Ídolos, mundos y metales

46 2 5
                                    

¿Cómo reaccionarías si conocieras a tus ídolos? Digo, pregunto porque, definitivamente, yo me moriría si saliera a mi patio y encontrara a Las Tortugas Ninja junto a Momo de Twice con un cartel que diga "¿Te llevo chiquistriquis?"

No sabría explicar la sensación que tuve cuando vi por primera vez ese lúcido cuarto lleno de botellas de aceite y juguetes de carros, no solo eso, tampoco podría describirte lo que sentí al ver, delante de mi, al mismísimo Finn McMissile, alías "EL BESTO GENOCIDA DE LA INTERPOL BRITÁNICA 😻😻". Verlo a el y a Mate fue como ver a mis dos héroes en un sueño lúcido, solo que estaba despierta y esto no era un sueño.

Me comencé a preguntar si algún día volvería a mi casa con mis padres, si ellos se darían cuenta, sin embargo, Mate dijo lo que se debía decir desde un inicio:

"Salen una aceitosas del Pemex, ¿O qué?" - se dirigió a Finn con cierto entusiasmo, más del que mostró la primera vez que me vió.
"Damn it, Mater! (¡Maldición Mate!)" - exclamó con su sereno acento de imperialista inglés - "You really can't wait more than two seconds to drink, eat or go to the toilet, can you? I am supposed to do an unfriendly interview here, you're supposed to give that impression, not think about going for some oily beer! (No puedes esperar más de dos segundos para beber algo, comer o ir al baño ¿Verdad? Se supone que haré una entrevista de las cachondas, se supone que debes dar esa impresión ¡No pensar en ir por unas aceitosas!)"

Estaba a punto de entrar en pánico, conozco a mi ídolo de la infancia y ahora está amenazando con interrogarme y, posiblemente, usar métodos cuestionables. Eso fue muy "Gobierno de México" de su parte.

"Anyways, I think it's very crystal clear we have a human... A human in a Car's World (en fin, está claro que tenemos un ser humano... Un ser humano en un mundo de carros)" - remató Finn mientras sus ojos turquesa aguamarina brillaban al mirarme, supongo que de curiosidad, pero nunca lo sabremos realmente.

"Disculpe, mi nombre es-" fue lo último que pude decir antes de que millones de alarmas inundarán el silencio

Las fantabullosas aventuras de Fidel McMisiles y túWhere stories live. Discover now