Capítulo 2

2.5K 269 75
                                    

— Soy cúlpale, me llamo Gianluca—se presentó ofreciéndome una mano, sonreí aceptándola y estrechándosela

— Encantada... ¿Tomamos una copa?—cuestioné, él asintió separándose de mí para pedir, me sentí algo aliviada cuando lo hizo, pues sentía una gran presión al tenerlo tan cerca

Nos establecimos en la barra con las copas mientras charlábamos de trivialidades en común, era un chico bastante agradable, tenía una sonrisa matadora, y su mirada era tan penetrante que me ponía nerviosa y me costaba un poco sostenerle la mirada, teniéndolo tan cerca, me di cuenta de que tenía un piercing en la oreja derecha, y un tatuaje en el cuello, se trataba de un corazón humano.

De repente alguien tocó mi hombro, me giré encontrándome con Valentina, por un momento me olvide por completo de que había venido con mis amigas

— Nos vamos ya—dijo Valentina en mi oído

— Yo me quedo, podéis marcharos sin mí—contesté mirando a Gianluca, no deseaba irme aun

— ¿Segura?, no me hace muy feliz dejarte aquí sola—

— Tranquila estaré bien, se me cuidar sola—dije guiñándole un ojo, ella me miró unos instantes para después suspirar asintiendo

— Bien, pero cualquier cosa nos llamas—comentó dándome un beso en la mejilla

— Si, no te preocupes, id con cuidado—ella asintió, le dio una mirada a mi acompañante, y se marchó

— ¿Bailamos?—cuestionó haciendo que me estremeciera ligeramente

Giré mi cabeza en su dirección, estábamos tan juntos que la punta de nuestras narices se rozaron, su aliento cálido chocaba contra mi rostro, olía a una mezcla de alcohol y menta, miré sus labios, eran gruesos, carnosos, me sentía tan tentada a besarlo hasta quedarme sin aliento.

Respiré hondo alejándome un poco de él, sentí con una sonrisa, el agarró mi mano haciendo que sintiera una ligera corriente, y sin soltarnos fuimos hacia la pista, donde me pegó a él, de inmediato empecé a moverme con sensualidad al ritmo de la música.

Las canciones fueron pasando, nosotros seguíamos bailando, la tensión sexual que sentía, crecía con cada roce entre ambos

— ¿Vamos a un sitio más íntimo?—cuestionó en mi oído, reprimí un estremecimiento, sonreí de lado colocando mi mano en su pecho alejándolo un poco

— ¿Qué te hace pensar que yo soy esa clase de chicas?—pregunté con diversión

— Sé que no lo eres, pero dime, ¿acaso no notas esta maldita tensión sexual que nos está ahogando?—inquirió con una sonrisa coqueta, me mordí el labio sonriendo, me quedé unos instante en silencio

— La noto...—dije asintiendo, deslicé mi mano por su pecho hasta enlazar la mía con la suya, me di la vuelta caminando hacia la salida agarrada de su mano.

Durante todo el trayecto a mi apartamento, el aprovechaba la mínima oportunidad para rozar mis muslos, esa sola acción me erizaba todo el cuerpo. Al llegar a nuestro destino, bajamos del coche, entramos en el edificio con normalidad, pero una vez que las puertas del ascensor se cerraron, me agarró de la muñeca y me pegó contra la pared, se inclinó un poco sobre mí, nos miramos fijamente, sus ojos eran preciosos, eran verde esmeralda.

Colocó sus manos en mis mejillas y de forma lapídame, unió nuestros labios, nada mas hacerlo, sentí un cosquilleo que viajó desde mis labios hasta mis dedos de los pies, cerré los ojos correspondiendo beso, que estaba siendo suave, apasionado.

Sus manos se deslizaron hasta mi cabello, y empezó a acariciarlo con delicadeza, el sonido del ascensor hizo que nos separásemos un poco, nos quedamos quietos mirándonos fijamente, había un brillo intenso en sus ojos.

¡Cásate Conmigo!Where stories live. Discover now