X. No fui yo...

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Debido al asesinato de Wen Chao, se confirmaron los casos del asesino en serie y se inició una nueva investigación por parte de crímenes mayores. Dejando fuera a Wei Wuxian y los demás detectives.

—Si nos hubieran entregado el caso desde el principio, en lugar de jugar al detective, esto no hubiera pasado. Lo único que hicieron ustedes fue entorpecer la investigación —arremetió uno de los detectives de la unidad especial llamado Jin Zixuan.

—Saben así no se habla cuando uno está en casa ajena —respondió Jiang Cheng con tono severo. Él y Nie Huaisang usualmente se mantenían al margen, pero no podían ocultar su malestar cuando su trabajo estaba siendo pisoteado.

—¿Qué dijiste? ¿Tienes algún problema? —cuestionó con agresividad Jin Zixuan.

Si creo que si tenemos un problema —Wei Wuxian irrumpió con aún más agresividad y lo empujo contra una mesa, empezando una riña entre los detectives de la unidad especial y ellos.

La pelea fue tan grande que incluso los oficiales menores tuvieron que intervenir.

—Basta.

—Sujétenlos.

—¡Déjenme!

—¡No se atrevan a tocarme!

—¡Suéltame!

—¡Deténganse de una vez! —el jefe Lan gritó sorprendiendo a todos. —Wei Wuxian a mi oficina —ordenó.

—Pero ellos empezaron —su cara mostró una mueca de indignación.

—No me importa quién empezó. Ven ahora.

Wei Wuxian arrastró sus pies hasta la oficina. Pero, antes de cerrar la puerta le lanzó una mirada de advertencia al detective Jin Zixuan.

—Jefe, no es justo. Nosotros hicimos todo el trabajo.

—Cállate y escúchame. Sé que quieres entrometerte mucho en este caso. Pero no lo hagas. Puede que perder este trabajo no signifique mucho para ti, pero piensa en los demás, el detective Jiang y el detective Nie, son buenos chicos y buenos detectives, no los arrastres contigo.

Wei Wuxian se mantuvo en silencio. No podía emitir palabra. El motivo por el que quería atrapar al asesino. La razón por la que ha perseguido ese caso por cinco años como un loco. Todo su trabajo duro a la basura. 

—Wei Wuxian, lamentó mucho lo que le paso a tu padre. Era un gran detective igual que tú. Pero es hora de que lo dejes ir.

"..."

En el condominio de departamentos baratos donde Xiao XingChen se alojaba la cocina y el comedor eran compartidos. En la noche los inquilinos se reunían en el comedor para ver malos programas de televisión. La noticia de los asesinatos estaba en todos los canales. El asesino serial fue apodado el diablo por los medios de comunicación.

"Se ha confirmado que el cuchillo encontrado en el cuerpo del mafioso Wen Chao pertenecía al asesino. El diablo uso el mismo cuchillo para asesinar a todas las víctimas. No hay dudas de que se trata de un asesino serial", dijo la reportera.

Xiao XingChen tuvo un mal presentimiento al escuchar la noticia. Entonces, al girar la cabeza se encontró con su extraño vecino observándolo. Eso lo espantó. 

No fui yo —confesó su vecino sin dejar de mirarlo a los ojos.

Luego, se levantó del comedor y se dirigió a la salida. Pero, antes se detuvo detrás del asiento donde Xiao XingChen estaba sentado y puso su mano sobre su hombro. Tan solo fue un instante, un ligero toque, pero al joven se le pusieron todos los pelos de punta.

Quizás quería transmitirle su sinceridad. Estaba siendo injustamente inculpado. Pero, la declaración provocó un escalofrió en Xiao XingChen, que recorrió todo su cuerpo. Gotas de sudor frío cubrieron su frente.

¿Qué quiso decir con eso? Claro que no era un asesino, o al menos Xiao XingChen no pensaba en él de esa forma. Pensaba que su vecino era una persona muy extraña, vivía en un barrio de mala muerte y fue apuñalado recientemente, pero tenía varias teorías al respecto, era un traficante de órganos o un criminal que huía de otra ciudad. 

Sacó su celular y marcó un número, mientras sus dedos temblaban levemente.

—Song Lan, ¿Puedo quedarme en tu casa esta noche?

—¿Por qué? ¿Qué ocurre? —la voz del otro lado de la línea cuestionó con angustia.

—Tengo miedo —contestó honestamente.

—Tu vecino te molestó de nuevo. Te dije que no debes dejar que te intimide, solo debes enfrentarlo de una vez.

—Song Lan, por favor —rogó.

—Está bien. Te esperaré en casa. Te amo.

—Yo también te amo...

Xiao XingChen podía haber agregado algunas palabras más de despedida, si no fuera porque se había quedado petrificado en el lugar. Justo en ese momento se dio cuenta que su extraño vecino estaba de regreso en el comedor, y lo estaba mirando fijamente desde el pasillo oscuro. No podía distinguir sus ojos, pero los sentía demasiado cerca, demasiado aterrador.

Tal vez no era ni un traficante, ni un criminal. Tal vez era mucho más que eso. Algo más, algo tan aterrador, que ni siquiera lo podía imaginar. Un asesino. 

"Song Lan ¿Cómo se supone que debo enfrentarlo?"

"..."

El funeral de Wen Chao fue celebrado. Había flores, incienso, damas y caballeros vestidos de negro. Pero, no hubo lágrimas.

Lan Wangji se acercó hasta la bóveda de su enemigo e hizo una respetuosa reverencia.

Jin Guangyao lo saludo con una corta reverencia, de todos los presentes era el único que parecía al menos un poco decaído Me sorprende verlo aquí.

—Él y yo trabajamos juntos por muchos años. Siempre lo consideré como parte de mi familia —respondió sin una pizca de remordimiento.

Las alarmas en la cabeza de Jin Guangyao se encendieron. Quién diría que el jade podría mentir tan descaradamente.

De pronto, Lan Wangji recibió una llamada.

—Ven aquí de inmediato —Wei Wuxian exigió sin amabilidad.

—¿Y por qué habría de hacerte caso? —cuestionó secó.

—Porque tú causaste este maldito desastre—sin más colgó.

El jade soltó un pesado suspiro. Parecía que la tensión entre ellos llegó al punto de ebullición. No tardaría en estallar. Trabajar con el detective le causa más problemas de los que imaginó.

En medio del funeral, un hombre extraño se acercó a Jin Guangyao y le entregó una hoja de papel. El intercambió se dio rápidamente. Al leer lo que decía buscó al hombre. Pero, con la multitud no pudo distinguir quién fue. 

"Wen Chao fue asesinado con mi cuchillo, pero no fui yo. El asesino es..."

El mensaje causo un gran malestar en su mente. El papel fue apretado en un puño, que empezó a temblar. ¿Qué sentía? Ira. Rabia. El asesino de su jefe, se presentó a su funeral. Incluso hizo una reverencia frente a su altar. Su Señor fue humillado. No podía perdonarlo. 

"Lan Wangji".


Continuará... 

Frase del capítulo: Tal vez no era ni un traficante, ni un criminal. Tal vez era mucho más que eso. Algo más, algo tan aterrador, que ni siquiera lo podía imaginar. Un asesino.

|EL DETECTIVE, EL MAFIOSO Y EL DIABLO| - WANGXIANWhere stories live. Discover now