Vivía en una familia que solo era normal en apariencia. A ojos de todos debíamos de ser el ejemplo perfecto de la típica familia de nuestro tiempo. Pero la realidad era bien distinta, porque al parecer, salvo mi padre y yo mismo, el resto había tenido una vida paralela: mi madrastra con sus relaciones extramatrimoniales, mi hermanastra con sus parafilias y, como no, ni hermana con sus correrías secretas, su obsesión por mí y por controlarlo absolutamente todo y a todo el que la rodeaba, incluidas sus amigas. Y finalmente estaba yo; ahora también tenía una doble vida, debía reconocerlo.

Por otra parte, me había dado cuenta de que las tres mujeres de la casa parecían tener un especial interés en mí. Inocentemente y cegado por mi vanidad de macho adolescente, al principio pensaba que se debía a mi atractivo; después a un afán de competición entre ellas, pero ahora todo esto había desembocado en una carrera por conseguir mi atención y mi favor, de cara a un probable desenlace de los acontecimientos en forma de choque con incendio al que, seguramente, estaba abocada toda esta complicada situación. Parecía ser que siempre había habido una especie de lucha en mi casa y entre ellas.

¿A qué se debía el repentino interés por mí?: yo apostaba a que en todo esto yo era una pieza clave por ser el único menor, y también el único que podía tener una mayor credibilidad delante de mi padre en caso de que todo saliese a la luz, y comenzasen a cruzarse acusaciones y a conocerse los detalles, -vídeos y demás incluidos.

A lo mejor lo que tenía que hacer era dejar de ser el peón en todos los tableros para convertirme en el rey. ¿Pero cómo hacer eso? Sonaba muy complicado.

Decidí que mejor seguía pensando fuera de las cuatro paredes de mi dormitorio. Contacté con mis colegas, y en poco rato estábamos en la playa. Intenté por todos los medios divertirme e intentar ser el de siempre, pero reconozco que me costaba horrores abstraerme de todo lo que tenía en la cabeza.

Pasado un rato desde que estábamos en la arena, fue Juan el que me habló cuando salíamos del agua:

- ¡Hey!, espera un momento.

- ¿Qué pasa?

- ¿Cómo ha ido con la vecinita? –mientras tanto hacía el signo de follar introduciendo su dedo índice por un agujero creado juntando dos dedos de su otra mano-

- No ha pasado nada... solamente ha venido porque necesitaba hablar.

- ¡Pero, tío! No me jodas que no ha pasado nada.

- ¡Qué va! Solamente es una amiga; además, acaba de dejarlo con su novio.

- ¡Joder, blanco y en botella!

- ¿Tú crees?

- Vicen, tío. Abre los ojos; esa tía está coladita por ti, sino de qué te va a ir a buscar. ¿No es la que te ha mandado antes un mensaje?

- No sé... solamente era el aviso de que me ha agregado en el Whatsapp.

- Pues ya se va siendo hora de que te estrenes y eches un buen polvo, que buena falta te hace. A lo mejor así se te va esa cara de pasa que te gastas últimamente.

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⏰ Última actualización: Oct 16, 2022 ⏰

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A mi hermana le gustan los videojuegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora