Final

1.2K 127 3
                                    

—Mamá ya te dije que recién llevamos dos días siendo novias, no te oculte nada —murmuré mientras ponía una tarta en el horno

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—Mamá ya te dije que recién llevamos dos días siendo novias, no te oculte nada —murmuré mientras ponía una tarta en el horno.

Mis madres me habían llamado para ver cómo estaba y había aprovechado para contarles de mi relación con Jen.

El problema es que según ellas se los llevaba ocultando desde hace semanas y recién ahora "me digno a decirles".

—Ah por cierto en unas horas iremos a visitar a Jennie- digo, te iremos a visitar —dijo mamá Nayeon nerviosamente— Mina llevará un vino para celebrar pero más te vale no tomar de más ¡Eh! Que te conozco, eres igual a tu madre —reprochó y de fondo se escuchó una queja de mi otra madre.

Casi toda la ciudad sabía la adoración que tenía Mina con los vinos, la mitad de lo que ganaba trabajando lo usaba para llenar su bodega.

—Claro, porque tú nunca tomas doce copas seguidas de vino EN LA CENA FAMILIAR DE TU E S P O S A —grité en el micrófono del celular para saturar el audio.

Aunque mamá Mina sea más conocida por ello, Nayeon no se quedaba atrás.

—... —podía escuchar los ruidos típicos de la casa de mis madres (lavadora, televisor, perros, heladera, etc) pero al parecer no decían nada— Park Roseanne tu amiga la chancla te extraña, ella irá a visitarte justo ahora —y en este preciso momento sentí el terror que sentía cuando tenía 15 años y vivía con ellas.

Me sorprendí tanto que no me di cuenta que prácticamente el horno largaba humo.

—¡Mi tarta! —grité a la vez que colgué la llamada con mis mamis.

Agarré el mantel que había en la mesa y me tapé un poco la cara para luego abrir el horno con unos guantes que había en la mesada.

Creo que ni el color del alma de Tzuyu era tan oscura como aquella tarta.

Realmente esto podría ser una obra de arte si lo mirabas con otros ojos, una obra de arte que huele horrible por cierto.

La agarré con rapidez y la tiré a la basura, con bandeja y todo.

—Que olor a mierd- ¿Rosie estás bien? ¿Qué quemaste ahora? —dijo Jen llegando a la cocina.

Tenía puesto mi pijama azul con estrellitas.

Y debía de admitir que le quedaba fantástico, pensé viéndola de arriba abajo.

—Qué tanto miras, pervertida —sonrió mientras se acercaba a abrazarme.

Me encantaba ver como ella debía de ponerse de puntillas para poder besar mis labios, era una imagen mental muy tierna y no la cambiaría por nada.

𝑴𝒊𝒄𝒉𝒊 - 𝑪𝒉𝒂𝒆𝒏𝒏𝒊𝒆Where stories live. Discover now