Cuatro no son multitud

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Día 19 Polyamory/Poliamor

Yugi se acurrucó más sobre el pecho fornido y ronroneo cuando unas manos delicadas acariciaron sus piernas.

—Ryō—jadeó cuando esa mano traviesa llegó hasta su entrepierna y movió sus caderas hacia ella

—Niños traviesos—Bakhura se giró quedando recostado sobre su lado derecho y subió la pierna de Yugi a su cadera para brindarle más espacio a Ryō

—Todavía estás húmedo Yu—los pálidos dedos encontraron su camino en el esfínter del tricolor

—¡Ryō!—chilló cuando un dedo alcanzó ese cúmulo de nervios dentro de él

—Eso sonó bastante interesante—el faraón salió del baño para dirigirse a la cama y acostarse tras el albino menor y observar su trabajo en el trasero de su luz

Yugi tomó el miembro de Bakhura para darle atención mientras gemía bajo por las sensaciones en su trasero, el ex ladrón alargó su mano para meter sus dedos en Ryō.

—Khura, más—mientras tanto Atem atendía su propio miembro al ver a sus parejas darse atención entre ellos

Después de una buena sesión de sexo mañanero los cuatro bajaron a desayunar, Ryō inmediatamente corrió hacia la estufa con una sartén, la coloco en el fogón y puso aceite para freír los huevos y el tocino que había acercado, Atem se dirigió a la cafetera para preparar dos cafés y dos tés, Yugi estaba en la tostadora con un cuchillo y mermelada listos, mientras que Bakhura sacaba los platos y tazas y los repartía donde correspondía.

Funcionaban bien, les agradaba estar juntos, habían resuelto sus problemas cuando Bakhura y Atem volvieron, dándose cuenta de que tal vez lo único que Bakhura necesitaba era una disculpa, comprensión pero sobre todo amor, tres milenios de dolor dejaban secuelas a cualquiera.

—¿Podemos ir hoy a ver la nueva película que salió?—Ryō preguntó dulcemente batiendo sus pestañas para lucir más tierno

—Claro, parece prometer ser aterradora—el tricolor mayor asintió

—Podríamos asustar a los idiotas de la sala con las sombras

—Bakhura no haremos eso—Yugi regañó dándole un pequeño golpe en la cabeza
Sin embargo Ryō le dio un pulgar arriba al otro albino para indicarle que, en efecto, asustarían unas cuantas personas discretamente.

Volvieron del cine con un Yugi enfurruñado, aunque Bakhura y Ryō se divirtieron asustando a la gente hasta provocar que algunos salieran de la sala por miedo, pero Yugi se dio cuenta que eran ellos, enojandose por la idiotez de dos de sus novios, Atem era neutral porque se había divertido con lo que habían hecho ambos albinos pero no quería tener a Yugi enojado, aunque el par de sonrisas maliciosas prometían que iba a ser una noche interesante.

Y lo fue, cuando entro a la habitación encontró a Bakhura montado a horcajadas en Yugi, tratando de seducirlo con movimientos de cadera, Ryō acostado a su lado besaba el cuello del menor que sacaban débiles suspiros, Atem decidió acostarse del otro lado de Yugi y hacer lo mismo que Ryō, con el agregado de meter su mano bajo la camiseta de Yugi y juguetear con sus pezones.

Definitivamente lo mejor que podía pasar era tener a Yugi enojado para tratar de contentarlo con mimos y sexo muy sucio.

Flufftober|| KleptoshippingWhere stories live. Discover now