Capítulo 5: Problema grande

5K 331 147
                                    

Distinto día, misma rutina. Dejo las pesas a un lado, secándome el sudor. Miro el reloj que da por terminado mis ejercicios. La ducha me relaja, pero la tensión vuelve a mi cuerpo cuando la mujer frente a mí se empeña en sacar el tema a lucir.

—¿Y desde cuando conoces a esta chica? — levanto la vista de mi café con pereza.

— Desde que abollo mi coche — murmuro y ella se asombra.

— ¿Cómo dices?

— Que la conocí de una manera dramática — le doy un sorbo a mi café, cansado de tantas preguntas.

— ¿Y así te enamoro? — intento no hacer una mueca ante eso—. Los jóvenes de hoy en día...

— Igual, parece una mujer buena...

Parece una mujer muy estresante.

— ... Y bonita.

No podía replicar ante eso. Por eso guardo silencio.

— Pensé que no viviría para ver a Arek Noszka presentando a su novia— lo dice con tanta emoción que ahora si no aguanto el mohín.

Me pongo de pie, intentando esquivar esta conversación.

— Si... me tengo que ir, llego tarde.

— No, espera. Quiero saber más sobre Alyssa...

— No tengo tiempo— la corto, saliendo de la cocina a toda velocidad.

Tenía un entrenamiento, al cual casi llego tarde por una moto Ducati deportiva negra que se atraviesa en el sector de mi estacionamiento cuando llego al club.

Hago el amague de llevármelo por delante, intentando jugar a su mismo juego, pero solo logro que este frene la moto rápidamente, quedando al costado de esta con enojo.

— ¡¿Vos sos pelotudo?! Casi me reventas contra el piso.

Bajo de mi McLaren gris. Encogiéndome de hombros.

— La próxima lo logro, yo iba primero hasta que te metiste— alego con diversión.

Este mira su moto con miedo a que se haya rayado al rozar el piso.

— Me voy a desquitar, Arek — amenaza, pero yo ya emprendí mi camino.

No tenía pensado llegar tarde otra vez, menos hacer más flexiones. El entrenamiento se lleva casi toda la mañana y conlleva más esfuerzo que el de ayer, por ende, mas cansancio.

Al terminar todos en las duchas empezaron a murmurar, ignoro a todos y sigo con mi ducha, pero cuando estoy terminando de vestirme alguien choca mi hombro con demasiada fuerza, tanta que me giro hacia el inútil que no sabe caminar.

— Arek, mejor vámonos...

— Eres un egoísta de mierda — Aeron calla a Paulo cuando se dirige hacia mí con un tono de voz que logra que lo mire fijo.

— Aeron, no sigas— suelta Vladik cuando se acerca demasiado a mí.

Todos nos miran atentos, como si ya supiesen lo que pasaría y yo no sabía ni por qué el rubio frente a mí me dirigía siquiera la palabra.

— ¿Por qué soy un egoísta según tú? — pregunto, sosteniéndole la mirada.

— ¡Te la follaste!

Intenta empujarme contra la pared, pero detengo su mano con cansancio de sus berrinches.

— ¿A quién? — no entendía nada, solo quería irme. Tenía cosas por hacer.

— ¡A mi novia! — lo miro con gracia, era tan ridículo.

Hago el amague de pensar en cual de todas era la dichosa novia suya, pero eran tantas caras que llegaban a distorsionarse, y otras ni había visto sus caras, era inútil pensármelo. Seguramente lo había hecho, pero no recuerdo exactamente como, ni cuándo.

Crónicas De Un ImperialDonde viven las historias. Descúbrelo ahora