24 -Siestas

94 15 1
                                    

Matt sabía que su vida y la de Frank eran distintas. Sí, habían semejanzas en algunos aspectos, pero al final seguían siendo muy diferentes el uno al otro.

El reloj anatómico de Frank estaba realmente jodido, arruinado. No dormía a las horas normales, muchas veces ni siquiera se acostaba a por lo menos cerrar los ojos. Esa era una de las similitudes que tenía con Murdock.

Por eso, para el pelirrojo no era difícil de comprender las veces que llegaba a su departamento y lo encontraba dormido en el sofá a medio día, o tirado en la cama durante la tarde. Porque Frank no dormía, vivía a base de siestas porque, más seguido de lo que quería, era lo único que podía permitirse. 

La diferencia era que Murdock tenía responsabilidades como abogado que le impedían unirse a esas dormitadas diurnas. Por eso, cuando pasaba a su apartamento y se encontraba con el tranquilizante sonido del pelinegro al dormir, tenía que resistir la idea de simplemente acostarse a su lado.

Había adquirido esa resistencia con el tiempo, porque antes simplemente se dejaba llevar y los sermones de Foggy se volvían irritantes. Por eso ahora se limitaba a pasar su mano con cuidado por el cabello de Castle con la promesa de que en algún momento coincidirían y tomarían una siesta juntos.

Flufftober FrattDonde viven las historias. Descúbrelo ahora