Capítulo 7: Amor a primer cono.

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Detallo el césped con frustración. Jamás había sentido tanta irritación en mi vida, no podía ser eso un problema de tal tamaño que haya logrado que lo tenga en mente todo el día.

El sol no ayuda con mi humor cuando me da de lleno en la cara. Suelto la pelota, dejándola ir. Me pongo de pie cuando el sudor me molesta.

¿A dónde se iba en las citas?

Era totalmente ridículo que yo esté pensando en eso. Era jodidamente falso, no debía ni importarme.

Pero lo hace y me enerva. No podía ser un fracaso la supuesta cita con la castaña.

Tomo mi toalla de la banqueta, retirando el sudor de mi frente.

Ayer había quedado con mi supuesta novia en frecuentar un lugar público para que obviamente me vean con ella. No era de mi agrado la situación, pero no me quedaba de otra.

Me encamino al interior con pasos cansados. Había tenido un entrenamiento que por poco me deja sin aliento, aun lo sentían mis piernas, pero, sin embargo, decidí entrenar después del almuerzo, tenía un partido pisándome los pies.

Veo a Lucia arrastrar bolsas llenas de alimentos y con pesar la ayudo ¿Dónde estaban los del servicio? ¿No vieron a la viejita con la espalda casi rota?

— ¿Por qué no te ayudaron?

— Aun puedo, Arek. No soy una vieja...

Se detiene cuando enarco una de mis cejas. Reservando mi comentario.

— Eres un ingrato — me encojo de hombros con indiferencia. Ni modo, las verdades duelen.

Dejo las bolsas sobre la encimera. La pregunta rondaba en mi cabeza, pero me callo cuando decido pasar el ridículo en solitario.

— Estaré fuera toda la tarde, si quieres tomate el día— me giro para dejarla allí, pero antes la escucho.

— ¿Dónde vas? ¿La empresa?

No necesito ver su cara para comprobar su ceño fruncido.

— Tengo una... — al sonar tan feo en mi cabeza me callo y cambio de palabras—. Voy a salir con Alyssa...

— ¡Mándale un abrazo de mi parte a niña!

Una sonrisa se curva en mis labios al pensar en esa niña. Joder, si cuando pasa por mi cabeza es de todo, menos una niña.

Me voy sin pensar a la ducha, logrando que mi cuerpo se estremezca al sentir el frio del agua. Me envuelvo en una toalla la cintura cuando salgo y me tiro a la cama con el móvil, exhalando con exageración.

Mi cabeza lanza la idea de llamar a Paulo y pedirle una opinión sobre el sitio de una cita, pero joder. Era Paulo y apostaba lo que fuera a que lo más parecido a una es ir a buscar a una mujer para luego fallársela. Claro si era un caballero antes de envolverlas.

Sigo pensando y no hay nadie más para ayudarme.

¿Y si dejaba que ella elija? No, no era para nada original.

¿Y a mí que me importa la impresión que daría hacer eso?

Si me importa. Tenía que ser al menos no tan mediocre en esto, además ¿Cuándo hago mal las cosas yo?

Ojeo el móvil, encontrando tantas cosas tediosas ¿Qué me importaba ver como mi madre se gastaba el dinero de su esposo muerto? Era totalmente ridícula mandándome fotos de su viaje a México, como si me importara. Mi bandeja en todas las redes sociales está a punto de explotar, eran tantos que ni detallo.

Miro el perfil de la rubia que tiene como esposa Vladik, ella contantemente publicaba todo lo que hacía con él. Me serviría de algo.

¿Quién en su sano juicio proclama su amor tan asquerosamente? Paso de la foto de los dos muy juntitos. Hay viajes, partidos, cenas, selfie... dejo de mirar cuando noto mi ridiculez, no haría nada de eso.

Crónicas De Un ImperialWhere stories live. Discover now