Noveno mes

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El último mes había llegado, las molestías que Wooyoung y San sentían eran más insoportables ahora, pues el bebé estaba apuntó de nacer, los viajes y paseos largos se prohibieron pues en cualquier momento las contracciones comenzarían

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El último mes había llegado, las molestías que Wooyoung y San sentían eran más insoportables ahora, pues el bebé estaba apuntó de nacer, los viajes y paseos largos se prohibieron pues en cualquier momento las contracciones comenzarían.

En éste mes San estaba más nervioso, los dolores eran molestos y también tenía que estar más que pendiente de su esposo.

Wooyoung se mantenía lo más tranquilo posible, pues sabía que eso podría afectar a su bebé, pero aun así una pizca de miedo se conservaba en su ser. Él ya estaba preparado físicamente para el momento, sus clases de parto los ayudaron bastante, al ser padres primerizos era mejor estar preparados.

San miró a su esposo y sonrió, le encantaba mirar a el rubio así, tan sereno y sonriente, mientras él mismo estaba apunto de gritar y correr por todo la casa por sus nervios.

El ombligo de Wooyoung se marcaba en la tela de su ropa.
San sonrió y se encaminó hasta él.

—Eres muy precioso.—Le dijo
mirándolo con amor.

—Me siento gordo, hinchado y feo, pero para nada precioso.—Le dijo riendo.

San negó y se acercó a sus
labios, besándolo lentamente. Wooyoung le sonrió en cuánto se
separaron.

—Enserio escogí al hombre
perfecto.—Dijo con una de sus
típicas sonrisas.

—Y yo también lo escogí.—Le
sonrió.

Wooyoung lo llamó con su mano
y San se acercó hasta sus labios para besarse de nuevo, hasta que sintió que el embarazado mordió su labio. Se separó de él y lo miró sin entender.

—¡S-an!—Soltó un gritito al
sentir la primera contracción.

—¿Qué sucede?—Preguntó
preocupado.

—¡E-está pateando!

Los ojos de San se abrieron
aun más y enseguida se levantó
para ayudar a Wooyoung a sentarse. Tomó su celular y con su mano libre sujetó la mano de Wooyoung, sintiendo como la apretaba con sus uñas, dejando marcas rojas en la blanquecina piel del pelinegro.

—Respira Wooyoung, házlo conmigo.—Asintió mientras
comenzaba con sus ejercicios de
respiración.

San llamó a su doctor y este les dijo que si no pasaban cinco minutos desdé la última
contracción y Wooyoung volvía a
tener otra, era mejor llevarlo
de inmediato hasta el hospital.

San asintió y Wooyoung soltó un
gritito, no había pasado mucho y
había tenido otra contracción.

El doctor, quién estaba escuchando, le dijo que se apresurara a llevarlo ya que el prepararía todo para esperarlos.

San volvió a guardar su celular y miró a Wooyoung que estaba comenzando a llorar mientras posaba una mano en su vientre y con la otra presionaba fuertemente su mano.

—Amor, el doctor nos esta
esperando, iré por las cosas de la
bebé.—Dijo y salió corriendo hasta la habitación de su hija.

Tomó la pañalera, que habían preparado unas semanas atrás y luego salió corriendo por
Wooyoung que había comenzado a gritar insultos por el dolor que
estaba comenzando a tener.

—Respira bebé, dejaré que me
insultes todo lo que quieras pero
respira.—Le alentó.

Wooyoung hizo caso, respiraba y
cada que tenía una contracción
lo insultaba.

Cuándo llegaron al hospital, las enfermeras ya lo esperaban con una silla de ruedas.

Rápidamente lo llevaron hasta la sala que habían preparado especialmente para él.

San lo miró desaparecer en las puertas de la habitación dónde se
encontraba el doctor.

Suspiró, sentía cosquillas en su estómago.



Suspiró, sentía cosquillas en su estómago

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Créditos a @Lovelyy_Jimin7

Síndrome de Couvade [¡Sanwoo!]Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin