Capítulo 1

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Contemplaba a Augusto D'angelo con un mezcla de dolor, angustia y alegría, ¿Quién era?, pues mi primer amor, el hombre del que estoy enamorada desde el momento en que mi hermano nos lo presentó como un compañero de su residencia universitaria.

Me dolía saber que lo nuestro era un amor no correspondido, no lo era por diversos motivos, yo, era la hermana de su mejor amigo, tenía catorce años, y él, estaba casado y con hijos.

Respiré hondo apartando la mirada, ver cómo le daba un pequeño beso en los labios a su esposa, era como una puñalada a mi corazón roto, ella...era una mujer casi perfecta, una con la que una chica de 14 años, no puede competir.

Maura era hermosa, de cabellos castaños hasta la cintura, ojos verdes cubiertos por largas pestañas, tenía algunas pecas que la hacían ver adorable, su rostro era un poco redondo, alta, un cuerpo delgado y bien proporcionado.

Pero, aparte de ser hermosa, ella era una persona muy dulce, simpática, generosa, era la mujer de ensueño de cualquier hombre. Miré mi reflejo en el vaso que tenía en mis manos, mis cabellos eran negros hasta los hombros, un poco grasoso, mis ojos eran del mismo color, un fracaso dado que mis hermanos mayores habían sacado el color de ojos de mi madre que eran azules, era de estatura baja, aunque aún guardaba la esperanza de crecer más, mis pechos eran pequeños, mi cuerpo parecía amorfo sin gracia alguna, suspiré dejando de mirarme.

Me puse de pie empezando a caminar por el jardín con los brazos cruzados, Pero a pesar de estar mal por verlo, había una pequeña parte dentro de mi muy masoquista, que se alegraba de ello. Pues solo verlo, escucharlo, hacía que todo mi sistema se revolucionara por completo, como si hubiera probado algún tipo de droga

Droga que me había hecho falta durante todo este año que estuve alejada de casa. Me acerqué a la piscina sentándome en el borde, jugueteé un poco con ellos hasta que sentí una pequeña mano en mi hombro, me giré encontrándome con unos ojos verdes esmeralda que me miraban de forma muy intensa.

Se trataba de Gianluca, el hijo mayor de Augusto, tenía 6 años, era un niño bastante inteligente, era alegre, muy decidido cuando quería algo, se veía bastante nervioso, su rostro estaba serio, pero a la vez tenía un leve rubor en sus mejillas

— ¿Qué ocurre?—cuestioné, no contestó nada, respiró hondo y de forma sorpresiva, sacó un pequeño ramo de flores— ¿Para mí?—asintió sin mirarme, sonreí enternecida agarrándolo con delicadeza— Muchas gracias, es muy bonita—comenté dándole un beso en la mejilla causado que se sonrojase más haciéndome reír levemente, no se movió en lo más mínimo, tenía los labios apretados con fuerza, de repente levantó la cabeza mirándome serio

— ¡Cásate conmigo!—exclamó mirándome con determinación, me sorprendí ante su propuesta, pero rápidamente sonreí

— Claro. Me casaré contigo—ante mis palabras, su carita se llenó de felicidad

— ¡¿De verdad?, ¿Me lo prometes?!—preguntó emocionado, reí levemente asintiendo

— Te lo prometo, pero, cuando seas mayor—señalé guiñándole un ojo, sin que lo esperase me dio un pequeño beso en los labios y salió corriendo

Volví a reír mirándolo marcharse, negué con la cabeza mirando el ramo, se trataba de varios claveles blancos y en el centro una rosa roja, sonreí enternecida.

Actualidad, 17 años después

17 años había pasado desde que me marché a estudiar a España y siete, desde la última vez que había pisado Sicilia, y si no hubiera sido por la muerte de mi abuelo, no hubiera vuelto, pues para mí, aquí había un pasado demasiado doloroso, personas, secretos que prefería mantener en el pasado.

¡Cásate Conmigo!Where stories live. Discover now